Nicaragüenses y personas que los apoyan llenaron la iglesia Sagrada Familia en Dale City, Virginia el 20 de julio para orar por la paz en Nicaragua. Foto: Elizabeth A. Elliott, Arlington Catholic Herald/CNS.
MANAGUA, Nicaragua (CNS) – Policías y paramilitares en Nicaragua han atacado otra parroquia en una comunidad indígena mientras las iglesias y el clero son atacados por tratar de proteger a las poblaciones que protestan contra el gobierno autoritario. Disparos fueron dirigidos hacia la parroquia María Magdalena en Monimbó, “en donde está refugiado el sacerdote”, señaló el 17 de julio en Twitter el obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez. Más tarde en el día, dijo por Twitter, “Hoy he sufrido y he rezado intensamente por mi ciudad de Masaya y por el querido barrio de Monimbó. Todavía no hay noticias muy claras. Lo que sí es claro es que Monimbó aun herido vive y que hoy nos dio a todos un gran testimonio de valentía y de amor a la patria”. El padre Augusto Gutiérrez, pastor de la parroquia María Magdalena, dijo a la radio en español: “Han sido cuatro horas de ataque con armamento militar pesado, destruyendo las iglesias…es un genocidio. No tiene otro nombre”. El arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico en Nicaragua, dijo en un mensaje el 17 de julio: “La violencia no podrá solucionar la crisis política y garantizar un futuro de paz en Nicaragua. Llorando por todos los muertos y rezando por sus familias, llamo a las conciencias de todos a una tregua y regresar al Diálogo Nacional”. Mientras los ataques al clero católico continuaban y los manifestantes antigubernamentales eran asediados por paramilitares y policías nicaragüenses, los obispos del país dijeron que iban a rezar una oración de exorcismo. Los obispos dijeron que el 20 de julio sería un día de oración y ayuno “en acto de desagravio por las profanaciones realizadas estos últimos meses contra Dios”. Ese día “se rezará la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel”. El 15 de julio, el vehículo del obispo Juan Mata Guevara de Esteli fue tiroteado cuando viajaba a la ciudad de Nindiri, donde esperaba detener un ataque por la policía y los paramilitares. El obispo escapó ileso, pero los cauchos del vehículo fueron disparados y las ventanas rotas, dijo el padre Víctor Rivas, secretario ejecutivo de la conferencia de obispos nicaragüenses. Un ataque el 14 de julio en el campus de la cercana Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en Managua dejó a dos estudiantes fallecidos e hirió a otros 15. Algunos de los manifestantes que huían buscaron refugio en la cercana iglesia de la Divina Misericordia, donde estaban siendo tratados los heridos, pero atacantes armados detuvieron a las ambulancias para que no llegaran a la iglesia. Un reportero del Washington Post estuvo entre los atrapados en la parroquia, que los eclesiásticos dijeron había sido “profanada”, y fotos publicadas en las redes sociales mostraban que la iglesia había sido marcada por las balas.