Cada año, la Pastoral Migratoria de la Arquidiócesis de Chicago convoca a decenas de diócesis y organizaciones por un fin de semana a un seminario con el propósito de dar a conocer sus tareas como ministerio y establecer lazos para fortalecer los esfuerzos comunes. Este año –como consecuencia del actual estado de emergencia– este seminario se ha desarrollado de manera virtual a través de una serie de cinco teleconferencias. Una de ellas abordó el tema de la migración durante esta pandemia, en que se analizó el panorama a nivel mundial y se propusieron respuestas como Iglesia. El panel Migración global en tiempos de Covid-19 se llevó a cabo el 15 de julio a través de las plataformas Facebook Live y Zoom. Contó con la participación de Emanuele Selleri, laico de la Red Scalabrini Internacional de Migración (SIMN), desde Roma; del Rev. Conrado Zepeda, SJ, del Servicio Jesuita a Migrantes México, desde México; de Mons. Robert J. Vitillo, de la Comisión Internacional Católica de Migración (ICMC), desde Suiza; y de la Mtra. Lía Salinas, directora del Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Baltimore, quien fungió como moderadora. Los panelistas coincidieron en señalar que la vulnerabilidad por la que atraviesan los migrantes y refugiados se ha acrecentado en este tiempo de emergencia sanitaria y su situación social y económica se perfila aún más agravante en la postpandemia. El padre Conrado compartió que, aunque la pandemia reducirá los flujos migratorios entre Centroamérica y América del Norte, los mismos se incrementarán conforme vayamos pasando a la postpandemia, porque las condiciones de injusticia estructural continúan y se acrecentarán; entre ellas, mayores restricciones de los gobiernos para aquellos migrantes en tránsito, de larga estadía o solicitantes de asilo. Entre los problemas actuales que enfrentan los migrantes menciona el crecimiento de la xenofobia, secuestros por parte del crimen organizado, deportaciones masivas y la poca conciencia sobre su situación en este tiempo de suma dificultad. Mons. Vitillo explicó que los refugiados y las personas desplazadas en campamentos o barrios marginales urbanos abarrotados, además de lidiar con múltiples emergencias como la guerra, la pobreza extrema y la degradación ambiental, enfrentan un mayor riesgo de infección por el coronavirus. Como ejemplo mencionó el campamento de Al Hol, en Siria, en donde viven 68 mil personas, mismas que deben distribuirse en espacios de las dimensiones de un estacionamiento. Pese a esta situación, los panelistas exhortaron a prestar atención a las oportunidades de solidaridad, de apertura y de salida que han recibido quienes conforman la Iglesia. Citaron numerosas experiencias de generosidad de parroquias e instituciones católicas que no han cesado de ofrecer alimentos, alojamiento y atención médica (tanto física como psicológica) hacia los migrantes. Entre ellos Caritas y Catholic Relief Services. La tarea seguirá siendo abogar por la asesoría legal de los migrantes y refugiados y para que los mencionados servicios para ellos prevalezcan. “Como tarea debemos seguir trabajando en buenas prácticas de convivencia serena, de integración e inclusión. Italia ha endurecido sus decretos frente a los migrantes como medidas de ‘seguridad’, percibiéndoles como un problema. Es necesario ver a las personas como sujetos, no como objetos”, expresó Emanuele Selleri. Esta serie de conferencias culminará el próximo 13 de agosto con el seminario web gratuito y en español Haciendo pastoral digital con inmigrantes. Colaborarán líderes laicos y religiosos de la Red Nacional de Pastoral Migratoria. Para registrarse u obtener mayor información es necesario comunicarse con Yohan García –coordinador de formación de la Pastoral Migratoria en Chicago– al teléfono (312) 534-8371.