Simpatizantes de la reforma migratoria marcharon en peregrinación y vigilia de oración el 30 de mayo de 2013. Foto: Karen Callaway/Católico
“No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa”. Isaías 41,10 Ustedes han contribuido enormemente al tejido multicolor y a la profunda vida devocional de la Iglesia católica y otras tradiciones religiosas en los Estados Unidos. ¡Por esto, les damos las gracias! En medio de las dificultades y la discriminación, ustedes se aferran firmemente al ancla de la fe, la familia y la comunidad, un ejemplo de perseverancia, valentía y resiliencia para todos nosotros. ¡Por esto, les damos las gracias! Ustedes han venido aquí, a menudo corriendo grandes riesgos, dejando su preciada tierra natal, buscando liberarse de la violencia y la pobreza, con la esperanza de construir una vida mejor para ustedes y sus familias, un recordatorio del gran amor y sacrificio que creemos que cualquier padre estaría dispuesto a hacer por su familia. ¡Por su inspiración, les damos las gracias! Ustedes han sacado a relucir lo mejor de todos nosotros, los que afirmamos el discipulado en Cristo al permitirnos ejercer el mandato de Cristo de acoger al extranjero y cuidar de la viuda, el huérfano y el inmigrante. ¡Por sacar a relucir lo mejor de nosotros para cuidar a nuestras hermanas y hermanos, les damos las gracias! Por lo tanto, nosotros, Sisters and Brothers of Immigrants, Sacerdotes por la Justicia para los Inmigrantes, coordinadores parroquiales de inmigración y feligreses a lo largo de la Arquidiócesis de Chicago, expresamos nuestro compromiso inquebrantable y nuestra determinación de caminar con ustedes, delante de ustedes y detrás de ustedes, para ser su fortaleza en la oración y en persona mientras dan los próximos pasos hacia adelante. El compromiso de Dios con nosotros es inquebrantable, el amor de Dios es constante. ¡Sepan que, con Dios, estamos aquí para ustedes! ¡Los amamos! ¡No están solos!