Cardenal Blase J. Cupich

El punto de partida del ministerio del Evangelio

martes, mayo 30, 2023

Los Evangelios nos recuerdan repetidamente que Jesús siempre puso las necesidades y los sufrimientos de otros por encima de todo lo demás. En la parábola del Buen Samaritano, el Señor deja claro que la pregunta moral que tenemos ante nosotros al confrontar los sufrimientos del mundo no es “quién es mi prójimo”, como si pudiéramos escoger y elegir a quién ayudar. Más bien es: “qué significa para mí ser prójimo de alguien necesitado”.

El papa Francisco está dando nueva energía a esta visión moral al llamar a la Iglesia a ser un “hospital de campaña”. Al hacerlo, el Santo Padre nos pide repensar radicalmente la vida eclesial. Nos desafía a todos nosotros a dar prioridad al herido. Eso significa poner las necesidades de los demás antes que las nuestras.

Los médicos que tienen los vendajes van a los que tienen las heridas. No se sientan en sus oficinas esperando a que los necesitados acudan a ellos. Ellos comienzan preguntando: ¿Cómo podemos ayudar? Este no es el lugar ni el momento para prediagnósticos en la forma de prejuicios o predeterminaciones. El punto de partida para nuestro ministerio del Evangelio, el papa Francisco nos dice, es el sufrimiento de las personas, no la pecaminosidad de las personas o nuestra percepción de su valor.

Este es el enfoque que he pedido a Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Chicago que adopte al abordar los desafíos planteados por la crisis migratoria. Caridades Católicas no tiene ningún papel en decidir si a los migrantes se les permite entrar al país o son traídos a Chicago. Esas decisiones son hechas por oficiales del gobierno. Sin embargo, la misión de compasión de la Iglesia nos obliga a ayudar a los necesitados, independientemente de su historia pasada, color, religión, nacionalidad o estatus migratorio.

Desde el otoño de 2022, Caridades Católicas ha estado trabajando de cerca con parroquias, socios comunitarios, el estado de Illinois y la ciudad de Chicago para responder con compasión a más de 4,000 recién llegados cruzando nuestras fronteras desde Centro y Sudamérica. De hecho, el Departamento de Servicios Humanos de Illinois le ha pedido a Caridades Católicas que se una a la iniciativa estatal para hacer la transición de las familias de los albergues a una vivienda estable.

Con el apoyo de Caridades Católicas:

  • Más de 700 personas han sido reunidas con sus seres queridos en otros estados,
  • Aproximadamente 2,000 personas se han mudado fuera de albergues hacia apartamentos,
  • Unas 2,300 personas adicionales pronto harán la transición de albergues a apartamentos,
  • Siete parroquias están acompañando a 23 familias en su reasentamiento e integración en su nueva comunidad,
  • Más de 200 recién llegados se unen a cenas comunitarias cinco días a la semana en el edificio de Caridades Católicas del 721 N. LaSalle, con más en los suburbios, en asociación con parroquias locales y apoyados por voluntarios.

Apenas esta semana recibí una llamada del obispo Daniel Flores en Brownsville, Texas, pidiéndonos que ayudáramos a 100 personas que viajan en autobús hacia Chicago para reunirse con familiares aquí.

Aunque toda la ayuda que Caridades Católicas proporciona es impresionante, hay más por hacer, dado que:

  • desde agosto pasado, unos 8,100 migrantes han llegado a Chicago y el flujo está aumentando,
  • familias migrantes están durmiendo en los pisos de distritos de policía y en el suelo afuera de instalaciones para personas sin hogar en O’Hare,
  • muchos migrantes que llegan aquí necesitan alimentos, agua, ropa y cuidado médico.

Esto está ocurriendo; es una crisis, y no podemos desaparecer este sufrimiento ni dar excusas para no abordar estas necesidades por razones políticas o ideológicas. Igual que aquellos en la parábola del Evangelio del Buen Samaritano, no podemos darles la espalda, especialmente si pretendemos ser una Iglesia que se enorgullece de ser un “hospital de campaña”. El hecho es que las personas están aquí y necesitan ayuda. Fin de la historia.

A través de Caridades Católicas continuaremos trabajando con parroquias, otras agencias, gobiernos estatales y locales, pero también necesitamos la ayuda de todos los católicos. El Día de las Madres hicimos una segunda colecta para Caridades Católicas y entonces les pido que sean extra generosos. Pueden donar en catholiccharities.net/donate. También les pido que consideren ayudar como voluntarios. Lo pueden hacer enviando un correo electrónico a [email protected].   

En todo esto, tengamos presente que para Jesús el punto de partida para el ministerio del Evangelio, como nos recuerda el papa Francisco, es el sufrimiento de las personas, no su pecaminosidad o nuestra percepción de su valor. Demos vida nueva al llamado del Señor a ser el Buen Samaritano, no preguntando quién es mi prójimo, sino preguntando, ¿qué significa para mí ser prójimo de alguien necesitado?

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