El papa Francisco ora en la sesión de apertura de la reunión sobre la protección de menores en la iglesia el 21 de febrero de 2019. A la derecha, el cardenal Cupich, miembro del comité organizador de la reunión. Foto: Evandro Inetti/CNS
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Mucho ojos y oídos se dirigieron en la dirección del Vaticano del 21 al 24 de febrero, cuando se llevó a cabo una reunión sin precedentes para debatir el tema de la protección de menores en la Iglesia Católica. Cuando el papa Francisco anunció la reunión internacional en septiembre, la misma generó un toque de optimismo de que el problema global del abuso finalmente sería encarado con un esfuerzo concertado, coordinado y global. El alcance de las potenciales repercusiones parecía reflejarse en la lista de los convocados a la reunión: los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo, los líderes de las iglesias católicas orientales, representantes de los grupos de liderazgo de las órdenes religiosas de hombres y mujeres y los jefes de las principales oficinas del Vaticano. ¿Qué debería esperar la gente de esta reunión de cuatro días? A continuación, los cinco puntos más destacados al respecto: 1. Fue la primera y principal reunión para crear conciencia, incluso de que el escándalo de abuso sexual no es un problema del “occidente” sino que sucede en todos los países. El padre jesuita Federico Lombardi, quien moderaría el encuentro, dijo que habría de 160 a 180 participantes. Les informó a reporteros el 12 de febrero que se esperaba a los presidentes de aproximadamente 115 conferencias episcopales, 12 líderes de iglesias orientales, prefectos de las congregaciones del Vaticano directamente involucrados con las normas vaticanas sobre abuso y negligencia, ocho delegados de la Unión de Superiores Generales de congregaciones religiosas masculinas, 10 delegadas de la Unión Internacional de Superioras Generales de Congregaciones Religiosas, tres miembros del Consejo de Cardenales del papa que no presiden su conferencia episcopal y cuatro miembros del comité organizador. 2. Los organizadores esperan que al escuchar a las víctimas y a los líderes que han aprendido del modo más difícil, los participantes sean inspirados a adoptar una cultura de fiscalización y transparencia. El encuentro no implica la elaboración de ningún documento, sino impulsar a las personas a tomar los pasos necesarios hacia una mayor transparencia y fiscalización, dijo el padre Lombardi. 3. Celebrar un tipo de “asamblea paralela” cuando un gran número de víctimas y grupos de activistas converjan en Roma para pedir una mayor fiscalización, acción y reforma. 4. Presencia del papa Francisco durante toda la reunión. En carta a los obispos de Chile, el pontífice dijo que el abuso y posterior encubrimiento de los obispos chilenos, “son indicadores de que algo está mal en el cuerpo de la iglesia”. Por lo tanto, ellos no deben solamente “resolver los casos concretos”, sino también “descubrir las dinámicas que hicieron posible que tales actitudes y maldades ocurrieran”. Esas actitudes son impulsadas por la tentación de “salvarnos nosotros mismos, salvar nuestra reputación”, les dijo a los obispos chilenos. 5. Se espera que la reunión sea un paso crucial en un muy largo trayecto que empezó hace décadas y debe continuar. Después de la reunión se tomarán medidas adicionales, según ha dicho el padre Zollner. Por ejemplo: un grupo especial integrado por expertos en protección infantil “probablemente será establecido en varios continentes” para ayudar a los obispos a crear, fortalecer e implementar las directrices.