Internacional

Con la ponencia “Hacia una verdadera purificación eclesial”, el cardenal Cupich participó en el Congreso Latinoamericano sobre la Prevención del Abuso de Menores

Por Redacción Católico
lunes, noviembre 25, 2019

“La iglesia entera debe caminar conjuntamente hacia la sanación de las víctimas-sobrevivientes, la protección de los vulnerables, y la rendición de cuentas de aquellos que los lastimaron y les fallaron” dijo el cardenal Cupich. Foto: María Langarica/Desdelafe

“Tolerar el abuso sexual del clero está en total contradicción con el núcleo del mensaje del Evangelio”. Con estas palabras se dirigió el cardenal Blase Cupich a los participantes del Congreso Latinoamericano sobre la Prevención del Abuso de Menores, una actividad de tres días organizada por la Universidad Pontificia de México que convocó a especialistas en el tema venidos del Vaticano y países de América Latina.

El cardenal Cupich participó en el congreso, celebrado del 6 al 8 de noviembre en la ciudad de México, con una ponencia titulada “Hacia una verdadera purificación eclesial”. 

En ella, el cardenal narró el impacto que tuvo en él escuchar, cuando era obispo “en una diócesis mayormente rural” el testimonio de un hombre adulto, quien le confió que de niño había sufrido abuso sexual a manos de un sacerdote. Después de narrarle los pormenores, el hombre le dijo que quería encontrarse con su abusador. El entonces obispo Cupich arregló un encuentro al que él también asistió. El sacerdote no negó las acusaciones.

El entonces obispo Cupich notificó a los organismos del orden público local, removió las facultades de ese sacerdote para el ministerio y lo informó a la Santa Sede, lo que eventualmente resultó en su remoción del estado clerical.

“Todo lo que quiero decirles hoy sobre la purificación eclesial está en la historia de mi encuentro con esta víctima” dice el documento del cardenal. “Pone en relieve cuatro elementos de la purificación que yo he tratado de seguir desde la visita de esta víctima.”

Esos cuatro elementos de la purificación son: solidaridad, sinodalidad, conversión y transparencia.

“A medida que escuchaba a esta víctima, me daba cuenta de que estaba escuchando a un niño de nueve años, hablándome con toda la vulnerabilidad que pertenece a esa tierna edad. Es a este nivel de profunda vulnerabilidad que debemos conectarnos con aquellos que han sido lastimados” dijo el cardenal Cupich.

“El camino a la purificación eclesial comienza al nivel de la solidaridad con las víctimas, abrazando nuestra conexión con ellos al nivel profundo de nuestra vulnerabilidad común”.

Respecto al segundo elemento, la sinodalidad, el cardenal escribe:

“Así como la solidaridad nos permite conectarnos con aquellos que han sido lastimados a un profundo nivel humano, así también la sinodalidad nos inspira a estar cerca de ellos y viajar con ellos. Nunca debe sugerirse que las víctimas deberían ‘superarlo’, o que es momento de seguir adelante y dejar todo en el pasado. Lo que ha sucedido es parte de nuestra historia. Sí, debemos caminar hacia adelante al futuro, pero debemos hacerlo del brazo de aquellos que han sido heridos”.

“Sinodalidad” es un término popularizado por el papa Francisco que significa “caminar juntos” .

“La iglesia entera debe caminar conjuntamente hacia la sanación de las víctimas-sobrevivientes, la protección de los vulnerables, y la rendición de cuentas de aquellos que los lastimaron y les fallaron.”

Más adelante, el cardenal escribe que:

“Así como la sinodalidad da sostenibilidad a la purificación necesaria, un tercer elemento, la conversión, la mantiene auténtica. En 2002, nuestra Conferencia Episcopal y cada diócesis establecieron procedimientos para lidiar con los sacerdotes que han abusado. Sin embargo, como ahora queda claro, fallamos en hacernos responsables como obispos.”

El cardenal dijo que lo anterior ha expuesto la falla en nuestra estrategia para purificar la iglesia de este flagelo. “Perdimos de vista la verdad en nuestra tradición de que la purificación viene a través de una conversión que nos cuesta algo y nos hace exigencias, no solamente en un área, sino en todos los aspectos de nuestras vidas.”

Respecto al cuarto elemento, el cardenal señaló que “La transparencia abre nuevas posibilidades de sanación para aquellos que fueron heridos por el abuso y la iglesia entera.”

Dijo que “ser abierto, honesto y transparente con la gente cuando sea que ocurra el abuso y a medida que descubrimos fallas pasadas, tiene un efecto liberador. Al ser abiertos con nuestro pueblo lo tratamos con respeto y al mismo tiempo admitimos nuestras limitaciones y nuestra necesidad de su ayuda.”

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