Centro de alivio para inmigrantes en Texas celebra aniversario y planea una nueva edificación

MCALLEN, Texas, (CNS) – Mientras el Centro de Alivio Humanitario (Humanitarian Respite Center) manejado por católicos en McAllen celebraba su tercer año sirviendo a inmigrantes y sus familias, oficiales anunciaron que será construida una nueva instalación diseñada para las necesidades de los inmigrantes y la comunidad.

Caridades Católicas del Valle del Río Grande, en la Diócesis de Brownsville, abrió el centro el 10 de junio de 2014, en el salón de la parroquia de la iglesia Sacred Heart en el centro de McAllen, en respuesta a la afluencia de familias de Centroamérica escapando violencia, condiciones económicas pobres y desastres naturales en sus países de origen.

Más de 72,200 personas, principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador, han sido servidas desde que el centro abrió sus puertas.

Las operaciones del centro serán reubicadas a un edificio al otro lado de la calle para finales del verano, dijo la hermana Norma Pimentel, miembro de los Misioneros de Jesús, que es la directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande. El edificio está al lado del sitio donde Caridades Católicas del Valle del Río Grande planea construir la nueva instalación.

“El centro simboliza y celebra el corazón de la comunidad del Valle del Río Grande, que ha mostrado su solidaridad y compasión en todo momento”, dijo la hermana Pimentel.

La hermana Pimentel agradeció al padre franciscano Thomas Luczak, pastor de Sacred Heart, y a toda la comunidad de la parroquia por el uso del salón de la parroquia y por todo su apoyo.

El 30 de abril, Ride for Hope, un paseo en bicicleta de 20 millas desde el muro fronterizo en Hidalgo al sitio futuro del centro, ayudó a recaudar fondos para trabajos del Centro de Alivio Humanitario.

La meta, dijo la hermana Pimentel, también fue llamar la atención hacia el apoyo continuo de la comunidad para ayudar a las personas necesitadas y restaurar la dignidad de los más vulnerables. El nuevo albergue y centro comunitario, señaló, facilitará el trabajo de traer esperanza a otros.

Las detenciones en la frontera han disminuido en un 37 por ciento durante el año fiscal 2017, de acuerdo a la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, lo que se ha traducido en números significativamente más bajos en el centro.

Durante su pico, el centro sirvió a casi 400 personas al día. En días recientes, el número ha disminuido en ocasiones a un solo dígito. La mayoría de los días, sin embargo, un grupo pequeño llega en la tarde.

En la tarde de un domingo reciente, el gerente del centro Eli Fernández hace sándwiches de jamón y queso para aquellos que puedan llegar al centro ese día. Los inmigrantes, muchos de los cuales no tienen mucho dinero en mano, toman los sándwiches para el camino.

"La hermana Norma siempre ha dicho que siempre y cuando tengamos una o dos personas, vamos a estar aquí para ayudar", Fernández mencionó al The Valley Catholic, el periódico diocesano de Brownsville. "Ellos están aquí y son humanos. Necesitamos cuidarlos y garantizar que tengan lo que necesiten para su viaje".

Aunque los números han bajado, Fernández dijo que el apoyo de la comunidad ha permanecido.

"Los voluntarios y las donaciones todavía siguen llegando a un ritmo constante", dijo.

En 2014, la hermana Pimentel escuchó que había familias amontonadas en la estación de autobuses en el centro de  McAllen con solamente la ropa que llevaban puestas, nada de comer o tomar y ningún lugar donde ducharse o dormir. Las familias habían sido detenidas por Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, liberadas con una fecha de corte y dejadas en la estación de autobuses con permiso para continuar hacia sus destinos finales.

La hermana Pimentel abrió el centro de alivio en el salón de la parroquia Sacred Heart, localizada apenas a dos cuadras de la estación de autobuses, para proveer comida, ropa limpia, duchas, atención médica, suministros para el camino, llamadas por teléfono, alojamiento nocturno y más para los inmigrantes.

Ella indicó que el apoyo ofrecido por la ciudad y cientos de voluntarios de cerca y de lejos y de numerosas organizaciones incluyendo Salvation Army, diferentes grupos de fe y organizaciones, hicieron que fuera posible el trabajo del centro.