Cardenal Blase J. Cupich

Apertura de parroquias y escuelas: un informe

viernes, agosto 21, 2020

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Aunque nuestras parroquias y escuelas cerraron rápidamente en marzo en repuesta a las crecientes tasas de infección de COVID-19 en Illinois, la reapertura ha sido un proceso minucioso y bien supervisado. Después de la reapertura de nuestras parroquias para servicios litúrgicos en junio, monitoreamos de cerca la efectividad de las medidas de seguridad que establecimos.

Como recuerdan, las parroquias que eligieron reabrir tuvieron que ser certificadas por la arquidiócesis para garantizar que tenían un número suficiente de personal y voluntarios capacitados para dar la bienvenida a los feligreses y cumplir con los protocolos de COVID. Estos protocolos incluyen la preinscripción para asistir, a fin de garantizar que los límites en la capacidad establecidos por el estado sean observados, el arreglo de los asientos y los procedimientos en la comunión para mantener el distanciamiento social y el rastreo de contacto en caso de una exposición.

También se está realizando la desinfección de la iglesia después de cada uso. Proporcionamos protocolos específicos de COVID para bodas, funerales y bautizos y para celebraciones del sacramento de la penitencia. ¡Y, para el deleite de no pocos, pedimos que las homilías fueran breves!

Nuestras parroquias abrieron en etapas durante varias semanas comenzando con misas diarias, bautizos, funerales y bodas. Una vez que los pastores se sentían cómodos con la implementación de los protocolos de COVID, ellos podían decidir comenzar a ofrecer la misa dominical para grupos más grandes al obtener la certificación para ello.

La mayoría de nuestras iglesias fueron certificadas para todas las etapas, pero algunas no lo fueron, bien sea porque el pastor no tenía un número suficiente de voluntarios capacitados u otras preocupaciones logísticas. Sin embargo, nos aseguramos de que incluso en dichos casos, los feligreses tuvieran acceso a una iglesia cerca de su vecindario.

Aunque hemos recibido informes de que aproximadamente 25 personas que asistieron a un servicio en una de nuestras iglesias más tarde resultaron positivas en la prueba para la infección de COVID-19, no hemos visto una propagación a otros que asistieron a los mismos servicios.

En otras palabras, nuestro enfoque parece estar funcionando. Esto es prometedor en varios frentes. Primero, da validez al valor y la necesidad de observar las recomendaciones de salud pública diseñadas para frenar el contagio. Segundo, nos obliga a ser humildes y a estar preparados para hacer mejoras a medida que se conoce nueva información acerca de COVID-19. Tercero, demuestra el valor de que todos trabajen juntos con un compromiso de cuidar los unos de los otros.

Hemos usado lo que hemos aprendido de la reapertura de las parroquias para informar nuestro plan de reabrir las escuelas y clases de educación religiosa. Dado que hay otras variables cuando se trata de entornos escolares, el plan se desarrolló durante el curso de varios meses con aportaciones de un grupo diverso, incluyendo funcionarios de salud pública, padres, directores y un panel de expertos médicos en los campos de enfermedades infecciosas y epidemiología.

Aunque nuestro plan para reabrir las escuelas está en nuestro sitio web (schools.archchicago.org/curriculum-and-resources/school-reopening-plan), merece la pena mencionar la siguiente información:

Primero, la seguridad de nuestro personal, estudiantes y familias es nuestra mayor prioridad. Nuestro plan es coherente con la orientación de la Junta de Educación del Estado de Illinois, el Departamento de Salud Pública de Illinois y el Departamento de Salud Pública de Chicago. Los estudiantes permanecerán con un grupo designado o cohorte para minimizar la propagación potencial de COVID-19 entre los estudiantes, facultad y personal, si es introducido en un entorno escolar. Las mascarillas son obligatorias, y los escritorios de los estudiantes son espaciados a distancias sociales apropiadas (según la Academia Americana de Pediatría, “la evidencia sugiere que un espacio tan cercano como 3 pies puede acercarse a los beneficios de 6 pies de espacio”, cuando los estudiantes tienen mascarillas y no tienen síntomas).

Los padres auto certifican que su hijo(a) no está enfermo(a) o mostrando algún síntoma de COVID antes de enviarlo(a) a la escuela, y a la llegada se revisa el bienestar y temperatura del estudiante antes de que ingrese a una edificación de la escuela. Hemos implementado mayores prácticas de higiene y desinfección y tomaremos medidas para aumentar la ventilación. Donde sea posible, habrá un amplio uso de espacios al aire libre, y tenemos protocolos de cuarentena para limitar la propagación, si se hace necesario.

Segundo, estamos convencidos que los estudiantes aprenden mejor con la instrucción en persona. La Academia Americana de Pediatría, “aboga firmemente que todas las consideraciones de política para el próximo año escolar deben comenzar con una meta de tener a los estudiantes físicamente presentes en la escuela”. Tenemos confianza en nuestra habilidad de entregar educación basada en la fe de alta calidad en un ambiente seguro para nuestros estudiantes y personal porque nuestro plan de reapertura de escuelas se adhiere a la orientación publicada por departamentos de salud a nivel federal, estatal y local y ha sido revisado por un panel de expertos médicos.

El éxito de nuestro plan depende de una sólida asociación con nuestros padres. Juntos estamos comprometidos a proveer un ambiente de aprendizaje y trabajo seguro para nuestros niños y personal.

Ningún plan puede eliminar la posibilidad de que COVID-19 sea introducido dentro de un entorno escolar, pero hemos tomados medidas bien informadas para mantener a nuestros estudiantes, familias, maestros y personal seguros y reducir la probabilidad de que COVID-19 sea introducido y tenemos procedimientos establecidos para limitar la propagación, lo que nos permite atender a las necesidades educativas holísticas de nuestros niños.

Estoy especialmente agradecido por todos aquellos que han ayudado y especialmente a nuestros directores y maestros a medida que se preparan para dar la bienvenida a nuestros estudiantes. Por favor incluyan en sus oraciones a todas las personas involucradas en educar a nuestros niños en nuestras escuelas y programas de educación religiosa. Estamos todos juntos en esto.

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