Monseñor Michael Boland

¿Cómo llega una persona a estar sin hogar?

martes, enero 31, 2017

Ha sido sumamente conmovedor ser testigo del repetido acercamiento del Papa Francisco a las personas sin hogar. Cada uno de sus actos, incluyendo invitaciones a hombres y mujeres sin hogar a comidas y conciertos en el Vaticano, llevándolos para un refrescante baño en la costa, invitándolos a una cena de pizza, e instalando duchas, una peluquería y una clínica cerca de la Plaza de San Pedro, demuestran su amor especial por los que viven al margen, aquellos que Jesús confió a nuestro cuidado. La generosidad del Santo Padre no está necesariamente destinada a resolver el complejo problema de la falta de viviendas, sino que es un paso en el camino hacia la restauración de la dignidad humana de nuestros hermanos y hermanas sin hogar.

Nadie conoce mejor la lucha de mantener la dignidad que alguien sin hogar. Entender la falta de vivienda puede ser difícil, especialmente mientras la economía de Estados Unidos hace constantes ganancias.

A menudo, personas me preguntan: “¿Cómo llega una persona a estar sin hogar?” Frecuentemente hay múltiples factores que pueden contribuir a la falta de vivienda, pero en especial para las madres con hijos, quienes forman un gran porcentaje de la población sin hogar, la causa principal es económica; Simplemente no tienen suficiente dinero para pagar el alquiler y cubrir otros gastos para llegar al fin de mes.

Hay dos problemas económicos principales que trabajan en contra de las familias que experimentan pobreza. El primero es el alto costo de vivienda en la mayoría de las áreas metropolitanas, que solo aumenta a medida que la economía mejora. Aunque hay problemas de viviendas accesibles, se estima que hay aproximadamente cuatro inquilinos por cada unidad de vivienda accesible. Consecuentemente, si las familias pueden encontrar vivienda, terminan gastando un porcentaje muy alto de sus ingresos en la renta, dejando poco para cubrir otros gastos o emergencias.

El segundo problema económico es el empleo. Aunque el índice de desempleo este bajo, hay muy pocos empleos de entrada o de nivel inferior que paguen un ‘salario digno’, un salario considerable y suficiente que pueda cubrir el alquiler y otros gastos. En Illinois, un trabajo de tiempo completo que pague aproximadamente $18 la hora, se necesitaría para poder pagar un departamento de dos recamaras. Ya que estos salarios son difíciles de encontrar, las familias experimentando la pobreza, pueden trabajar duro, hasta 40 horas o más por semana, y aun no poder ganar lo suficiente para cubrir la renta, las utilidades, la comida, las necesidades médicas, el transporte, el cuidado de los niños y otros gastos diarios.

Los bajos salarios y las altas rentas, dejan a familias experimentado la pobreza, extremadamente vulnerables a la falta de vivienda. Para aquellos que pueden encontrar vivienda, cualquier gasto inesperado, ya sea una reparación de auto o una factura médica, puede iniciar un descenso hacia la falta de vivienda, porque no tienen ahorros para cubrir esos gastos. Otras crisis, como el ser diagnosticado con un problema de salud serio ocrónico, cuidando de un familiar detercera edad, huyendo de una situaciónde violencia doméstica, superando elabuso de sustancias o enfrentando unadiscapacidad física o mental, hacen lalucha contra la falta de vivienda aún más difícil.

Durante décadas, Caridades Católicas se ha unido a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos para abogar por más viviendas accesibles, salarios más altos y mejor educación y capacitación laboral, que pudieran comenzar a abordar las causas estructurales de la falta de vivienda. Caridades Católicas también ofrece una variedad de programas que satisfacen necesidades urgentes, incluyendo la extensión comunitaria móvil, servicios de comidas calientes, servicios para la prevención de la falta de vivienda, programas de albergues y viviendas de transición, servicios de violencia doméstica, viviendas para veteranos sin hogar, tratamiento para el abuso de sustancias, consejería para la salud mental, administración de casos, educación y capacitación de trabajo.

El objetivo más importante de todos los programas para la falta de vivienda de Caridades Católicas, es el restaurar la dignidad de un individuo. A través de los esfuerzos colectivos de nuestros miembros de la junta de asesores, los donantes, los voluntarios y el personal, ayudamos a personas a elaborar planes para mejorar sus vidas, los conectamos con recursos para lograr un cambio positivo y los tratamos con el respeto que refleja su dignidad dada por Dios. Como nos recuerda el Papa Francisco con sus esfuerzos caritativos que provocan la reflexión, nuestras respuestas a los que están experimentando la pobreza y las personas vulnerables, no son actos únicos de generosidad, sino que son el testimonio definitivo de la Iglesia católica.

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