Área de Chicago

El frío no apaga la fe: Peregrinos celebran a Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines

Por Andrés Lepe
jueves, enero 16, 2025

Peregrinos celebran a Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines

El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois, recibió a cientos de miles de peregrinos el 11 y 12 de diciembre
Cientos de miles de peregrinos visitaron el Santuario de Ntra. Sra. de Des Plaines la madrugada del 11 y hasta el 12 de diciembre. Foto: Denise Duriga/Católico
Una pareja de peregrinos se abraza durante la fiesta de Ntra. Sra. de Guadalupe el 12 de diciembre. Foto: Denise Duriga/Católico
La Plaza permaneció vibrante mientras los peregrinos danzaban y cantaban. Foto: Denise Duriga/Católico
Las oraciones unieron a los peregrinos en una profunda devoción. Foto: Denise Duriga/Católico
Peregrinos encendieron veladoras y depositaron rosas frente a la Virgen Morena. Foto: Denise Duriga/Católico
El padre Esequiel Sánchez fue el celebrante principal en la misa de clausura de las festividades en Des Plaines el 12 de diciembre. Foto: Karen Callaway/Católico
En la misa de clausura el 12 de diciembre se representó la aparición de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego. Foto: Karen Callaway/Católico

El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois, recibió a cientos de miles de peregrinos el 11 y 12 de diciembre, quienes se reunieron para honrar a la Patrona de las Américas. Reconocido por tener la mayor concentración de peregrinos en los Estados Unidos para la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el Santuario es uno de los pocos lugares en el mundo autorizados a tener una réplica de la imagen milagrosa que se apareció a San Juan Diego en 1531.

Las celebraciones comenzaron la noche del 11 de diciembre, cuando peregrinos de todos los rincones del Medio Oeste comenzaron a llegar al Santuario. A lo largo de la noche, la fila para ingresar no dejó de crecer. Los devotos llegaron a pie, en automóvil, en autobús e incluso en bicicleta, muchos de ellos habiendo recorrido largas distancias a pesar del intenso frío. El aire se llenó de cantos y risas, mientras los peregrinos avanzaban con fe y alegría, dispuestos a ofrecer sus oraciones y dar gracias ante la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.

“Hemos caminado 7 horas, pero cada paso vale la pena”, dijo María Torres, una peregrina de Chicago. “El frío no importa cuando estás aquí por Nuestra Señora. Venimos a dar gracias por las bendiciones en nuestras vidas, y sabemos que ella nos escucha”.

A las 7:00 p.m., los fieles se reunieron en la plaza del Santuario para rezar el Santo Rosario, ofrecido tanto en inglés como en español. Las oraciones unieron a los peregrinos en una profunda devoción, preparando el ambiente espiritual para la noche. A las 8:00 p.m., se celebró la Misa de Apertura Solemne, presidida por el arzobispo designado Jeffrey Grob, exobispo auxiliar de Chicago. En su homilía, habló sobre el mensaje perdurable de esperanza, amor y justicia que Nuestra Señora de Guadalupe sigue llevando a millones, especialmente a quienes más lo necesitan.

Nuestra Señora de Guadalupe es un poderoso símbolo de identidad y fe mexicana, y su imagen está asociada con la maternidad y la justicia social, e incluso el feminismo entre mujeres chicanas. En todo el mundo, su figura representa un faro de esperanza y protección para millones, trascendiendo las fronteras culturales y convirtiéndose en un ícono de fe, solidaridad y lucha por la dignidad humana.

Las celebración continuó el 12 de diciembre, con misas y rosarios durante todo el día. La plaza permaneció vibrante —los peregrinos danzaban y cantaban, celebrando en medio del intenso frío. Aunque la sensación térmica descendió bajo cero, los fieles no se dejaron desanimar, y sus espíritus se elevaron por la gracia y protección de la Virgen María.

A pesar del clima gélido, la calidez de la devoción de los peregrinos llenó el ambiente. La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe fue un recordatorio de que, más allá de cualquier dificultad, el amor y la protección de la Virgen María trascienden todas las barreras, uniendo a los fieles en alegría, esperanza y oración.

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