Cuando Lana Carnazzola comenzó a buscar colocaciones para el aprendizaje que debe completar como parte de su programa de maestría en trabajo social, rápidamente pensó en el programa Servicios de Apoyo del Embarazo y la Crianza de Caridades Católicas. Había participado en el programa casi seis años antes, y quería hacer para otros la misma diferencia que el programa había hecho por ella en un momento difícil en su vida. “En general, ese período de mi vida fue una crisis que duró unos años”, dijo Carnazzola, quien se convirtió en madre a los 20 años mientras cursaba su licenciatura. Una amiga de su madre sugirió el programa para ayudarla con sus dificultades. “No es que [el programa] resolviera todos mis problemas, pero creo que me sentí más consciente de los recursos disponibles y … fui una mejor defensora de mí misma”. Este programa, con sede en el condado de Lake, tiene como objetivo ofrecer esperanza, respeto y comprensión a cualquier persona que experimente un embarazo inesperado o difícil. Los especialistas en apoyo al embarazo y la crianza trabajan con los padres, aunque la mayoría de los clientes son madres, los padres son bienvenidos, para desarrollar un plan individualizado basado en su situación y necesidades específicas. Los servicios pueden incluir preparación para el nacimiento, referidos para la atención prenatal; información sobre el desarrollo infantil, lactancia materna o autocuidado; y referidos a otros programas o servicios. En general, los participantes reciben servicios durante el embarazo y hasta los primeros 18 meses de la vida del niño. Los servicios también incluyen visitas a domicilio que incluyen evaluaciones del desarrollo del niño, apoyo e información, y revisiones para garantizar que el niño esté recibiendo la atención médica necesaria. El programa se enfoca en la importancia de los primeros años de la vida de un niño. Los padres necesitan apoyo, y es un momento clave para el crecimiento exponencial para ellos también. Los trabajadores sociales pueden conectar a los clientes con otros programas para artículos como ropa, pañales, asientos de automóvil o guarderías subvencionadas, entre otros. Los administradores de casos también ayudan a los clientes a desarrollar un plan para trabajar hacia sus objetivos y luego consultan con ellos mientras ejecutan esos planes. Se reúnen con clientes en oficinas en Waukegan o Round Lake, pero si los clientes no tienen un transporte confiable, los trabajadores sociales se reúnen con ellos más cerca de su casa. Carnazzola compartió que uno de sus clientes está buscando trabajo. Juntos discuten las potenciales oportunidades, en especial las que funcionarán mejor tomando en cuenta sus necesidades de transporte, trabajan juntos en crear un currículum, se preparan para entrevistas y, en general, se ponen en contacto para ver cómo le va al cliente durante el proceso de la solicitud del trabajo. También ha ayudado a un cliente a pensar en un plan para comprar un automóvil, incluyendo la búsqueda tomando en cuenta el rango de precios apropiado, la determinación de dónde vendría el dinero y cómo guardarlo, anticipándose a otros costos como el registro, las placas y el seguro de auto, además de otros tipos de apoyo que pueda necesitar. “Me siento bien cuando ... puedo ver que estoy haciendo una diferencia similar a la que había recibido como cliente”, dijo. Carnazzola, cuyo hijo ahora tiene seis años y está en el kínder, es la primera persona, que haya sido parte del programa anteriormente, en regresar como pasante o miembro del personal, pero ella lo ve como una declaración poderosa. Brinde alegría y esperanza a las madres necesitadas durante todo el año. Haga una donación en catholiccharities.net/donate. Kathy Herrera es directora del programa Servicios de Apoyo del Embarazo y la Crianza