El diácono Freddie Palacios y su esposa Zoila empacan juguetes donados para enviar a Guatemala el 11 de noviembre. Foto: Karen Callaway/Católico.
Durante los últimos 10 años, el diácono Freddie Palacios y su esposa, Zoila, han estado poniendo sonrisas en las caras de niños pobres que viven en su país de origen Guatemala al entregar juguetes envueltos para la Navidad. Todo empezó cuando la pareja, feligreses de la parroquia St. Charles Borromeo en Melrose Park, comenzó a visitar Guatemala para la Navidad y vieron cuántos niños pobres vivían alrededor de Estanzuela, su ciudad de origen, que no recibían ningún juguete para las festividades. Ellos pensaron en sus cinco hijos y 16 nietos en Chicago y cómo su casa en Navidad lucía como si una juguetería hubiera explotado. Así que cuando regresaron al año siguiente, se llevaron juguetes con ellos, algunos dados por sus propios hijos y otros donados por feligreses de St. Charles Borromeo y Nuestra Señora del Monte Carmelo, Melrose Park. “El año pasado fuimos capaces de llevar 2,000 juguetes aproximadamente”, dijo el diácono Freddie Palacios, que organiza la distribución a través de la parroquia Santa Cecilia en Estanzuela, donde sirve mientras está en Guatemala. Este año están llevando la misma cantidad. Ellos mismos pagan el envío. Palacios es dueño de su propia compañía de electrificación y ya que el negocio disminuye en el invierno, puede tomar tiempo libre para ir y trabajar en Guatemala. “Guatemala es un hermoso país. Hay personas que tienen una vida decente pero también hay personas que son las más pobres y no tienen nada”, señaló. “Esas son las personas que servimos”. La pareja típicamente parte hacia Guatemala un mes antes de la Navidad y envuelve los juguetes cuando llegan allá. Los hijos adultos de los Palacios participan en el trabajo de sus padres al comprar con sus propios hijos antes de las festividades juguetes para enviar a Guatemala. La hija de la pareja Michelle Tate y sus hijos fueron con ellos el año pasado. “Le dije a mi familia, ‘Santa Claus va a pasar por alto nuestra casa esta Navidad. Vamos a ir a ver lo que abuela y abuelo hacen’”, señaló Tate. “Mi hijo tenía puesto su pequeño sombrero de duende cuando entregamos los juguetes”. Ella dijo que la experiencia es difícil de describir con palabras. Sus ojos llenos de lágrimas mientras habla del trabajo que sus padres hacen en Guatemala. “Este no es un millonario tratando de dar dinero”, dijo señalando a su padre. “Este hombre que trabaja muy duro, viene a casa con callos en las manos y sucio en su camisa, pero todavía da. Es una cosa inspiradora lo que mi mamá y mi papá hacen”. Hace tres años, los Palacios también comenzaron pequeñas escuelas de oficio para jóvenes desfavorecidos que son blanco de pandillas. A través del contacto con otros diáconos, también han comenzado escuelas de oficio en El Salvador y Argentina. La pareja está en proceso de establecer una organización sin fines de lucro aquí en Chicago para ayudar a recaudar dinero para sus esfuerzos en América Latina, especialmente las escuelas de oficio. Hasta ahora, han pagado todo ellos mismos. “Los regalos son algo que es muy satisfactorio de hacer, pero estamos tratando de hacer algo que haga más la diferencia para los jóvenes”, dijo. Han podido obtener las herramientas donadas, pero ellos pagan por alquilar el espacio y ofrecer un estipendio a los maestros. Todo esto se trata de ayudar a niños pobres. “Tratamos de sacarlos de las calles al darles una oportunidad de que aprendan habilidades como el trabajo eléctrico y la carpintería”, dijo Palacios. “Esperábamos tener una escuela y terminamos con cinco en Guatemala”. La Oficina para el Diaconado de la arquidiócesis está aceptando donaciones para la escuela de los Palacios. Para donar, llame al 708-366-8900.