Estamos en momentos especialmente difíciles para nuestra comunidad; hay miedo a las deportaciones en muchas familias de inmigrantes, debido a la promesa de campaña, hecha por el ahora presidente electo. Pero les quiero recordar que nosotros somos una comunidad de fe y esperanza. No es momento de angustiarnos ni dejarnos vencer por el miedo; con audacia, tomemos la oportunidad de unirnos como comunidad y recordar que somos un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo, pues cuando uno sufre sufrimos todos. No están solos, la Iglesia está con todos y cada uno de ustedes, y estaremos siempre juntos en la lucha, para que nada injusto suceda. Así que no dejemos que el miedo cambie nuestra vida; por el contrario, mostremos que estamos bien arraigados en la esperanza. Para mí, era muy importante hacerles llegar este mensaje. Por otra parte, les comunico que en esta columna voy a estar informándoles sobre el trabajo del Consejo Hispano, para que estén al tanto de lo que hace este organismo. Quiero felicitar al Consejo porque en su primer año de trabajo ha sido muy muy productivo. Cuando, al inicio, nos reunimos con el Sr. Arzobispo, ahora elegido Cardenal Cupich, él nos pidió enfocar tres prioridades: vocaciones, inmigración y trabajo con la juventud. Hizo énfasis en que trabajáramos para presentar opciones estratégicas para que la Iglesia de Chicago mejorara en esos renglones vitales de esta Iglesia. Y nos pusimos a trabajar. En meses recientes, el Consejo Hispano elaboró un documento que le fue presentado al Señor Arzobispo sobre vocaciones, específicamente sobre vocaciones al sacerdocio entre jóvenes hispanos. En ese documento enfatizamos algunos cambios puntuales y estratégicos para que los jóvenes hispanos encontraran estímulos que les atrajeran a la vida religiosa y sacerdotal. Sugerimos también algunos cambios institucionales que facilitaran a los jóvenes hispanos su entrada y perseverancia en el seminario. Actualmente el Consejo trabaja en un documento sobre “Vitalidad en las comunidades con ministerio hispano”, para coadyuvar en la campaña de Renovar mi Iglesia entre las comunidades hispanas. Al mismo tiempo, llevamos adelante el proceso del V Encuentro Nacional del Ministerio Hispano. La meta general del V Encuentro es discernir comunitariamente medios y formas en los que la Iglesia que peregrina en los Estados Unidos, corresponda mejor a las necesidades de los hispanos/latinos, de manera que todos nos convirtamos en auténticos discípulos misioneros, al llamado de la Nueva Evangelización, para servir como Iglesia al mundo entero. Tenemos mucho trabajo pastoral por delante. Les pedimos sus oraciones para servir a nuestra Iglesia de Chicago de acuerdo al Evangelio y de la mejor manera posible.