Cardenal Blase J. Cupich

El cardenal entrega donación a centro de alivio para refugiados en Texas

Por Catholic News Service
miércoles, agosto 30, 2017

El cardenal entrega donación a centro de alivio para refugiados en Texas

Hace tres años, una crisis humanitaria envolvió a la ciudad de McAllen, Texas, cuando decenas de miles de personas buscando asilo desde países centroamericanos ingresaban a la ciudad fronteriza cada día, llegando exhaustos y traumatizados del largo viaje. Muchos huían de la violencia y pobreza extremas en sus países de origen de Honduras, El Salvador y Guatemala.
La Hermana de las Misioneras de Jesús Norma Pimentel y el Cardenal Cupich saludan a inmigrantes recién llegados en el Centro de Alivio Humanitario en McAllen, Texas el 15 de agosto. El centro provee la primera línea de ayuda humanitaria a inmigrantes y buscadores de asilo al proveer albergue, ropa y comida. Foto: CNS/Cortesía de Catholic Extension
Feligreses de la parroquia Sagrado Corazón en McAllen, Texas saludan al Cardenal Cupich durante la Fiesta de la Asunción el 15 de agosto. Foto: CNS/Cortesía de Catholic Extension
Un equipo de construcción construye las paredes de una iglesia nueva para la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Hidalgo, Texas, el 15 de agosto. El cardenal Cupich recientemente visitó la iglesia para presentar una placa conmemorando una donación de $75,000 recaudada por Catholic Extension en la celebración de consistorio de Cupich en el Vaticano en noviembre pasado. Foto: CNS/Cortesía de Catholic Extension

MCALLEN, Texas – Hace tres años, una crisis humanitaria envolvió a la ciudad de McAllen, Texas, cuando decenas de miles de personas buscando asilo desde países  centroamericanos ingresaban a la ciudad fronteriza cada día, llegando exhaustos y traumatizados del largo viaje. Muchos huían de la violencia y pobreza extremas en sus países de origen de Honduras, El Salvador y Guatemala.

La hermana Norma Pimentel, de las Misioneras de Jesús y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, reconoció la necesidad de ayudar a los refugiados —la mayoría mujeres con niños y niños sin acompañamiento— que estaban llegando a la ciudad en camino a encontrarse con familiares en otras partes de Estados Unidos para buscar asilo político. Ella se comunicó con la Iglesia Sagrado Corazón en McAllen para usar su salón parroquial durante unos meses para crear una estación de paso para que estas personas buscando asilo pudieran tomar una ducha, obtener ropa fresca y suministros para infantes y niños.

Tres años más tarde, el Centro de Alivio Humanitario ha servido a 74,000 personas, y la parroquia finalmente está recibiendo su salón de regreso.

Un nuevo edificio que está a una cuadra de la iglesia Sagrado Corazón será construido para albergar el centro de alivio, gracias en parte a una donación de $100,000 de la organización sin fines de lucro Catholic Extension presentada el martes por el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago y canciller de Catholic Extension.

“Ustedes han dado la bienvenida a extraños y los han hecho sentir como una familia”, les dijo el Cardenal Cupich a los feligreses del Sagrado Corazón durante una misa celebrando la Asunción de la Virgen María. “El inmigrante no es una estadística. Cada uno tiene una crónica, una voz, una historia”.

El Cardenal Cupich viajó a McAllen el 15 de agosto para otorgar oficialmente $100,000 a la Diócesis de Brownsville para la construcción del nuevo edificio. Los fondos fueron recaudados en una cena benéfica en el Museo del Vaticano organizada por Catholic Extension el día de la elevación de Cupich al Colegio Cardenalicio en noviembre de 2016.

“El Santo Padre pidió que los nuevos cardenales no tuvieramos grandes celebraciones que atraigan la atención hacia nosotros mismos, sino que en cambio hiciéramos algo que ayudara a aquellos en la periferia de la sociedad”, dijo el cardenal Cupich. “Estoy complacido de estar con ustedes hoy para dedicar los fondos que Catholic Extension recaudó específicamente para este evento para la Diócesis de Brownsville”.

De pie, en el futuro lugar de la nueva edificación, después de la misa, el cardenal Cupich presentó una placa a la hermana Pimentel y al obispo Daniel Flores de la Diócesis de Brownsville, conmemorando la ocasión.

“Acepto este regalo de Catholic Extension y del cardenal Cupich como parte de esta gran empresa, que es nuestra empresa común en la Iglesia de dar testimonio de Cristo, especialmente en los más vulnerables”, dijo el obispo Flores.

Los $100,000 recaudados por Catholic Extension para el nuevo centro de alivio es la donación más reciente de la organización en más de 110 años dando fondos al estado de Texas. Históricamente los fondos de Catholic Extension a Texas totalizan más de $173 millones cuando son ajustados por la inflación, incluyendo 1,860 proyectos de renovación o construcción de iglesias a lo largo del estado.

Además de los fondos para el centro de alivio, la cena del consistorio del cardenal Cupich recaudó otros $75,000 que fueron otorgados a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Hidalgo, Texas, una parroquia de rápido crecimiento ubicada a cuadras de la frontera de Estados Unidos-México. El cardenal Cupich personalmente presentó esos fondos a la parroquia el martes también, que están destinados para la construcción de un nuevo edificio de la iglesia.

El trabajo del centro de alivio en McAllen recibió atención nacional en septiembre de 2015, cuando el Papa Francisco reconoció a la hermana Pimentel durante una “audiencia papal virtual” en la iglesia Sagrado Corazón televisada nacionalmente por ABC News.

Hoy en día el número de personas servidas por el centro de alivio ha disminuido grandemente, pero continúa dando la bienvenida a familias que viajan desde sus países de origen en Centroamérica y que están escapando situaciones que amenazan sus vidas. Los tres países con mayor representación todavía son Guatemala, El Salvador y Honduras.

Además de atender las necesidades físicas de sus invitados, el centro de alivio también provee servicios telefónicos de tal manera que las personas que buscan asilo puedan contactar a sus familiares, así como también provee información sobre cómo viajar y vivir con seguridad en los Estados Unidos. La mayoría de los refugiados pasan menos de 24 horas en el centro antes de abordar autobuses para reunirse con sus familiares y esperar la audiencia de corte para su asilo.

El cardenal Cupich elogió el trabajo incansable de la hermana Pimentel y los numerosos voluntarios  —incluyendo feligreses de la iglesia Sagrado Corazón– que han dado personal al centro de alivio durante los últimos tres años.

“La iglesia católica tiene un rol muy importante para humanizar y poner una cara a los extraños y vulnerables” dijo, “especialmente aquellos que sufren y cuya dignidad y derechos están comprometidos o amenazados”.

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