Padre Claudio Díaz Jr.

¡Adviento ha llegado!

martes, noviembre 28, 2023

¡Adviento ha llegado! Esta temporada tiene un doble carácter. Es un momento de preparación. Tratamos este momento litúrgico con la misma finura de la visita de un invitado especial que llega a nuestros hogares. Este es también un recordatorio de la segunda venida de Jesús en gloria, al final de los tiempos. Las lecturas de este tiempo litúrgico contienen consejos valiosos que nos alientan a estar listos y estar preparados en ambas cuentas.

Y entonces, nos preparamos para la temporada de Navidad. Le damos a la casa una limpieza navideña, la pintamos, preparamos las decoraciones y arreglamos el árbol de Navidad. Organizamos cenas navideñas y hacemos muchas listas; listas de menú, listas de invitados, listas de regalos... Incluso tenemos listas de nuestras listas. Y todo esto en medio tal vez de olvidar nuestra vida de oración, el gasto de dinero que no tenemos, las disputas de la familia y los excesos de la temporada. Hay que comer más, hay que beber más y hay que gastar más.

Mientras nos preocupamos por el pesebre perfecto debajo de nuestro árbol, ¿Cómo estamos preparando el pesebre de nuestros corazones? ¿Qué tipo de bienvenida le estamos dando a Cristo?

Esta es la temporada en la que demostramos lo que el nacimiento de Cristo significa para nosotros. Esta es la temporada en que la Iglesia nos pide posibles mejoras en nuestras vidas, a medida que movemos con profundidad y sinceridad en nuestra religión y en nuestra relación con el Señor. Adviento es un nuevo comienzo. Esta es una oportunidad más para mirar a nuestro alrededor y hacer una evaluación de nuestra forma de vida. Es un momento para fortalecer lo que es débil, para corregir lo que está mal, para enderezar lo que está torcido, para perdonar, para construir y para esperar.

Creemos en el triunfo de la fe sobre los hechos. Como nuestra sociedad puede señalar las debilidades de la Iglesia institucional, la caída de las vocaciones, la caída de la asistencia de los laicos a su deber dominical y el llamado declive del cristianismo en este país, seguimos siendo fieles, creemos en algo más grande que esta realidad histórica. Nos convertimos en administradores de las buenas noticias mientras esperamos. Sabemos que hay algo más allá de esta realidad física. Creemos…

No debemos tener miedo. En el medio de esta temporada de espera, cuando los cielos se vuelven más oscuros, hay una luz que brillará cada vez más. Será la luz de una estrella fugaz que quedó atrapada en la carne humana dentro del sacratísimo vientre de la Bienaventurada Virgen María y aterrizó en un pequeño pueblo llamado Belén. De hecho, este es el triunfo de la fe sobre los hechos.

Preparémonos para la llegada del Rey que vendrá con el amanecer dorando las montañas con luz preciosa y dorando nuestros corazones con gracia y gloria. ¡Oh ven, oh ven, Emmanuel!

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