David Dempsey, LCSW, director de Residencia para Veteranos San Leo

La Residencia San Leo ayuda a los veteranos a alcanzar la estabilidad

jueves, septiembre 28, 2023

Nadie que haya servido a nuestra nación debería carecer de vivienda; sin embargo, según el más reciente recuento point-in-time del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés) de los EE. UU., que calcula el número de personas sin hogar en una noche determinada, los veteranos de guerra representaban aproximadamente el siete por ciento de la totalidad de los adultos sin hogar en el país. Como director de la Residencia para Veteranos San Leo de Caridades Católicas desde 2014, me siento privilegiado de poder ayudar a la población de veteranos sin hogar a alcanzar la estabilidad a través de nuestro enfoque único y polifacético.

La Residencia San Leo forma parte del Campus para Veteranos San Leo de Caridades Católicas, el primer y único proyecto de este tipo llevado a cabo en la nación. El campus se ubica en el vecindario de Auburn Gresham en Chicago y se compone de la Residencia San Leo, la Residencia Papa Juan Pablo II para personas con discapacidad física, la clínica ambulatoria y centro de recursos operados por el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA), así como el jardín conmemorativo de los veteranos San Leo. Además de un alquiler subsidiado, los y las residentes también obtienen servicios completos de administración de casos y de apoyo, que resultan cruciales para ayudarles a conseguir y mantener una vivienda estable y autosuficiencia.

La mayoría no entiende plenamente los desafíos que impactan a la población a la que atendemos. Aunque se suele asumir que el TEPT (trastorno por estrés postraumático) es el factor impulsor de la falta de vivienda, la realidad es que los veteranos en situación de calle a menudo se enfrentaron a numerosos desafíos antes de su servicio militar, tales como la pobreza generacional, el desempleo, un nivel educativo limitado, la violencia familiar, un trastorno mental o el consumo de sustancias.

Muchos de los y las residentes de San Leo sirvieron heroicamente a nuestro país y adquirieron destrezas valiosas durante su servicio militar. No obstante, la combinación del trauma derivado del combate directo y los asuntos sin resolver del pasado puede dificultar aún más su transición a la vida civil. Es por ello que nuestro enfoque de proveer tanto una vivienda como otros servicios de apoyo es crucial para que puedan obtener resultados exitosos.

La Residencia San Leo se compone de 141 estudios completamente amueblados, un amplio espacio recreativo común, un aula de informática, un gimnasio y salas multiuso para reuniones comunitarias, incluidas las de Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos. Además, a cada residente se le asigna un administrador de casos con título de maestría que le ayuda a diseñar un plan individualizado para mantener una vivienda estable, incrementar los ingresos mediante beneficios y/o empleo, y abordar otras barreras a la autosuficiencia como son el consumo de sustancias, los problemas de salud mental, los traumas, el nivel educativo y la necesidad de apoyo social o familiar.

Respaldamos a diario a nuestros residentes veteranos al conectarlos con otros programas de Caridades Católicas o con los servicios de alguno de nuestros socios comunitarios. Los administradores de casos colaboran estrechamente con la clínica del VA ubicada en el campus para ayudar a los y las residentes a alcanzar el mayor nivel posible de salud y autosuficiencia.

A veces a los veteranos les cuesta aceptar la ayuda, ya que fueron entrenados para ser soldados y para proteger. Ser vulnerables y aceptar algo para sí mismos no se les da de manera natural. No obstante, cuando aprovechan servicios como los que ofrecemos en San Leo, realmente pueden alzar el vuelo. Una de las relaciones con un cliente más inspiradoras que haya tenido fue con una residente, Debbie, que provenía de un refugio para víctimas de violencia doméstica y padecía una serie de problemas, incluidos depresión y ansiedad. Usaba un andador para desplazarse debido a sus lesiones. En sus propias palabras, tenía una “visión muy sombría de la vida”. Aunque al principio se aisló en su habitación, nunca perdimos la confianza en ella. Poco a poco empezó a participar en nuestros programas. Con el tiempo, siguió involucrándose y aceptando retos personales. Acudió a sus citas médicas y sacó provecho de los otros servicios. Se esmeró en pagar sus facturas y solventar sus problemas crediticios. Gracias a su tenacidad y un poco de ayuda por nuestra parte, logró una transformación completa. Para cuando dejó San Leo, fue capaz de adquirir su propia casa a través de un programa de la Autoridad de la Vivienda de Chicago (CHA, por sus siglas en inglés), ¡y caminaba sin ninguna ayuda!

Poder presenciar el éxito de personas como Debbie, así como la entrega del increíble personal que las atiende, me inspira a diario. Aunque es una dura labor, a mi equipo y a mí nos asombra constantemente la extraordinaria resiliencia y fortaleza de nuestros residentes. Nunca dejan de avanzar, de esforzarse, aun después de todo lo que han afrontado y siguen afrontando. Es un auténtico privilegio asistir a nuestros valientes veteranos y veteranas en su camino hacia la paz, la estabilidad y un hogar permanente.

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