Deborah Hammond, directora del Programa de Servicios y Apoyo contra la Violencia Doméstica para Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Chicago.

Ayudamos a sobrevivientes de violencia doméstica a obtener seguridad y sanación

agosto 2, 2024

Cuando una sobreviviente de violencia doméstica acude a nosotros en situación de crisis, acogemos a la persona, y todo lo que lleva cargando, con los brazos abiertos de par en par. La seguridad es el primer paso en el camino hacia la recuperación. Con el tiempo, deviene en sanación a largo plazo que se extiende a través de generaciones. Acompañar a estas mujeres y a sus hijos conforme transforman sus vidas, trocando duda por fortaleza, ansiedad por esperanza y crisis por comunidad, es un privilegio, y algo que forma parte de nuestro singular llamado aquí, en Caridades Católicas.

Cómo abordamos una necesidad creciente en nuestras comunidades

Los servicios y el apoyo para sobrevivientes de violencia doméstica son más necesarios que nunca en nuestras comunidades a través de los condados de Cook y Lake. Las llamadas a la Línea Directa contra la Violencia Doméstica de Illinois se han incrementado en un 45% desde 2022. Esta línea directa recibió casi 18,000 comunicaciones solicitando refugio en 2023.

Nuestros programas en Caridades Católicas abordan esta necesidad creciente, y resultan posibles gracias al apoyo de nuestros generosos socios. El año pasado, más de 100 mujeres y sus hijos se alojaron en las residencias de alojamiento transicional de Caridades Católicas en los condados de Cook y Lake. Aproximadamente 380 mujeres y hombres obtuvieron consejería sobre violencia doméstica y servicios de alcance social a través de nuestro Programa de Consejería sobre Violencia Doméstica, financiado en parte por las generosas contribuciones de donantes que desean apoyar esta labor.

 

Apoyamos y empoderamos a las madres y familias
La violencia doméstica es un asunto de poder y control. Apoyar la autonomía de las sobrevivientes las empodera para transformar sus vidas y florecer. Esto tiene impacto no solo en el futuro de ellas, sino también en el de sus hijos. A diario me asombra la valentía que demuestran las sobrevivientes de violencia doméstica. Asimismo me asombra la extraordinaria confianza que nos otorgan en Caridades Católicas.

La meta que tenemos para cada mujer a la que servimos es la autosuficiencia. En primer lugar, brindamos un espacio seguro y solidario donde pueden sanar. A continuación, las empoderamos y las ayudamos a recobrar el control de sus vidas. Es algo que hacemos con comprensión del trauma que han soportado y compasión hacia el mismo.

 

Un enfoque de los cuidados exhaustivo y sensible al trauma

Un enfoque sensible al trauma forma parte de todos nuestros servicios contra la violencia doméstica, que incluyen programas de consejería, alcance social y alojamiento transicional. Las sobrevivientes pueden llamar a nuestra línea de admisión completamente segura y confidencial para obtener ayuda y solicitar los servicios que necesitan para trasladarse con sus hijos hasta un entorno seguro. Nuestros administradores de casos, terapeutas y consejeros proveen consejería y administración de casos individual, ayudando así a las sobrevivientes a elaborar un plan de apoyo personalizado.

En nuestros programas de alojamiento transicional, las sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijos pueden obtener un alojamiento seguro, administración de casos intensiva, enlace a beneficios y atención médica. Según cada caso individual, algunas familias podrían seguir en el programa por más tiempo. Estos programas exhaustivos proveen servicios de atención integral, que incluyen consejería; clases de inglés como segundo idioma, crianza de los hijos y educación financiera; clases de arteterapia, costura y meditación; cuidado infantil donde se presten los servicios; y programas infantiles. A la larga, nuestro equipo ayuda a las madres y familias a las que servimos en su transición a un alojamiento permanente.

 

Somos testigos de sus “relatos de resurrección”

Las mujeres con las que trabajamos son las autoras de sus propios relatos. Una arteterapeuta voluntaria que trabaja con las mujeres en uno de nuestros programas de alojamiento transicional los denomina “relatos de resurrección”.

Esto es lo que narra una de estas mujeres: “Mi resurrección es que hoy todos mis miedos se han esfumado. Me siento feliz, serena, más madura, fuerte y con enormes deseos de seguir adelante con mi vida. Además, soy capaz de ofrecerles lo mejor de mí a mis hijos, mis dos tesoros, y de seguir ayudando a otras personas”.

Con el apoyo de nuestros socios, las madres y familias a las que servimos progresan hasta la siguiente fase de sus vidas —una fase creada por ellas mismas—. Nuestro papel simplemente consiste en acogerlas, ayudarlas a entender sus opciones y acompañarlas mientras deciden cuál es el mejor siguiente paso en su trayecto. Es un maravilloso privilegio ser testigos de lo transformador que resulta el camino hacia la sanación para tantas y tantas familias con las que trabajamos.

 

Si usted o alguna persona conocida es sobreviviente de violencia doméstica en busca de sanación y recuperación, favor de llamar a la línea de admisión de Caridades Católicas al (312) 655-7104.

 

Advertising