La legislatura de Illinois abandonó el 9 de noviembre a casi 10,000 niños que asisten a escuelas católicas y otras escuelas no públicas al no renovar el programa de becas Invest in Kids. Desde 2017, Invest in Kids ha empoderado a familias de bajos ingresos para que elijan la escuela que mejor satisfaga las necesidades de sus hijos, proporcionándoles las mismas opciones que tienen familias más acomodadas. Durante más de 175 años, las escuelas católicas de la Arquidiócesis de Chicago han proporcionado a los alumnos una educación de alta calidad basada en la fe que los prepara para liderar, no solo dentro de nuestra Iglesia, sino en la más amplia comunidad global. Las escuelas católicas han educado a millones de niños en el área de Chicago de todas las religiones, y y sin filiación religiosa, durante ese tiempo. Durante los últimos años, gracias en gran parte al programa de becas Invest in Kids y a miles de generosos donantes que contribuyeron al programa, pudimos educar aún a más estudiantes que florecieron académicamente. Durante la pandemia, debido a que nuestras escuelas tomaron la audaz decisión de reabrir de manera segura, nuestros alumnos continuaron creciendo académicamente. Muchas otras escuelas estuvieron cerradas para la instrucción en persona y los estudiantes de ellas, sin culpa alguna de su parte, perdieron terreno académicamente. ¿Cómo han respondido ahora los funcionarios electos de Illinois al éxito académico de nuestros estudiantes y al liderazgo y al servicio de nuestras escuelas durante la pandemia? Quitando la alfombra de debajo de miles de familias necesitadas. Desafortunadamente los legisladores de Illinois ignoraron tanto los deseos de sus electores como sus responsabilidades hacia las familias en dificultades de este estado. Su falla ahora pone a miles de niños en riesgo de perder la capacidad de permanecer en la escuela que mejor satisfaga sus necesidades. Este es un resultado cruel y devastador que tendrá repercusiones de gran alcance. Los estudiantes perderán las becas que les permitieron asistir a nuestras escuelas, es posible que aquellos que se acercan a la graduación no puedan graduarse con compañeros de clases que se han hecho amigos de ellos en estos años, y es posible que las familias ya no puedan elegir la mejor escuela para sus hijos. Comparto mi sorpresa y decepción por esta situación con miles de estudiantes, padres, educadores, y otros ciudadanos preocupados a lo largo de Illinois. Sin embargo, nuestras escuelas católicas, nuestras otras escuelas asociadas y la comunidad católica en general no serán disuadidas por la inacción de nuestros funcionarios electos y continuarán abogando en nombre de las familias necesitadas. Durante nuestra historia de 175 años hemos apoyado, lo mejor que hemos podido, a las familias necesitadas que quieren inscribir a sus hijos en la escuela que mejor se adapta a sus necesidades. Continuaremos caminando con estas familias, independientemente de su tradición religiosa, confiando en el apoyo de nuestras familias y nuestros generosos donantes. Estamos orgullosos de las excelentes escuelas católicas en nuestra arquidiócesis, y de nuestro sólido historial de dar a los estudiantes, particularmente aquellos que viven en la pobreza, una oportunidad de tener éxito en el futuro. Una de las decisiones más importantes que toman los padres para sus hijos es a dónde van a enviarlos a la escuela. Tomar dicha decisión no se debe negar a las familias necesitadas. Les pido a todas las personas de buena voluntad, particularmente a aquellas que han sido educadas en nuestras escuelas, que me acompañen en la lucha para brindar a cada familia necesitada la ventaja para toda la vida de una educación católica. Juntos podemos hacer la diferencia.