Cardenal Blase J. Cupich

Ayudemos a los sacerdotes jubilados

lunes, mayo 1, 2017

Queridos amigos en Cristo:

El fin de semana del 10 y 11 de junio de 2017 llevaremos a cabo una colecta especial para los Sacerdotes Jubilados de la Arquidiócesis.

En mayo de 2016, ordené a cinco hombres para el sacerdocio. Este mes de mayo ordené a otros cinco hombres. Trece sacerdotes se retiraron a finales de junio de 2016. A finales de este próximo mes de junio, otros veinte sacerdotes se retirarán. Estas jubilaciones nos llevarán a alcanzar un total de 230 sacerdotes jubilados.

Esto significa que cerca del 30% de nuestro clero habrá alcanzado el estatus de jubilación. 35 de nuestros sacerdotes jubilados están en hogares de ancianos o están recibiendo atención domiciliaria. Agradezco enormemente a nuestros sacerdotes jubilados que son capaces de seguir compartiendo su ministerio sacerdotal en nuestras parroquias. Me doy cuenta de que muchas parroquias dependen de su servicio para las misas diarias y dominicales, para los bautizos, las bodas, los funerales y muchas otras buenas obras de la Iglesia. Sin la ayuda de nuestros sacerdotes jubilados muchas parroquias tendrían que reducir sus horarios de misas y otros servicios sacramentales.

Nuestros sacerdotes jubilados dependen ahora de su ayuda. La Asociación de Jubilación y Ayuda Mutua de los Sacerdotes (PRMAA, por sus siglas en inglés) se preocupa por nuestros sacerdotes retirados. Como bien saben los gastos de servicios de salud, de medicamentos recetados, y de cuidados en la edad avanzada continúan aumentando. Esta colecta especial en el mes de junio es diferente de la que hacemos para el Fondo de Retiro de Religiosos en diciembre. Esa colecta apoya a los hombres y mujeres jubilados de órdenes religiosas. Los sacerdotes jubilados de la Arquidiócesis no reciben fondos de esa colecta, por lo que les pido que los apoyen con este Fondo para Sacerdotes Jubilados.

Esta carta me da la oportunidad de compartir mi sincero aprecio por el ministerio y devoción de nuestros sacerdotes jubilados. También me permite recordar a todos los fieles sacerdotes que se han ido por su recompensa eterna; a ellos los encomiendo también a sus oraciones.

Por favor quiero que sepan que les agradezco muchísimo, a todos ustedes, por su atentísima generosidad en la colecta del año pasado; ahora les pido que repitan esa bondad este año. Sus donativos, sus oraciones y sus buenos deseos son una respuesta positiva para nuestros sacerdotes jubilados y para el bien que han hecho al servicio de la gente de la arquidiócesis.

Con mis mejores deseos, quedo, 
Sinceramente suyo en Cristo:

Cardenal Blase J. Cupich 
Arzobispo de Chicago

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