Cardenal Blase J. Cupich

Cumbre de octubre: Un momento clave para Renueva mi Iglesia

lunes, julio 30, 2018

Durante mis visitas a las parroquias alrededor de la arquidiócesis o mientras manejo en nuestras autopistas y veo las grandiosas iglesias que salpican el paisaje a su lado, siempre me quedo con una sensación de asombro mientras pienso en las generaciones de hombres y mujeres fieles que han hecho de esta Iglesia en Chicago lo que es hoy en día. Estos antepasados en la fe escucharon repetidamente el llamado de Jesús a renovar la iglesia en cada época, al hacer nuevos discípulos, al construir comunidades y al inspirar testimonio de la presencia de Cristo en el mundo.

Es por la lealtad a esa herencia que hemos puesto en marcha Renueva mi Iglesia, un esfuerzo de varios años para discernir a dónde nos está llamando el Señor mientras asumimos los desafíos que enfrentamos hoy. Lo hacemos sin titubeos y en completo conocimiento de que, a pesar de que hay tantas incógnitas, nos embarcamos en este camino bajo la guía del Espíritu Santo para revitalizar nuestra vida juntos en el Señor como sus discípulos.

La Arquidiócesis de Chicago ha tenido una sólida reputación a nivel nacional e internacional de liderazgo cuando se trata de renovación. Durante muchas décadas, nuestra iglesia local ha introducido esfuerzos innovadores y creativos que han mejorado la educación católica y catequesis, preparación para el matrimonio, ministerio para la vida familiar, reformas litúrgicas y la promoción de justicia social y alcance a los inmigrantes. Es importante ver a Renueva mi Iglesia como otro capítulo de esa orgullosa herencia, a medida que llamamos a nuestras parroquias a formar equipos unas con otras como agrupaciones pastorales para asumir los desafíos que enfrentamos hoy en día con creatividad y vigor.

Un momento clave, diseñado para lanzar nuestra travesía juntos y darnos enfoque, tendrá lugar el 1 y 2 de octubre en el Centro de Convenciones Donald E. Stephens en Rosemont. La Cumbre de Renueva mi Iglesia reunirá a nuestros obispos, sacerdotes, diáconos, directores de escuela, directores de educación religiosa y otros colaboradores pastorales para escuchar, discernir y visualizar juntos nuestra dirección para la renovación. Quiero aprovechar este momento para agradecer por anticipado a cada uno de nuestros pastores por hacer el esfuerzo especial de invitar a sus principales colaboradores para que nos acompañen en esta ocasión, de tal manera que nos beneficiemos de las contribuciones de todos para moldear el futuro de esta iglesia local.

Además de los presentadores en la cumbre, hemos invitado a Ministerios de Renovación Divina y a su fundador el padre James Mallon. Él compartirá la historia de la transformación espiritual y estructural de su parroquia y proveerá ejemplos concretos de cómo la renovación puede tener lugar para nosotros. Todo esto servirá como punto de partida para nuestra propia reflexión y planificación para la renovación en nuestra ricamente diversa arquidiócesis.

Quiero ser claro: yo veo a nuestra reunión a comienzos de octubre como un momento de gracia para escuchar la voz del Señor, para imaginar audazmente cómo podemos movernos hacia el futuro, para apoyarnos los unos a los otros en solidaridad a medida que asumimos desafíos comunes, y finalmente, para ser símbolos de esperanza para cada uno. En otras palabras, en nuestra reunión de dos días, seremos la iglesia de Jesucristo, inspirados por el Espíritu a estar listos y dispuestos a viajar hacia el futuro con fe, esperanza y amor.

Este es el por qué considero que nuestro encuentro en octubre es crucial para avanzar juntos y el por qué espero ser un participante activo, colaborando con nuestros otros líderes a medida que continuamos la tradición de renovación que ha distinguido a esta iglesia local durante generaciones.

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