El sábado 2 de noviembre, la parroquia de Santa Inés de Bohemia, en el barrio de La Villita, celebró la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, organizada por el ministerio Padres Ángeles. Esta misa fue un espacio de oración y reflexión por las vidas perdidas a causa de la violencia en las calles y la violencia armada que afecta a tantas familias en nuestra comunidad. Padres Ángeles fue fundado en 2013 por Doris Hernández —una madre que perdió a su hijo en 2012 debido a la violencia por armas de fuego— y trabaja activamente para prevenir la violencia y sanar el dolor de quienes han sufrido pérdidas similares. El ministerio tiene su origen en la tragedia personal de Doris, quien, en su dolor, decidió no solo acompañar a otras madres que habían perdido a sus hijos, sino también educar a la comunidad sobre los peligros de la violencia con cursos, pláticas y talleres. Desde su fundación, Padres Ángeles ha enfocado su misión en el apoyo familiar, la educación y la paz. La celebración comenzó con la misa a las 10:00 a.m., presidida por el P. Marco Antonio Franco Luna, párroco de Sta. Inés. Más de 250 familias asistieron, unidas en oración por sus seres queridos que han partido. Durante la homilía, el P. Marco recordó la importancia de la oración y la intercesión de los Santos. “Cuando oramos a los Santos, ellos interceden por nosotros, ayudando a las almas a llegar al cielo” expresó el Reverendo. “Nuestras oraciones son poderosas, especialmente para aquellos que aún pueden estar en el purgatorio”. Este recordatorio nos invita a orar no solo por los difuntos, sino también por todos aquellos que enfrentan sufrimientos a causa de la violencia. Tras la misa, los asistentes visitaron los altares dedicados a recordar a las víctimas de diversas formas de violencia. Cada altar fue preparado con gran esmero, simbolizando diferentes causas de muerte violenta. En total, se exhibieron cinco altares, cada uno con un mensaje profundo que invitaba a la reflexión. Uno de los altares más conmovedores estuvo dedicado a las personas encarceladas o fallecidas en prisión. Este altar, adornado con rejas de cárcel, contenía una imagen de Jesucristo. Doris Hernández explicó que, a pesar de estar físicamente prisioneros, Jesús está siempre con aquellos que sufren, citando las palabras del Evangelio: “Estuve en la cárcel, y viniste a mí” (Mateo 25:36). “Aunque estés en la cárcel, Jesús está contigo”, afirmó Doris, brindando un mensaje de esperanza incluso en las situaciones más oscuras. Los otros altares incluyeron aquellos dedicados a jóvenes y niños muertos por violencia, víctimas de cáncer, trabajadores muertos en accidentes laborales, y personas afectadas por el tráfico de personas y explotación. Cada uno de estos altares fue un recordatorio de las distintas formas de sufrimiento que afectan a la comunidad, pero también una invitación a la sanación, el perdón y la unidad. En este día de recuerdo, el ministerio Padres Ángeles refleja los valores fundamentales del cristianismo: amor, misericordia y perdón. Su labor es testimonio del poder de la oración y de la fe para transformar el dolor en esperanza y la violencia en paz. Al seguir orando por todos los difuntos y por la sanación de nuestras comunidades, nos aferramos a la promesa de Cristo, quien está presente en cada sufrimiento, ofreciendo su consuelo y paz a todos los que lo necesitan. El sábado 2 de noviembre, la parroquia de Santa Inés de Bohemia, en el barrio de La Villita, celebró la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, organizada por el ministerio Padres Ángeles. Esta misa fue un espacio de oración y reflexión por las vidas perdidas a causa de la violencia en las calles y la violencia armada que afecta a tantas familias en nuestra comunidad. Padres Ángeles fue fundado en 2013 por Doris Hernández —una madre que perdió a su hijo en 2012 debido a la violencia por armas de fuego— y trabaja activamente para prevenir la violencia y sanar el dolor de quienes han sufrido pérdidas similares. El ministerio tiene su origen en la tragedia personal de Doris, quien, en su dolor, decidió no solo acompañar a otras madres que habían perdido a sus hijos, sino también educar a la comunidad sobre los peligros de la violencia con cursos, pláticas y talleres. Desde su fundación, Padres Ángeles ha enfocado su misión en el apoyo familiar, la educación y la paz. La celebración comenzó con la misa a las 10:00 a.m., presidida por el P. Marco Antonio Franco Luna, párroco de Sta. Inés. Más de 250 familias asistieron, unidas en oración por sus seres queridos que han partido. Durante la homilía, el P. Marco recordó la importancia de la oración y la intercesión de los Santos. “Cuando oramos a los Santos, ellos interceden por nosotros, ayudando a las almas a llegar al cielo” expresó el Reverendo. “Nuestras oraciones son poderosas, especialmente para aquellos que aún pueden estar en el purgatorio”. Este recordatorio nos invita a orar no solo por los difuntos, sino también por todos aquellos que enfrentan sufrimientos a causa de la violencia. Tras la misa, los asistentes visitaron los altares dedicados a recordar a las víctimas de diversas formas de violencia. Cada altar fue preparado con gran esmero, simbolizando diferentes causas de muerte violenta. En total, se exhibieron cinco altares, cada uno con un mensaje profundo que invitaba a la reflexión. Uno de los altares más conmovedores estuvo dedicado a las personas encarceladas o fallecidas en prisión. Este altar, adornado con rejas de cárcel, contenía una imagen de Jesucristo. Doris Hernández explicó que, a pesar de estar físicamente prisioneros, Jesús está siempre con aquellos que sufren, citando las palabras del Evangelio: “Estuve en la cárcel, y viniste a mí” (Mateo 25:36). “Aunque estés en la cárcel, Jesús está contigo”, afirmó Doris, brindando un mensaje de esperanza incluso en las situaciones más oscuras. Los otros altares incluyeron aquellos dedicados a jóvenes y niños muertos por violencia, víctimas de cáncer, trabajadores muertos en accidentes laborales, y personas afectadas por el tráfico de personas y explotación. Cada uno de estos altares fue un recordatorio de las distintas formas de sufrimiento que afectan a la comunidad, pero también una invitación a la sanación, el perdón y la unidad. En este día de recuerdo, el ministerio Padres Ángeles refleja los valores fundamentales del cristianismo: amor, misericordia y perdón. Su labor es testimonio del poder de la oración y de la fe para transformar el dolor en esperanza y la violencia en paz. Al seguir orando por todos los difuntos y por la sanación de nuestras comunidades, nos aferramos a la promesa de Cristo, quien está presente en cada sufrimiento, ofreciendo su consuelo y paz a todos los que lo necesitan.