Internacional

Cardenal Jaime Ortega, voz de los pobres de Cuba, muere a los 82 años

Por CNS
martes, julio 30, 2019

El cardenal cubano Jaime Ortega, arzobispo retirado de La Habana, murió a los 82 años el 26 de julio de 2019, después de una larga batalla contra el cáncer. Él aparece en esta foto del 4 de diciembre de 2010. Foto:Reuters/ CNS

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- El cardenal Jaime Ortega Alamino, ex arzobispo de La Habana, que trabajó por una mayor libertad para su iglesia y para poner un fin al bloqueo económico de Estados Unidos contra su tierra natal, murió el 26 de julio a la edad de 82 años.

Por su trabajo en la Arquidiócesis de La Habana durante casi 35 años, el cardenal asumió un papel prominente como portavoz de los católicos cubanos en asuntos nacionales e internacionales, pero también dedicó gran parte de su energía a apoyar a los católicos activos de la isla y alentarlos como misioneros a sus vecinos.

Pasó ocho meses en un campo de trabajo del gobierno comunista, de 1966 a 1967, pero llegó a convertirse en cardenal y le dio la bienvenida a Cuba a san Juan Pablo II en 1998, al papa Benedicto XVI en marzo del 2012 y al papa Francisco en septiembre de 2015.

El cardenal Ortega aprovechó toda oportunidad para suplicar al gobierno de los Estados Unidos que pusiera fin al bloqueo económico impuesto contra su país, repitiendo la posición de papas sucesivos de que el bloqueo mantenía a miles de personas pobres y al mismo tiempo sin lograr que el gobierno cubano aumentara la libertad y los derechos humanos.  

En 2014, cuando quedó claro que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, podría estar dispuesto a disminuir las restricciones del embargo, el papa Francisco le entregó dos cartas al cardenal Ortega, pidiéndole que le entregara una a Raúl Castro y la otra a Obama.

Como figura pública, el cardenal Ortega también dedicó mucha energía a presionar a su gobierno que permitiera que la Iglesia católica en Cuba tuviera una voz pública y ayudara a los pobres.

Trabajó arduamente para la restauración de iglesias en La Habana y para que se abrieran de nuevo, también alentó la práctica de reuniones de oración en hogares.

“Hay paredes, todo tipo de paredes, malos recuerdos del pasado que también deben ser derribados, y así lo hacemos”, dijo una vez, dirigiéndose a obispos canadienses.

Después de estudiar en el seminario en Cuba y en el seminario de Misiones Extranjeras en Quebec, fue ordenado sacerdote en 1964.

Su primera asignación, como pastor asociado en Cárdenas, se interrumpió en 1966 cuando fue detenido y enviado al campo de trabajo forzado agrícola conocido como Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).

El cardenal Ortega rara vez habló públicamente sobre los ocho meses que estuvo en el campamento, aunque lo hizo durante una entrevista en 2014.

Sin mencionar casi nada sobre las largas horas de trabajo forzado y las malas condiciones de vida en el campamento, casi 50 años después, el cardenal Ortega dijo que “fue una experiencia de vida única para un sacerdote”, una que lo colocó “en medio de la gente”.

El cardenal nació en Jagüey Grande, Cuba, el 18 de octubre de 1936.

San Juan Pablo II lo nombró obispo de Pinar del Río en 1978 y arzobispo de La Habana en 1981. Fue nombrado cardenal en 1994.

Su muerte deja al Colegio de Cardenales con 217 miembros, 120 de los cuales son menores de 80 años y, por lo tanto, son elegibles para votar en un cónclave.

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