Probablemente usted esté viendo noticias sobre la necesidad de alojar a los solicitantes de asilo durante el invierno en Chicago; lo que quizás no sepa es que Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Chicago ha asumido un papel crucial en la respuesta a esta crisis de alojamiento. Jesús nos llama a servir a toda persona necesitada, sin que importe su fe, género, origen racial o étnico y —ahora, en particular— su ciudadanía. Cuando los autobuses con migrantes empezaron a llegar desde Texas a finales del pasado verano, ahí estuvieron nuestros equipos para recibirlos y conectarlos con recursos locales. Asimismo, brindamos apoyo de reunificación a los recién llegados que no deseaban permanecer en Chicago, conectándolos con amistades y familiares en otros lugares del país. A la fecha, hemos ayudado a más de 2,000 personas a reunirse con sus seres queridos. En cuanto a las familias que habían decidido quedarse en Chicago, el ayuntamiento se enfrentaba al dilema de dónde alojarlas. Fue así que, a finales de 2022, nuestros socios gubernamentales solicitaron nuestra ayuda con la administración de casos de familias para conseguirles alojamiento fuera de un sistema de refugios cada vez más sobrecargado. “Reasentamiento” se refiere al proceso de ayudar a personas desplazadas desde otros países a encontrar un lugar seguro donde vivir y asistencia para poder satisfacer sus necesidades básicas. Muchos de los migrantes que están llegando a los EE. UU. huyen de la pobreza extrema y de condiciones de inseguridad. Nosotros analizamos la situación y decidimos que, basándonos en nuestra profunda experiencia con la prevención de las situaciones de calle y el reasentamiento de refugiados, estábamos preparados para abordar lo que rápidamente se estaba convirtiendo en una crisis. Desplegamos un equipo reducido para desempeñar esta labor, que hemos ampliado conforme nuestra experiencia (y la necesidad) ha ido en aumento. Gracias a la financiación del Estado de Illinois, actualmente se han incorporado al equipo 60 personas específicamente para esta respuesta. La mayoría de ellas son bilingües y también llegaron a Chicago como inmigrantes o tienen familiares o amigos cercanos que lo son. Se trata de un equipo perseverante, centrado y comprometido. Nos enorgullece reportar que, a la fecha de esta publicación, hemos conectado a aproximadamente 7,400 personas (lo que representa unas 2,900 unidades familiares) con una vivienda de alquiler en Chicago y en los suburbios cercanos. Actualmente nos encaminamos a firmar 500 contratos de alquiler cada mes. La oferta de apartamentos ha sido la mayor sorpresa que se llevó, y se sigue llevando, nuestro equipo. Los propietarios de vivienda, que cada vez con mayor frecuencia son quienes contactan con nosotros, son unos de los héroes olvidados de esta crisis. Están poniendo sus apartamentos a disposición de los migrantes. Nuestro éxito sigue dependiendo de una sólida red de socios comunitarios que ayudan con las necesidades de mudanza, mobiliario y artículos del hogar, así como de la continua vinculación y colaboración de los líderes y organismos municipales y estatales, que proporcionan una financiación de emergencia crucial. Es importante señalar que esta labor no ha impactado nuestros longevos programas de prevención de las situaciones de calle para nuestros vecinos que están pasando necesidades a causa de algún revés. Continuamos sirviendo a miles de residentes de los condados de Cook y Lake a diario, dejando huella en la vida de más de 375,000 personas cada año. A algunas las servimos solo una vez, a otras las atendemos cada semana. Nuestros equipos están (y seguirán estando) centrados en abordar las muchas necesidades apremiantes de las comunidades, familias y personas a las que estamos llamados a servir y acompañar. Esa es nuestra misión: apoyar a las personas necesitadas, vulnerables, hambrientas y solitarias.