Área de Chicago

La Arquidiócesis de Chicago recibe a quince nuevos diáconos permanentes

Por Andrés Lepe
lunes, junio 2, 2025

El sábado 10 de mayo, la Arquidiócesis de Chicago se reunió en la Catedral de Santo Nombre para celebrar la ordenación de quince nuevos diáconos permanentes, quienes respondieron al llamado de servir a la Iglesia con dedicación y humildad.

En su homilía, el obispo Lawrence Sullivan, vicario general de la Arquidiócesis, recordó que el diaconado no es solo una función litúrgica, sino una misión de caridad y presencia activa en las comunidades, acercando a la Iglesia a quienes más necesitan ayuda y esperanza.

Los nuevos diáconos, hombres que han dedicado años a su formación humana, espiritual y pastoral, asumirán un papel fundamental en sus parroquias. Entre sus responsabilidades estarán la proclamación del Evangelio, la predicación, la asistencia en la liturgia, la celebración de bautismos y matrimonios, así como la distribución de la Sagrada Comunión. Pero, más allá de estas funciones, su misión principal será servir con amor a los más necesitados, llevando consuelo y apoyo a los pobres y marginados, mostrando así que el verdadero liderazgo cristiano se expresa en el servicio humilde y comprometido a los demás.

El cardenal Blase J. Cupich, Arzobispo de Chicago, expresó que estos hombres representan las manos y la voz de Cristo en medio del mundo actual, y destacó cómo el diaconado fortalece la misión evangelizadora de la Iglesia. Para muchos, el compromiso de estos diáconos con sus comunidades es un faro de luz que inspira a toda la feligresía.

El camino hacia el diaconado permanente exige un programa de cuatro años que combina formación intelectual con experiencia pastoral, impartido en inglés y español, reflejando la riqueza cultural de la Arquidiócesis. La preparación no solo instruye en la doctrina, sino que transforma el corazón y la vida, preparando a estos servidores para ser auténticos testigos del amor de Cristo.

Entre los ordenados se encuentran el diácono Miguel García Prado de San Donato, en Blue Island; las parejas diaconales Gabriel Gómez e Ilda Rivera de Santísima Trinidad, en Waukegan; Rodrigo y Angélica Gómez de Nuestra Señora de Fátima y San Pancracio, en Chicago; Juan y Laura Franco de Nuestra Señora de Czestochowa y Caridad, en Cicero; Francisco y Martha Naranjo del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Des Plaines; Alfredo y Lizette Yépez, de Buen Pastor y Epifanía, en Chicago; Matthew y Susan Jones de San Gerardo, en Oak Lawn; Robert y Kristin Lanigan de Sagrada Familia, en Inverness; James Bratager de San Vicente Ferrer, en River Forest; Víctor y Rowena Alcaraz-Gómez, de Santos Pedro y Lambert, en Skokie; Kenneth Michaels de Transfiguración, en Wauconda; John y Linda McNichols de Santa Verónica, en Flossmoor; Dennis y Edina Holley de Santa Brígida, en Wadsworth; Pablo e Inés Janowicz, de Santa María, en Lake Forest; y Marl y Fritzie Albarillo, de San Juan Brebeuf, en Niles.

Esta ordenación reafirma el papel fundamental del diaconado en la vida de la Arquidiócesis de Chicago, recordándonos que la Iglesia crece y se fortalece cuando sus miembros se comprometen a servir con humildad y dedicación.

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