La reunión histórica sobre la protección de niños convocada por el Santo Padre del 21 al 24 de febrero estableció la dirección de la iglesia global en el asunto de la seguridad de los niños. Nuestra firme resolución y las acciones que tomaremos son el resultado directo de haber escuchado a las víctimas-sobrevivientes a lo largo de la reunión. Su testimonio inquebrantable conmovió los corazones de los participantes y del mundo, y nos llevó a comprometernos en una misión común de hacer de la iglesia un lugar seguro para todos, al tomar responsabilidad personal, responsabilizar a los obispos y practicar la transparencia. Se dieron nueve charlas durante tres días a cargo de presentadores aprobados por el Santo Padre. No se pasó por alto el problema, mientras cada uno de los oradores señaló las fallas de los obispos a actuar responsablemente y describieron el daño hecho por su falta de rendición de cuentas y transparencia. Al final de la misa del domingo, el papa Francisco elaboró sobre la base de lo que fue dicho en las charlas al dejar claro que la agenda de la iglesia de proteger a los niños debe ser proactiva, no reactiva o defensiva. Él insistió en que la iglesia no escatimará esfuerzos para responsabilizar a los abusadores y no tolerará encubrimientos. El Santo Padre ya ha comenzado la transformación del enfoque de la iglesia al abuso infantil. La carta apostólica del papa, “Como una madre amorosa”, contempla la remoción de un obispo sobre la base de la incompetencia en vez del nivel más elevado de prueba de falla en el manejo de casos de abuso. Adicionalmente, se ha despejado el camino para que las conferencias episcopales establezcan procedimientos para responsabilizar a los obispos si llegaran a abusar de menores o a manejar mal los casos. El máximo esfuerzo al que ha llamado el papa continuará construyéndose a lo largo del tiempo y será marcado por un compromiso al aprendizaje y mejoramiento continuo, particularmente al escuchar a las víctimas-sobrevivientes de abuso. Cuatro pasos concretos fueron anunciados al final de la reunión. 1. La publicación inminente de un motu proprio por el papa, proporcionando normas y reglamentos para salvaguardar a los menores y adultos vulnerables dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano; 2. La distribución de un “vademécum” (o libro de reglas) a los obispos alrededor del mundo, estandarizando los lineamientos de tal manera que los líderes de la iglesia en todas partes asuman esta tarea de una manera unida y explicando sus responsabilidades y deberes pastorales y jurídicos en relación a la protección de niños; 3. Reconociendo que la iglesia global está marcada por una gran diversidad cultural y desafíos regionales únicos, equipos de trabajo de expertos competentes que son culturalmente sensibles y regionalmente representativos serán organizados para asistir a las conferencias de obispos que puedan carecer de los recursos o la experiencia necesarios para abordar plenamente el asunto de salvaguardar a los menores y lidiar con el abuso; 4. La Congregación para la Doctrina de la Fe es responsable de aprobar las normas de cada conferencia de obispos. Los invito a ver las principales charlas, servicios de oración con testimonios de víctimas, la ceremonia penitencial y misa; los cuales fueron todos transmitidos en vivo, de tal manera que el mundo entero pudiera seguir este evento. Los videos y charlas están publicados en el sitio web del Vaticano destinado para ello en pbc2019.org.