Estados Unidos

Agencia diocesana de Brownsville está lista para ayudar a solicitantes de asilo

Por Paul Binz (CNS)
miércoles, marzo 10, 2021

Migrantes en Matamoros caminan hacia la garita del Puente Internacional el 26 de febrero de 2021, para buscar asilo en Brownsville, Texas. Foto: Go Nakamura, Reuters/CNS

BROWNSVILLE, Texas (CNS) -- Aunque el clima más frío en más de treinta años agravó la situación de los solicitantes de asilo varados en un campo de refugiados en México, es posible que el fin de su difícil situación esté en el horizonte.

Un pequeño grupo de 25 personas fue el primero en salir del campamento en Matamoros, México, y entrar a Estados Unidos el 22 de febrero, llegando a la ciudad de Brownsville, Texas, informó la hermana Norma Pimentel, quien es misionera de Jesús y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande en la Diócesis de Brownsville.

Aunque es probable que cientos más sigan, este pequeño avance ya es un primer paso.

“Es simplemente comenzar con un número manejable”, expresó la hermana Pimentel al periódico diocesano de Brownsville The Valley Catholic. “Debido a Covid, hay un número limitado de agentes (estadounidenses) para procesarlos”.
Todos los que ingresen a Estados Unidos primero se someterán a pruebas de detección del coronavirus para asegurarse de que den negativo, señaló.

En la ciudad de tiendas de campaña en Matamoros, cientos de personas, en su mayoría centroamericanos, han estado esperando hasta un año y medio para que se escuchen sus peticiones de asilo en Estados Unidos, desde que los Protocolos de Protección al Migrante de la administración de Donald Trump -también conocidos como el programa “Quédate en México”- se pusieron en marcha durante el verano de 2019. La mayoría en el campamento son familias con niños menores de 7 años.

Para resguardarse del frío severo que llegó el 14 de febrero, los solicitantes de asilo se han estado envolviendo en mantas, encendiendo fogatas, o permaneciendo cerca de fuentes de calor como parrillas donadas.

“Ha sido muy difícil para las familias, especialmente para los niños”, dijo la hermana Pimentel. “Les llevamos mantas, calcetines, guantes, y sacos de dormir. No es suficiente cubrirlos y mantenerlos calientes”.

Los funcionarios mexicanos intentaron sacar del frío a las 700 a 800 personas del campamento. “Lo intentaron”, acotó la hermana Pimentel. “Abrieron un refugio y se habrían llevado (a los refugiados), pero ellos no querían salir de su campamento. Supongo que tienen miedo de irse y perder sus pertenencias, perder su espacio. Creen que necesitan estar cerca del puente”.

El frío también afectó los esfuerzos de ayuda en el lado estadounidense de la frontera. El Centro de Respiro operado por Caridades Católicas para ayudar a los solicitantes de asilo, que está situado en el centro de McAllen, Texas, estuvo sin electricidad durante varios días.

“Tenemos 500 inmigrantes en nuestro Centro de Respiro. No tenemos electricidad”, dijo la hermana Pimentel durante el apagón. “Se apagó la primera noche que tuvimos frío. Tenemos que arreglárnoslas con generadores en algunas habitaciones para al menos tener luz”.

Más tarde se restauró la electricidad. Durante el apagón, la ciudad de McAllen, Texas, proporcionó los generadores y llegó ayuda adicional de otro tipo para el Centro de Respiro, informó.

La hermana Pimentel dijo que la gente “puede comunicarse con cualquier organización que esté tratando de ayudar a estas familias mientras tanto”. También señaló el sitio web de Caridades Católicas del Valle del Río Grande (www.catholiccharitiesrgv.org).

“Puede comunicarse con nosotros e ir a la lista de Amazon y averiguar cómo puede dar cualquiera de esos artículos que definitivamente podemos poner a disposición de las familias”.