Cardenal Francis George, O.M.I.

CUARESMA 2013: Las finanzas arquidiocesanas en la vida de la Iglesia

jueves, febrero 28, 2013

La Cuaresma es un tiempo para revisar nuestra vida y traer todas las cosas ante Dios: de manera más profunda en el confesionario, sí, pero también en otras esferas donde nos ayuda a dejar en claro las cosas relativas a nuestra vida con Dios y a nuestra relación con los otros.

Esta columna trata de las finanzas de la Arquidiócesis.  Cada año, se publica y se sube al sitio web de la Arquidiócesis un informe financiero auditado.  Sirve como un modelo para el informe que cada párroco debe dar una vez al año a sus feligreses, previa consulta con su consejo de finanzas.  Este texto, sin embargo, es un informe especial, que doy debido a circunstancias especiales.

Al igual que muchas otras familias e instituciones, la Arquidiócesis de Chicago ha sufrido durante la crisis económica de estos años recientes.  La Arquidiócesis sigue siendo una institución financieramente segura con una sólida base de activos.  En gran medida, esto se debe a que los sacerdotes, religiosos y religiosas aceptan salarios pequeños, y a que todos aquellos que dan su vida y sus talentos al servicio del pueblo de Dios lo hacen con gran generosidad y sacrificio personal.  La Arquidiócesis ha mantenido sus servicios a la sociedad y a la Iglesia en nuestras escuelas e instituciones públicas.  El apoyo a estas buenas obras, de las que debemos estar orgullosos, exige una buena administración financiera.  No podemos seguir trabajando como si los efectos de la recesión no se estuvieran sintiendo.

Las Operaciones del Centro Pastoral de la Arquidiócesis constan entre otros de los servicios centrales que dan apoyo a las parroquias en sus ministerios locales (por ejemplo, la Oficina para la Catequesis, la oficina de Ministerios para la Familia, las oficinas de Paz y Justicia y de Respeto a la Vida, la oficina para el Ministerio de Jóvenes Adultos); proporcionan las funciones administrativas requeridas en toda la Arquidiócesis (por ejemplo, finanzas, informática, servicios jurídicos), y canalizan el apoyo financiero hacia las parroquias y escuelas que tienen necesidades.   Estos servicios centrales no incluyen las actividades de parroquias o escuelas individuales, ni de Caridades Católicas o sus instituciones asociadas (Misericordia, Mercy Home, Maryville) ni de los Cementerios Católicos.  El presupuesto operativo de los servicios centrales tampoco incluye todos los pagos relacionados con conductas inadecuadas ni la ayuda profesional que se les presta a las víctimas de abusos sexuales a manos de sacerdotes o de otras personas en la Iglesia.

¿Dónde, entonces, se manifiesta la crisis financiera?  Las Operaciones Administrativas han funcionado con déficits de más de $30 millones en cada uno de los últimos cuatro años.  Dado que esta tendencia es insostenible, quiero exponer las medidas que estamos tomando para asegurar una administración prudente de nuestros recursos en los próximos años.

Para el año fiscal que terminó en junio de 2012, las Operaciones del Centro Pastoral de la Arquidiócesis tuvieron ingresos de operación en efectivo de aproximadamente $49 millones para cubrir una base total de gastos de alrededor de $89 millones, dando lugar a un déficit operativo en efectivo de 40 millones de dólares para ese año.   Los ingresos del Centro Pastoral se componen principalmente de las contribuciones de las parroquias, las donaciones a la Campaña Católica Anual, ingresos por intereses y legados.  De los $89 millones en gastos, aproximadamente $47 millones se destinaron a apoyar los servicios ministeriales y administrativos de las oficinas del Centro Pastoral, y alrededor de $44 millones se destinaron a apoyar a parroquias y escuelas necesitadas para cubrir sus necesidades operativas y estructurales; estos gastos fueron compensados por $2 millones de contribución neta positiva de parte de nuestras instituciones relacionadas (por ejemplo, nuestros seminarios, nuestro grupo de Liturgy Training Publications).  Durante estos años de recesión, los ingresos totales se han mantenido relativamente planos.  Durante este mismo período, sin embargo, los gastos de las oficinas administrativas y la ayuda a las parroquias y las escuelas se han incrementado, con el mayor aumento ubicado en la ayuda que se da a las parroquias y escuelas.  De la ayuda total de $44 millones en 2012, aproximadamente $22 millones se destinaron a apoyar las operaciones de las escuelas, $4 millones se destinaron a apoyar las operaciones de las iglesias, y $ 18 millones que proporcionaron un apoyo estructural para iglesias y escuelas.  Aún cuando la prestación de ayuda a las parroquias y escuelas necesitadas es algo básico en nuestra misión arquidiocesana compartida, es obvio que no podemos mantener el financiamiento en estos niveles.

Durante los últimos meses, el Consejo Arquidiocesano de Finanzas, la Junta Escolar Arquidiocesana, los cuerpos consultivos de sacerdotes y otros grupos de la Arquidiócesis se han unido para tratar de entender la situación y ofrecer ideas.  Estamos muy agradecidos por sus consejos y orientación.  Ahora creemos que tenemos un sólido plan de acción para abordar nuestra situación financiera y eliminar el déficit operativo por completo.  Es por esto que quiero compartir aquí con ustedes estos planes y acciones.

El sistema escolar católico de la Arquidiócesis de Chicago es un componente esencial de la misión que tiene la Iglesia en este lugar.  Contribuye de manera única a la salud y la vitalidad de la Iglesia católica y a la comunidad del área de Chicago en su totalidad.  Las escuelas católicas proveen a los estudiantes la formación en la fe, una sólida formación académica y las nociones básicas de las virtudes que producen miembros responsables de la sociedad y ciudadanos del reino de Dios.  Los miembros de nuestra Junta Escolar Arquidiocesana, en colaboración con nuestra superintendente, la Hermana Mary Paul McCaughey, han trabajado durante varios meses para desarrollar un plan estratégico para asegurar financieramente al sistema escolar.  Las principales acciones del plan, relacionadas con las finanzas, incluyen: (1) el uso de mejores prácticas en la matrícula y en la gestión fiscal para mejorar los resultados operativos de las parroquias y escuelas que utilizan subsidios arquidiocesanos, (2) la creación de un fondo de becas muy grande para hacer que la educación católica sea más asequible para familias de ingresos bajos y medios, (3) el establecimiento de una asociación aún más fuerte con el Fondo Big Shoulders, que ha sido muy útil para nosotros para mantener escuelas abiertas y vibrantes en zonas marginadas, y (4) tomar las difíciles y necesarias decisiones de cerrar o fusionar algunas escuelas que ya no son viables, a menudo por varias razones.

El plan estratégico de nuestras escuelas católicas nos da buenas esperanzas de que la educación católica seguirá estando disponible en toda la Arquidiócesis.  Algunas escuelas tienen que cerrar o fusionarse debido a los cambios demográficos o a otros desafíos.  Durante los últimos meses, se han tomado de manera muy cuidadosa las decisiones para cerrar o fusionar cinco escuelas.  El cierre de escuelas es perjudicial para las comunidades afectadas, por lo que estamos trabajando para ayudar a las familias de estas escuelas durante este período de transición, en particular ofreciendo becas para que sus hijos asistan a otras escuelas católicas cercanas.

Al mismo tiempo que damos inicio a la implementación de nuestro plan estratégico, mantenemos conversaciones finales con el Fondo Big Shoulders, nuestro socio desde hace mucho tiempo, con relación a un nuevo y significativo compromiso.  Big Shoulders proporcionaría nuevos fondos para becas para cada uno de los próximos tres años, permitiendo a muchos más niños de bajos ingresos asistir a nuestras escuelas.  También aportarían recursos adicionales para colaborar con nosotros en iniciativas programáticas y operativas con el fin de mejorar la viabilidad a largo plazo de varias escuelas en zonas marginadas de la ciudad.  La contribución de un mayor apoyo propuesta por Big Shoulders se espera que reduzca de manera directa la ayuda que ahora necesitan las escuelas de la Arquidiócesis y que nos permita evitar muchos cierres de escuelas que ocurrirían mientras se realizan las diferentes etapas del plan estratégico.

Muy pronto se darán a conocer más detalles sobre el plan estratégico para las escuelas católicas, pero esperamos que, a través de los esfuerzos descritos anteriormente, se reduzca la ayuda anual que se da a las escuelas de la Arquidiócesis en $10 millones de dólares el próximo año, con un objetivo de ahorro de hasta $20 millones de dólares lo largo de los próximos años.  Esperamos volver a un nivel sostenible de ayuda a las escuelas que siempre se enfrentan a dificultades financieras.

Aún cuando los subsidios para la operación de las escuelas son las ayudas más importantes que se dan las parroquias, algunas de éstas también requieren ayuda para la operación de la iglesia y para realizar mantenimiento o cambios estructurales.  El Centro Pastoral trabaja en estrecha colaboración con las parroquias para ayudarles a manejar sus necesidades financieras en estos tiempos difíciles.

En los últimos dos años, una iniciativa de transformación de la parroquia ha comenzado a ayudar a las parroquias a dar nueva vida a su misión.  Con la cooperación del párroco y feligreses, el programa de transformación ayuda a las comunidades parroquiales a repensar la misión de su parroquia y de sus ministerios, a elaborar medidas para garantizar una mayor estabilidad financiera y a construir un liderazgo laico más eficaz en la vida parroquial.  Los párrocos que participan en esta iniciativa lo consideran una valiosa ayuda en su ministerio y los primeros resultados financieros son positivos.  Vamos a seguir invirtiendo en esta iniciativa, enfocados por ahora en las parroquias que más necesitan ayuda.  Esta iniciativa de Transformación Parroquial debe proporcionar algún beneficio financiero a corto plazo y, lo más importante, ayudar a nuestras parroquias asegurar una revitalización a largo plazo de su misión y de sus finanzas.

En el corto plazo, se están reduciendo los préstamos y los subsidios estructurales a las parroquias y definiendo criterios más estrictos que serán necesarios para acogerse a estas ayudas.  La Arquidiócesis proporciona apoyo estructural a las parroquias en forma de préstamos y subvenciones.  En el futuro, tendremos que abordar esta fuente de ayuda de manera diferente, para asegurarnos que esté siempre disponible cuando sea necesario.  Tenemos que tener más cuidado con los tipos de proyectos que podemos financiar; tenemos que confiar en las parroquias para que consigan su propia financiación cuando sea posible y tenemos que cumplir con estrictas normas de suscripción y que se apeguen de una manera más cercana al presupuesto.  Es probable que haya necesidades que simplemente no sean financiables, y por esto vamos a tener que trabajar con las parroquias sobre planes alternos.

Los esfuerzos descritos anteriormente deben llevarnos a obtener un ahorro de $13 a $15 millones de dólares anuales para la Arquidiócesis para el año fiscal 2015.

Durante los últimos meses, una revisión exhaustiva de los gastos de administración nos ha ayudado a ver con más claridad el costo de las operaciones de la Arquidiócesis.  Hemos examinado las normas de gasto, contratos de proveedores y los servicios que ofrecemos en relación con los costos en que incurrimos.  También hemos consultado con nuestros pastores y con otros colaboradores sobre el papel de Operaciones del Centro Pastoral y los tipos de servicios que deben ser prestados.

Los servicios administrativos proporcionan las funciones básicas necesarias para operar la Arquidiócesis, como la administración financiera, los servicios de personal y los asuntos legales.  Hemos examinado nuestros métodos de trabajo y se han identificado acciones que podemos tomar para reducir, funcionar de manera diferente y hacer un uso más eficaz de los recursos.  A medida que avanzamos, vamos a seguir explorando nuevas oportunidades en esta área para trabajar de forma más eficaz y eficiente.

En el ámbito de los ministerios, vamos a fusionar algunas agencias, con lo que su número bajaría de 16 a 9. De manera particular, algunos ministerios que implementan la doctrina social católica, (como las oficinas de Respeto a la Vida, Inmigración, Paz y Justicia, Ministerio Penitenciario Kolbe House), se unirán en una que se llamará Oficina de la Solidaridad y la Dignidad Humana.  Uniremos otros servicios en las Iniciativas de Formación para el Ministerio, las cuales se enfocarán en suministrar recursos de capacitación y formación en colaboración con nuestros vicariatos de campo.  En el futuro, vamos a servir a determinadas comunidades étnicas en gran parte a través de esfuerzos basados en las parroquias y a través de consejos especiales, con menos dotación de personal en el Centro Pastoral.  En general, creemos que vamos a ser capaces de ofrecer un servicio eficaz con menos recursos.

Inevitablemente, estos cambios en las operaciones del Centro Pastoral han dado lugar a una reducción de personal.  Hemos reducido el personal en un total de 75 puestos, 60 a través de recortes y 15 al no cubrir los puestos vacantes.  De los 75 puestos, 55 eran de tiempo completo.  En conjunto, estas reducciones conseguirán una fuerza de trabajo que es 14% más pequeña en las oficinas de servicios centrales.  A los afectados por los recortes les estamos proporcionando una indemnización por despido y la continuación de su seguro de salud para ayudarles en esta transición.  También hemos contratado los servicios de una empresa de recolocación para ayudar a los empleados en la obtención de nuevas posiciones.  Nuestros empleados son hombres y mujeres llenos de fe que han trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia.  Por favor, manténganlos presentes en sus oraciones.

Todas las reducciones de costos descritos anteriormente en las operaciones administrativas ahorrarán aproximadamente $11 a $13 millones de dólares anuales para el año fiscal 2015.

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Los déficits en los que se ha incurrido en los últimos años no incluyen pago alguno relacionado con conductas inadecuadas.  Los fondos para pagar los acuerdos de las demandas por conductas inadecuadas no provienen de las contribuciones hechas a las parroquias, a las escuelas, o a la Campaña Católica Anual.  La Arquidiócesis designa el producto de la venta de propiedades sin desarrollar para pagar los gastos de conductas inadecuadas.

Esta revisión de las finanzas de la Arquidiócesis, ha sido necesaria, pero difícil.   Las reducciones en algunos servicios y en el personal son, por supuesto, particularmente difíciles para las personas y parroquias directamente afectados por ellos.  Estas acciones se están tomando ahora porque la situación financiera las impone.  Sin embargo, también las estamos tomando, para que la Arquidiócesis tenga los recursos que necesita para su misión, para enfrentar el desafío de la nueva evangelización y volver a proponer el Evangelio de Jesucristo a las generaciones futuras.  Nuestra planificación pastoral ha identificado muchas áreas de oportunidad: evangelizar a nuestros adolescentes y adultos jóvenes, la formación de los padres en la fe junto con sus hijos, y asegurar una mayor comprensión entre los católicos de nuestra vida sacramental.  Al tomar ahora estas acciones difíciles, habremos creado la flexibilidad financiera necesaria para poner “vino nuevo” en “odres nuevos” en el futuro.

He dicho a menudo que la generosidad de los católicos de Chicago es un testimonio constante a la acción del Espíritu Santo en medio de nosotros.  Es nuestro mayor activo.  La generosidad de parte de los donantes, sin embargo, requiere de responsabilidad por parte de los que manejan nuestras parroquias y escuelas y de la Arquidiócesis en general.

La Cuaresma es un buen momento para que uno haga un balance de toda la vida.  Nuestra vida en Cristo es compartida.  Espero que al compartir esta visión general de la situación financiera de la Arquidiócesis anime a cada uno de nosotros a mirar nuestras vidas y a pedirle al Señor, cuya generosidad es insuperable, que nos colme con su gracia.  Muchas gracias a todos ustedes y que Dios los bendiga.

Sinceramente suyo en Cristo:
Cardenal Francis George, O.M.I.
Arzobispo de Chicago

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