Durante la Vigilia Pascual en la Catedral del Santo Nombre en abril de 2022. Foto: Karen Callaway/Católico
Estimados amigos: La historia y la realidad de la Pascua tienen el poder de atravesar cada experiencia humana que nos deja sintiéndonos sepultados y atrapados. Conocemos los lugares oscuros del pecado y la división en la sociedad, la incertidumbre económica, violencia, amenazas a nuestra salud y seguridad, adicciones, relaciones fallidas y; lo más revelador, una falta de amor. Una reacción natural es tener miedo, un miedo que puede fácilmente convertirse en ira, la ira en desesperación, una desesperación que se vuelve resignación porque no hay soluciones a la vista. Para nosotros, pueblo de fe, pueblo de Pascua, la historia se desarrolla de manera diferente. Podemos sentir tan profundamente como cualquier otra persona la amenaza de una oscuridad alrededor, pero creemos que Cristo resucitó de entre los muertos. Él ha roto los lazos del pecado y la muerte, y más aún, Él nos reclama como suyos. Su resurrección es nuestra victoria. Así que, caminemos confiados con Él y uno con el otro, dejando de lado nuestros miedos y confiando que con Él estamos en el camino que lleva a la esperanza, la libertad y la promesa de una vida nueva. Una bendecida Pascua para todos ustedes.