Monseñor Michael Boland

La inspiración de ver a los feligreses involucrarse

martes, abril 2, 2019

Este mes me gustaría aprovechar la oportunidad de agradecer a todas las parroquias de la Arquidiócesis de Chicago por todo lo que hacen por Caridades Católicas y celebrar todo lo que hacemos juntos para servir a los más necesitados en nuestras comunidades.

La gran tradición de la Iglesia de servir a quien se encuentra en necesidad se funda en los Evangelios y en la vida y las palabras de Jesucristo, que vino “para traer buenas nuevas a los afligidos ... proclamar libertad a los cautivos ... y la recuperación de la vista a los ciegos ... “ (Lucas 4: 18-19), y quien se identificó con “los más pequeños de estos:” el hambriento, el extraño y todos aquellos que viven a los márgenes de la sociedad (Mateo 25:45).

Jesús nos llama a extender la mano con la misericordia y la compasión que nos pidió darles a las personas que enfrentan circunstancias difíciles, y la Iglesia católica lo hace de una manera muy especial; no sólo a través del servicio social profesional, la salud y las instituciones y organizaciones educativas, sino también a través de los ministerios de servicios humanos en las parroquias y la dedicación personal de los feligreses. Todos trabajamos juntos para cumplir la misión de la Iglesia de amar y servir a aquellos que Jesús ha confiado a nuestro cuidado.

En Caridades Católicas, los voluntarios y el apoyo financiero brindado por las parroquias, así como sus numerosas donaciones caritativas, son verdaderamente la base de nuestras operaciones y nos permiten atender a casi un millón de personas anualmente. Las parroquias organizan la colecta de alimentos, ropa, pañales, abrigos, útiles escolares y juguetes; “Adoptan” diversos programas, como nuestras iniciativas contra la violencia, los centros para personas de tercera edad y servicios para veteranos; dedican apoyo financiero a servicios específicos como los Apartamentos New Hope o el Reasentamiento de Refugiados; ofrecen espacio no utilizado para nuestras viviendas para personas mayores y con necesidades especiales; donan fielmente a nuestra campaña anual del Día de las Madres; y proporcionan miles de voluntarios para una multitud de nuestros programas. Muchos de estos voluntarios dedicados se unen a nuestros consejos de asesores y comparten sus habilidades de liderazgo y experiencia profesional durante años. 

Las parroquias a menudo son el catalizador para traer nuevos programas de Caridades Católicas, articulando las necesidades de sus comunidades y ayudándonos a establecer nuevos servicios. Las parroquias proporcionan espacio para los grupos de apoyo y asesoramiento de Caridades Católicas, y trabajan con nosotros para establecer y operar despensas de alimentos basadas en la comunidad. Las parroquias son anfitrionas generosas de las Ferias de Salud de Caridades Católicas para aquellas personas sin seguro médico o con seguro insuficiente, y cocinan y sirven comidas en el programa de Caridades Católicas de Cenas por las Tardes, ofreciendo comida caliente a las personas con hambre y sin hogar en lugares parroquiales a través de los condados de Cook y Lake. Caridades Católicas a menudo trabaja en conjunto con los capítulos de San Vicente DePaul y los ministerios de servicios humanos locales para juntar los recursos para comprar un dispositivo médico necesario para un niño, reparar un auto para que un padre pueda ir a trabajar, brindar asistencia de alquiler para que una familia sin hogar pueda tener una vivienda estable, o proporcionar asistencia financiera de emergencia para prevenir la falta de vivienda.

Quizás lo más maravilloso es ver que los feligreses de todos los niveles económicos se involucran y dan lo que pueden. He visto a personas traer una bolsa de manzanas o unas latas de sopa tan a menudo como he visto la descarga de un carro lleno de provisiones. Y en cada caso, siempre preguntan, “¿qué más podemos hacer?” Es verdaderamente inspirador ver a los fieles dar con tanto amor y generosidad, y nunca tener miedo de remangarse para ayudar.

Me siento muy bendecido de ser testimonio diario de la manera muy bonita en la que la Iglesia se une para cuidar a nuestros hermanos y hermanas necesitados –alimentando a los que tienen hambre, dando de beber al sediento, acogiendo al extranjero, y mostrando la compasión y la misericordia tal como Jesús nos pidió que hiciéramos. Estoy profundamente agradecido por la colaboración y el apoyo de las parroquias a lo largo de la Arquidiócesis, y en Caridades Católicas nos sentimos honrados de trabajar mano a mano para cumplir la misión de caridad de la Iglesia.

Advertising