Padre Claudio Díaz Jr.

María, Madre del mundo y modelo de santidad para todas las madres.

martes, abril 30, 2019

Como madre, María está íntimamente ligada a su hijo y por ende a la humanidad. Ella se mantiene como un modelo de mujer, de ser humano y de maternidad.

Como mujer, María hace una contribución indispensable y femenina al plan de salvación. Si Dios había decidido venir a este mundo como un ser humano, excepto en el pecado, tenía que nacer de una mujer. Una mujer seleccionada a través de los siglos con los elementos esenciales para engendrar al hijo de Dios; un vientre inmaculado, una disposición a los asuntos de su Padre Dios, religiosamente profunda en sus convicciones y dispuesta a colocar su humanidad al servicio del plan de salvación. La selección no podía ser arbitraria ni accidental. Tenía que ser la persona correcta para tan importante misión. Una persona que desde su humanidad dijera sí. Un sí sin condiciones ni titubeos. Un sí al pie de la cuna y un sí al pie de la cruz.

Como ser humano, María tenía que cooperar con libre albedrío, entregándose a Dios con profunda y genuina libertad. Su acción no podía ser por obligación o por temor o sin conocimiento. Su intención al aceptar la encomienda debía ser con recta intención —simplemente para agradar a Dios— y capacidad de análisis crítico. Al ella preguntar, “¿Cómo podrá ser esto si no conozco varón?” demuestra su deseo de entender. Ella quiere enriquecer su fe, y al hacer un ejercicio de la fe busca entendimiento. Esta actitud no proviene de una actitud temerosa ni sometida. Viene de un deseo que querer dar una respuesta con conocimiento. 

Las imágenes de la Virgen son formas concretas de la experiencia maternal universal. En casi todas las imágenes de la Virgen se recrea su dimensión maternal. Acompañada por su hijo, en diversas posturas, momentos y etapas del Niño Dios, la vemos llena de una majestad profunda, de una ternura genuina e incondicional. Con esto todas las madres se pueden identificar.

María como madre es un mensaje que puede ser aplicado a nuestras vidas. De una forma especial a las vidas de las que son madres… Ella no es una figura remota en su maternidad. Ella pasó por las altas y bajas que cualquier madre pueda tener con sus hijos. Ella también pasó por la vivencia de tener que alimentar a su hijo, atenderlo cuando se enfermaba, buscarlo cuando se extravió…

Así, la vivencia de María como madre se asemeja a la vivencia de cualquier madre de nuestra comunidad. Es este mes de mayo celebramos el día de las Madres en los Estados Unidos y en otras partes del mundo. Centradas en la Madre de nuestro Dios, todas las mujeres están llamadas a tenerla de modelo, ya sean madres biológicas o espirituales, como es el caso de las religiosas. Dichosas ustedes que pueden identificarse de una manera especial con tan hermosa criatura, la Virgen María. Imítenla en su “sí” incondicional, en su capacidad de análisis crítico, en su libertad para hacer la obra de nuestro Padre Dios y sobre todo en siempre querer cumplir con su voluntad. De esta manera al final de sus jornadas terrenales podrán hacer eco del Magnifica: “Porque Dios ha hecho maravillas conmigo y santo es su nombre”. ¡Feliz mes de la Virgen! ¡Feliz día de las madres!

 

Esta columna fue anteriormente publicada en mayo de 2015.

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