Área de Chicago

Funeral para agente de policía caído se lleva a cabo en Santa Rita

Por Joyce Duriga
lunes, mayo 20, 2024

Funeral para agente de policía caído

El agente Luis M. Huesca fue sepultado después de una misa de funeral bilingüe celebrada por el cardenal Cupich en la Capilla del Santuario de Santa Rita de Cascia, 7740 S. Western Ave., el 29 de abril. Fotos: Karen Callaway/Católico
Alumnos de la escuela Queen of Martyrs se alinean en la calle 103, en Evergreen Park el 29 de abril, con señales y banderas para ofrecer tributo al oficial de policía asesinado Luis Huesca. Fotos: Karen Callaway/Católico
Alumnos de la escuela Queen of Martyrs se alinean en la calle 103, en Evergreen Park el 29 de abril, con señales y banderas para ofrecer tributo al oficial de policía asesinado Luis Huesca.
Alumnos de la escuela Queen of Martyrs se alinean en la calle 103, en Evergreen Park el 29 de abril, con señales y banderas para ofrecer tributo al oficial de policía asesinado Luis Huesca.
Miembros del cuerpo de bomberos de Evergreen Park saludan al paso de la procesión.
La procesión se abre paso por 103rd St. Saliendo de la funeraria, mientras miembros de la comunidad se alinean en la calle.

El agente Luis M. Huesca fue sepultado después de una misa de funeral bilingüe celebrada por el cardenal Cupich en la Capilla del Santuario de Santa Rita de Cascia, 7740 S. Western Ave., el 29 de abril.

Huesca fue asesinado afuera de su casa en Gage Park en las primeras horas del 21 de abril en un aparente robo de auto a solo días de cumplir 31 años.

Alternando entre español e inglés en su homilía, el padre Matt Foley, párroco de la parroquia St. Gall en Gage Park, dijo que Huesca tenía el corazón de un siervo. “Acabó la carrera. Guardó la fe. Peleó la buena batalla e hizo el último sacrificio”, dijo Foley, cuya parroquia está a pocas cuadras de donde fue asesinado Huesca.

En su vecindario de origen de Gage Park, Huesca “peleó contra el mal por nosotros”, dijo Foley.

Foley se dirigió directamente a la familia de Huesca. “Ustedes no sólo perdieron a su hijo, perdieron a un hombre joven que eligió vivir con ustedes durante seis años. Se mudó a nuestro vecindario no sólo para protegerlos a ustedes, sino también para protegernos a nosotros. Es una tremenda pérdida no sólo para ustedes sino para nosotros”, dijo Foley. “Él llevaba un rosario y caminó con Jesús luchando contra el enemigo y viviendo para decir la verdad”.

La noche que Huesca fue asesinado, Foley fue despertado por sirenas y luces de la policía y helicópteros respondiendo al tiroteo. La parroquia St. Gall trabajó con la policía en su investigación proporcionando videos de la cámara de seguridad. “Las personas simplemente se unieron para hacer todo lo que podían hacer además de orar. Fue hermoso”, mencionó Foley en una entrevista el día después de que Huesca fue asesinado.

Más temprano en el día, Foley hizo saber a los feligreses que la parroquia estaría orando por Huesca en la misa regular de las 7 p.m. esa noche. Asistieron muchas personas y agentes de policía en uniforme.

Después de la misa, la congregación se dirigió al frente de la casa de Huesca con el Santísimo Sacramento para bendecir el lugar donde fue asesinado. Foley hizo eso cuando sirvió en La Villita cada vez que alguien moría por la violencia con armas, mencionó.

“Hemos tenido algo de violencia aquí con personas a las que les dispararon, y cuando mataron a un agente fue una cosa natural”, dijo. La parroquia bendijo el lugar donde el agente Andrés Vásquez Lasso fue asesinado el año pasado, mencionó.

El cardenal Cupich y el obispo auxiliar Robert Lombardo, vicario del Vicariato III, visitaron a la familia de Huesca el 21 de abril, como también lo hizo el padre Dan Brandt, director del Ministerio de Capellán para el Departamento de Policía de Chicago.

Brandt estuvo entre los sacerdotes que se unieron al cardenal Cupich para la misa y presidió un Servicio de St. Jude en la Casa Funeraria Blake-Lamb en Oak Lawn la noche anterior.

Brandt recordó haber conocido a Huesca en su graduación de la academia de policía y el año pasado en la misa de funeral para Vásquez Lasso.

“Era un amor”, dijo Brandt sobre Huesca. “En un momento como este, los agentes pueden sentirse derrotados, especialmente aquellos más cercanos a la víctima y cuando no se ha hecho justicia”, mencionó Brandt. “Pero también es un momento de orgullo, porque es uno de esos recordatorios de que esto es más que sólo una carrera. Esto es una vocación”.

Los agentes de policía necesitan el apoyo de las personas de Chicago, dijo, porque con frecuencia se les recuerda los peligros del trabajo. Cuando Brandt celebra Misas Azules en la arquidiócesis, pide a la gente que ore por los agentes de policía y todo el personal de primera respuesta.

“Básicamente les ruego a las personas que están presentes, les digo, ‘un simple agradecimiento llega muy lejos’”, señaló Brandt. “Es muy apreciado por estos muchachos y muchachas”.

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