Internacional

Evangelizar en una sociedad en cambio - Chicago Católico

Por Redacción Chicago Católico
lunes, octubre 31, 2016

El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, visitó Chicago en septiembre para el anuncio de que Catholic Extension otorgará apoyo financiero para construir y reparar iglesias en Cuba.

El arzobispo García es presidente de la conferencia de obispos católicos de Cuba, y aprovechamos su presencia para sentarnos a platicar con él.

¿Ha visto un cambio desde que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se han relajado?

Sí, se nota una mayor distensión, tanto en el lenguaje como en el día a día en las relaciones. Creo que entre los dos pueblos hay mayor naturalidad, mayor intercambio. Un mayor número de norteamericanos están yendo a Cuba por variados motivos.

Unas relaciones que estuvieron interrumpidas durante decenas de años no pueden resolver todos sus problemas con una varita mágica. Por lo tanto creo que sí, que se nota un mayor intercambio, un mayor acercamiento y una mayor comprensión de la realidad.

¿En qué estado se encuentra la juventud cubana hoy en día?

Los jóvenes de hoy los veo como más dispuestos. El cubano siempre ha sido una persona emprendedora, pero los veo más decididos, que están tomando su vida en sus manos. Por otro lado, los cambios que hay en Cuba, que son lentos pero son cambios, ha abierto un poco más la ventana que tenía el cubano para mirar el mundo.

Eso le abre la perspectiva. Pero también crea en ellos una especie de desazón, porque quisieran que los cambios fueran más rápido. Sin embargo muchos no lo ven así, y por eso también hay un nivel de desesperanza, de agobio. Muchos de ellos tienden a irse del país, buscando otros horizontes.

¿Cuáles son las influencias de los jóvenes en Cuba?

Cada día que pasa los cubanos tienen mayor acceso a los medios. Porque aunque la internet se ha hecho un poco más asequible, es muy cara. Pero hay muchos, no solamente jóvenes, que tienen acceso aunque sea limitado, al internet. Y eso les permite abrir una ventana al mundo. Eso permite, usted sabe, una “globalización de la información” de las costumbres, de las maneras de ser, de la cultura.

¿Ha cambiado algo la situación de respeto a los derechos humanos?

Usted sabe que el tema de los derechos humanos es muy complejo, muy debatido, muy amplio. Están los derechos civiles, los derechos básicos de las personas. En Cuba se trata de garantizar la educación, la salud. Han sufrido mucho estos servicios. Toda la población tiene derecho a tenerlos, pero son servicios que cuestan. Con respecto a los derechos civiles, recordemos que Cuba es una sociedad de partido único y todo se rige a través de ese criterio.

Con respecto al estado de las iglesias, parte de este programa es colaborar en la infraestructura de los edificios...

Claro, eso lo venimos haciendo desde hace tiempo. Esta sería una ayuda que a nosotros nos viene muy bien, porque nosotros no tenemos recursos. Y hay iglesias e iglesias. No es lo mismo restaurar una catedral que una pequeña capilla. Mejor dicho: no es lo mismo restaurar una catedral, que hacer una iglesia. La restauración siempre tiene mayor costo, pero a veces también es un patrimonio, no solo de la iglesia sino de la nación. Entonces uno trata de hacer todo con la mayor calidad posible.

¿Demográficamente hablando, la iglesia de Cuba puede dar abasto a la comunidad católica?

Nosotros estuvimos 55 años sin poder construir un templo. Han crecido los barrios. Las ciudades han aumentado, mucha gente del campo ha venido a la ciudad y en esos lugares no hay templo católico. Lo que se hace es, en la casa de las personas se hace casa de oración. Por eso nosotros lo que pedimos es que se nos permita construir templos en algunas de estas barriadas.

¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy la iglesia católica en Cuba?

El desafío de cómo ser evangelizador en medio de una sociedad en cambio, en una sociedad en que durante mucho tiempo la Iglesia no ha tenido la posibilidad de expresarse para llegar a las grandes masas, al pueblo en general. Ese es el desafío principal, porque esa es la misión de la iglesia, evangelizar.

También están los otros desafíos, acompañar al pueblo en la vida diaria, a través de la caridad y el servicio.

¿Algún mensaje para los cubanos que viven en Chicago?

Que permanezcan firmes en su fe, que den testimonio de su fe en Chicago. Acuérdense que uno debe vivir su fe allí donde se encuentre independientemente del sistema de organización social que tenga el país, el cristiano siempre tiene que ser testigo del evangelio. Y que no se olviden de Cuba, claro.

¿Sobre el proyecto de Catholic Extension, de tres años para reparar la infraestructura, de cuántas iglesias estamos hablando?

Yo no podría decirle de cada iglesia porque cada diócesis va a hacer sus proyectos. Además son tres años. Lo que sí puedo decirle es que va a ser de mucho provecho, porque nos va a permitir tener disponibilidad económica para poder emprender proyectos que de otra manera hubieran tardado más tiempo.

Yo le agradezco mucho a Catholic Extension porque me parece que es una organización con fines bien definidos, de ayuda. Ha ayudado a construir o reparar 22 mil templos, solamente en ese aspecto ya es decir mucho. En ellos he encontrado una contraparte comprensiva y a la vez seria con la que uno puede conversar. Y les agradezco a todos los donantes.

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