Sarah Loffman, directora del Programa de Participación Juvenil

Desacelerar, estar presente y plantar las semillas del crecimiento de por vida

jueves, agosto 31, 2023

El siguiente relato acerca de Noah y Ned demuestra que la vida de un mentor también puede verse profundamente enriquecida por estos vínculos. Caridades Católicas empareja a mentores voluntarios con jóvenes del condado de Lake y organiza grupos de mentoría en cinco escuelas intermedias de la comunidad de Back of the Yards en el área sur de Chicago. Colaboramos estrechamente con trabajadores sociales en las escuelas asociadas para identificar a los alumnos que muestren potencial de beneficiarse de un mentor. Antes de emparejarlos con un alumno, se capacita a los mentores para que comprendan cómo la pobreza, la violencia comunitaria y el trauma pueden afectar a los menores. Aprenden estrategias para desarrollar vínculos de apoyo y confianza con los jóvenes, entender el papel que juegan, establecer límites apropiados y dar prioridad a la consistencia. Para informarse sobre nuestros programas de empoderamiento juvenil, visite catholiccharities.net.

 

Cuando Noah cursaba el quinto grado, su abuelo falleció. Su madre sabía que él necesitaba un modelo positivo de conducta masculina, alguien que pudiera guiarlo y enseñarle cosas que no podría aprender de ella.

Ya jubilado de una carrera internacional como fotógrafo y videógrafo, Ned se encontraba ahora con tiempo de sobra. Intrigado por el Programa de Mentoría Juvenil de Caridades Católicas en el condado de Lake, apreció la capacitación rigurosa ofrecida por el programa, la certificación, el seguro, y el cuidado con el que Caridades Católicas empareja a los alumnos con los mentores.

“Yo crie a un hijo y sé lo difícil que puede resultar ser padre”, recuerda Ned. “Deseaba ser un recurso. Aunque me educaron con una visión del mundo limitada, mi carrera me llevó por todo el planeta. Deseaba compartir mis conocimientos con un joven que pudiera beneficiarse de ellos”.

Tras la oportunidad de conocerse, Ned y Noah empezaron a reunirse los sábados. Ned le dio a Noah lecciones de pesca, lancha motora, ajedrez y tiro con arco. Jugaron al golf, tomaron clases de artes plásticas y visitaron museos. Noah incluso obtuvo acceso tras las cámaras para presenciar el rodaje de una serie de televisión ambientada en Chicago. Usando divisas de todo el mundo como una herramienta de aprendizaje, Ned le transmitió la importancia del ahorro y la inversión como un medio para acumular riqueza. Reflexionando sobre su vínculo con Noah, Ned afirma: “Yo había llevado una vida acelerada. La compañía de un chico de 12 años me ayudó a cambiar de marcha, desacelerar y reconocer que estaba presenciando cómo aprende y se desarrolla una persona joven”.

En la actualidad, Noah cursa el noveno grado de secundaria y ya se plantea ingresar a la universidad, bajo la orientación de Ned; se ha inscrito en una clase de robótica e intensifica su labor de voluntariado. LaToya, la mamá de Noah, está agradecida por estas experiencias, que difícilmente podría haber ofrecido a su hijo.

“Siempre he creído firmemente en la capacidad de amar”, explica LaToya. “Ned me reafirma en esta creencia. No puedo imaginar a mi hijo en mejores manos”.

Arranda Gardner, directora del Programa de Mentoría Juvenil de Caridades Católicas, explica que la adolescencia temprana es fundamental para los menores; es cuando toman decisiones sobre los comportamientos tanto positivos como riesgosos, y cuando se involucran o se desconectan de la escuela. “Nuestra meta es asociarnos con mentores que ayuden a los jóvenes a adquirir confianza en sí mismos, los guíen para que reconozcan su potencial único”.

Cuando un mentor establece un vínculo individual con un joven por un año como mínimo, los resultados son impresionantes.

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