Brittany McGhee, directora sénior de Participación Misionera en Caridades Católicas

Participación Misionera brinda oportunidades de dar y recibir

jueves, febrero 29, 2024

“Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios...” (1 Pedro 4:10).

Con estas hermosas palabras, San Pedro nos recuerda que todos tenemos algo que dar y recibir. En Caridades Católicas lo atestiguamos a diario, al recibir los transformadores dones de amor, gratitud y encuentro divino que nos conceden las personas a las que servimos.

Como directora sénior de Participación Misionera, quisiera extenderle una invitación personal para participar en este magnífico intercambio de dar y recibir, incorporándose a la misión de misericordia de Caridades Católicas. Participación Misionera invita a los asociados a vivir nuestra labor de forma intencionada, mediante el testimonio y encuentro transformador en oportunidades de servicio. Nos asociamos con parroquias, escuelas, empresas, y los consejos regionales y júnior de Caridades Católicas, así como con voluntarios particulares, para ofrecer valiosas oportunidades de servicio y plegaria que afirman la dignidad de todas las personas y abordan las necesidades de nuestros semejantes marginados.

Cuando me incorporé a Caridades Católicas el año pasado, me asombró e inspiró su escala. A través de una extensa variedad de programas, Caridades Católicas tiene el privilegio de servir a miles de personas a diario, lo que suma millones de conexiones solidarias cada año. Es así como hemos crecido hasta figurar entre los 50 mayores proveedores de servicios humanos en el país y el más grande en nuestra región. Como tal, Caridades Católicas es el pilar de la red de amparo social en los condados de Cook y Lake. Nuestra misión, enraizada en la tradición de la fe católica y en el mensaje evangélico de amor y servicio mutuo de Jesús, nos llama a atender a toda persona necesitada sin que importe su fe, origen étnico, género o ciudadanía.

La envergadura de esta misión viene acompañada de una enorme obligación. No solo debemos estar preparados para servir a quienes sabemos que acudirán a nosotros a diario, sino que debemos estar listos para redoblar los esfuerzos cuando se producen situaciones de crisis. Durante nuestros más de 100 años de historia, hemos atendido a los más vulnerables en sus luchas diarias y a través de cada una de las más importantes crisis económicas, sanitarias y sociales del último siglo.

Caridades Católicas no podría desempeñar su poderosa y fértil labor sin nuestros asociados. Durante la pandemia, cuando nuestros recursos se vieron tensionados al máximo, los donantes, feligreses, miembros del consejo misionero y voluntarios se pusieron una mascarilla y asumieron el reto de ayudar con las necesidades abrumadoras. Actualmente, con la llegada de más de 36,000 nuevos migrantes al área metropolitana de Chicago, el amor y la solidaridad de nuestras parroquias asociadas y de la comunidad de fe nos han ayudado a atender a más de 19,000 solicitantes de asilo. Cada semana, al servir comidas calientes a personas hambrientas en ubicaciones de toda la Arquidiócesis, son los voluntarios veteranos y nuevos, los jóvenes profesionales y las parroquias asociadas quienes las preparan y las sirven con compasión; así se acompaña, se conversa y se crean lazos de mutualidad y cuidado. Son los voluntarios quienes aseguran la operación eficiente y el toque personal de nuestras despensas de alimentos y ropa, programa de pañales, entrega de comidas a domicilio y tantos otros programas.

Como una relativa recién llegada a Caridades Católicas, me ha asombrado la entrega de nuestros equipos. Su diligencia a la hora de encarnar nuestros valores nos dinamiza en la misión de tratar a todos los que acuden a nosotros con respeto, dignidad y “valerosa compasión”. A través de los servicios que ofrece Caridades Católicas, verdaderamente acompañamos a las personas en su camino, avanzando junto a ellas de forma intencionada, vulnerable, humilde y auténtica. En este camino que compartimos, somos responsables unos con otros. Invitamos a los asociados a que se unan a nuestra misión de responsabilidad hacia el prójimo. Con esta invitación al servicio, no estamos simplemente pidiendo a los voluntarios que abastezcan los anaqueles de la despensa de alimentos (por fundamental que sea esa labor), sino que adquieran una comprensión más profunda del panorama económico de nuestra región y amplíen su propio entendimiento de nuestra responsabilidad con el Evangelio y de los pequeños roles de cada uno para recibir el Reino de Dios en la tierra. Nuestros compañeros en el servicio experimentan el mismo grado de transformación que las personas y familias a las que brindan encuentro y acompañamiento.

Considere esta invitación para unirse a Caridades Católicas como voluntario, integrante de uno de nuestros consejos misioneros regionales o del consejo júnior, acompañante en la oración, o como parte de su grupo escolar o equipo empresarial. Tenemos mucha necesidad de sus dones y nos entusiasmará compartir los dones del servicio con usted.

Para información adicional, favor de contactar a [email protected]. Puede consultar las diversas oportunidades de voluntariado en ccofchicagovolunteer.com

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