Cardenal Blase J. Cupich

Comunicado sobre la declaración 'Fiducia Supplicans'

miércoles, enero 10, 2024

La Arquidiócesis de Chicago emitió el siguiente comunicado el 18 de diciembre de 2023.

 

Hoy, con la aprobación del Santo Padre, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe emitió la declaración Fiducia Supplicans. La declaración aclara que hay formas de bendiciones, como vemos a lo largo de las Escrituras, que son “vertida[s] sobre los otros como gesto de gracia, protección y bondad”. En consecuencia, ahora se permite que los ministros ordenados de la iglesia “se una[n] a la oración de aquellas personas que, aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida”.

En el centro de la declaración hay un llamado a los párrocos a que adopten un enfoque pastoral al estar disponibles para las personas que, aunque no pretenden una legitimación de su propio estatus, reconocen su necesidad de la ayuda de Dios y “que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo”. Como tal, la declaración es un paso adelante, y está en consonancia no solo con el deseo del papa Francisco de acompañar pastoralmente a las personas sino con el deseo de Jesús de estar presente para todas las personas que desean gracia y apoyo.

Al mismo tiempo, la declaración “se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión”.  Esto es en consonancia con lo que el papa Francisco escribió en julio de este año, que si bien “la prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitadas por una o por varias personas, que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio…no es conveniente que una Diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos”. 

La declaración es bastante específica en este respecto, señalando que “para evitar cualquier forma de confusión o de escándalo, cuando la oración de bendición la solicite una pareja en situación irregular, aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. Esto mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo”.

En consecuencia, dichas bendiciones deben tener lugar “en otros contextos, como la visita a un santuario, el encuentro con un sacerdote, la oración recitada en un grupo o durante una peregrinación. De hecho, mediante estas bendiciones, que se imparten no a través de las formas rituales propias de la liturgia, sino como expresión del corazón materno de la Iglesia, análogas a las que emanan del fondo de las entrañas de la piedad popular, no se pretende legitimar nada, sino sólo abrir la propia vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor e invocar también al Espíritu Santo para que se vivan con mayor fidelidad los valores del Evangelio”.

En resumen, lo que se requiere es un enfoque pastoral, porque la Iglesia, como madre amorosa “debe evitar el apoyar su praxis pastoral en la rigidez de algunos esquemas doctrinales o disciplinares, sobre todo cuando dan ‘lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar’… Por lo tanto, cuando las personas invocan una bendición no se debería someter a un análisis moral exhaustivo como condición previa para poderla conferir. No se les debe pedir una perfección moral previa”.

Aquí en la Arquidiócesis de Chicago, damos la bienvenida a esta declaración, que ayudará a muchos más en nuestra comunidad a sentir la cercanía y la compasión de Dios.

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