Estados Unidos

Ante el aumento de violencia con armas en medio de la pandemia, obispos piden leyes razonables

Por Chaz Muth
martes, agosto 18, 2020

Gente en oración el 5 de agosto de 2019 junto a las cruces en honor a las víctimas del tiroteo masivo en un Walmart en El Paso, Texas, dos días antes. Foto: Callaghan O'Hare, Reuters/CNS

WASHINGTON (CNS) – Cuando el obispo Mark J. Seitz de El Paso, Texas, oró por los muertos a principios de agosto, en el primer aniversario del tiroteo masivo en un Walmart en su ciudad, hizo el solemne homenaje en medio de la pandemia del coronavirus, que ha mantenido a gran parte del público estadounidense en distanciamiento social.

El nivel de violencia con armas, sin embargo, no ha disminuido en los cinco meses en que los estadounidenses se han resguardado en su sitio y reducido su actividad pública.

Esos números de hecho han aumentado, según estadísticas emitidas por Gun Violence Archive, un grupo de investigación sin fines de lucro que cataloga cada incidente de violencia con armas en los Estados Unidos, con 56 tiroteos masivos reportados en mayo.

“No podemos simplemente aceptarlo como la nueva normalidad”, señaló el obispo Seitz a Catholic News Service.

Las muertes por armas de fuego aumentaron un 16% en abril y 15% en mayo, comparado con los mismos meses en 2019, y las zonas urbanas –que experimentan un aumento del desempleo y el estrés por incremento de casos y muertes por COVID-19– soportan la peor parte de la violencia, según muestran datos de Gun Violence Archive.

“Durante varias décadas, los obispos en Estados Unidos han estado hablando de la violencia con armas de fuego y proponiendo diferentes maneras de afrontarla, incluyendo medidas razonables de control de armas para prevenir que estas caigan en manos de individuos que van a lastimar a otros o a ellos mismos”, dijo Michael B. O'Rouke, asesor de política para la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

El cabildeo en favor de leyes razonables de armas de fuego a nivel estatal y federal ha continuado entre los obispos de Estados Unidos, quienes ven esto como un asunto provida.

El control de armas de fuego es un tema político candente para la mayoría de los estadounidenses, a favor y en contra, y no es diferente entre los católicos. Ellos están divididos en el asunto, algunos quieren más restricciones en la compra de armas y otros se resisten a cualquier restricción.

El obispo Denis J. Madden, obispo auxiliar jubilado de la Arquidiócesis de Baltimore, ha testificado acerca del impacto de dicha violencia ante comités de la Asamblea General de Maryland durante años, y dijo que siempre le sorprende el desprecio de las personas que creen que él está tratando de infringir su derecho a portar armas.

“Yo no creo que requerir registro de armas y verificaciones de antecedentes sea infringir las libertades de alguien”, dijo el obispo Madden a CNS. “Parte del lenguaje que se lanza en estos debates me perturba, porque pareciera menospreciar el valor de las vidas perdidas por la violencia con armas”.

Los homicidios solo representaron aproximadamente el 35% de las casi 40,000 muertes por armas de fuego en Estados Unidos en 2017, mientras que las muertes por armas de fuego autoinfligidas representaron aproximadamente el 60%, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades/Centro Nacional de Estadísticas de Salud.

Durante la asamblea general de otoño de 2019 de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, el obispo Frank J. Dewane de Venice, Florida, llamó a la muerte violenta por armas de fuego –bien sea autoinfligida, accidental u homicidio– una crisis espiritual que aflige a Estados Unidos.

El obispo Dewane, entonces presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de los obispos de Estados Unidos, expuso la postura de larga data de la USCCB de la necesidad de una legislación de “sentido común” que gobierne la disponibilidad de armas.

Durante los años, dijo, los obispos han apoyado acciones de “sentido común” como una prohibición de las armas de asalto, límites a los cargadores de alta capacidad, una ley federal para criminalizar el tráfico de armas, requisitos obligatorios de bloqueo de armas y almacenamiento seguro, mejor acceso a servicios de salud mental y evaluación del impacto de la representación de la violencia en varios medios de comunicación en la sociedad.

Los obispos de Estados Unidos se han encontrado con reacciones negativas por su defensa al control de armas de católicos que creen que los líderes de la Iglesia deben concentrarse en las necesidades pastorales de su rebaño y mantenerse alejados de debates políticos tan cargados.

“Los obispos están acostumbrados a las reacciones negativas, dada las divisiones de la política estadounidense”, dijo Joseph E. Capizzi, profesor de teología moral en la Universidad Católica de América en Washington. “Las leyes de armas de fuego tienen una carga política, pero también la mayoría de los asuntos con los que tratan, desde el aborto hasta la inmigración”.

Cuando se trata de cuestiones morales, lo aparentemente político también es pastoral, dijo Capizzi.

“Los obispos hablan como nuestros pastores, como guías a nuestro bien común”, dijo, “y cuando hablan sobre leyes de armas, lo hacen mejor cuando conectan la violencia con armas a la crisis espiritual generalizada que está plagando a nuestra nación”.