Área de Chicago

De la Ciudad de México a Chicago: Oblatas de Jesús Sacerdote celebran cien años de servicio

Por Redacción Católico
miércoles, febrero 28, 2024

La hermana María Luz Lemus voltea y sonríe a mientras los asistentes dan a las hermanas una ovación de pie en la misa por el centenario de las Oblatas de Jesús Sacerdote, el 11 de febrero en la Catedral del Santo Nombre. Foto: Karen Callaway/Católico

Desde que llegaron a Chicago procedentes de la Ciudad de México, en 1961, las Oblatas de Jesús Sacerdote han sido una presencia constante en la Arquidiócesis de Chicago, ofreciendo asistencia y oración a los sacerdotes. Las hermanas Oblatas viven en la rectoría de la Catedral del Santo Nombre y han servido a la comunidad de la catedral desde 2001.

Fue precisamente en la catedral, que podrían considerar su casa, donde las hermanas celebraron el 11 de febrero la misa por los cien años de su congregación. Porque fue un 9 de febrero cuando el sacerdote Félix de Jesús Rougier funda la congregación en Tlalpan, en la Ciudad de México. Desde entonces, las hermanas se han esparcido por México, Estados Unidos e Italia.

Las hermanas son una presencia muy querida y popular en esta arquidiócesis, es común escuchar a los sacerdotes hablar cariñosamente de ellas, de las comidas que compartían en el seminario, de las bromas y de la ayuda, a veces con ellas empezaron a aprender español.

En una entrevista con Chicago Catholic en 2020, el obispo Kevin Birmingham (q. e. p. d.) relata que cuando se ordenó, él quería que su segunda misa fuera en la Ciudad de México, en la Basílica de Guadalupe, porque en el seminario había desarrollado una devoción hacia ella. Fueron las hermanas Oblatas de Jesús Sacerdote quienes hicieron los arreglos para que su segunda misa como sacerdote fuera celebrada desde el altar mayor de la Basílica. Él quiso viajar a México después de su ordenación para dar gracias a Nuestra Señora de Guadalupe.

Ellas llegaron en 1961 al Niles College del Seminario de Loyola y posteriormente al Seminario St. Joseph en el campus del lago de la Universidad Loyola. Igualmente, las hermanas fundaron una comunidad en la Universidad St. Mary of the Lake/Seminario Mundelein y una casa de formación en Hometown.

La misa del 11 de febrero en la Catedral del Santo Nombre estuvo llena de buenos recuerdos. Allí, los obispos auxiliares Robert Casey y Mark Bartosic, junto a más de treinta sacerdotes se reunieron a celebrar a las hermanas.

En un convivio celebrado después de misa en las instalaciones de la escuela Frances Xavier Warde, junto a la catedral, el padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe en Des Plaines, expresó una fuerte gratitud hacia las hermanas. “A veces en la vida no llegamos a ver el fruto de nuestro trabajo. Pero en esta ocasión podemos verlo” dijo. “El obispo Casey, aquí presente, cuando era joven y estaba en la escuela, lo inspiraron mucho las hermanas y aprendió español. Las hermanas verdaderamente hacían que el seminario se sintiera como un hogar. Todos nosotros hemos sentido su ministerio y su carisma”.

El padre Pedro Arteaga,  provincial superior de los Misioneros del Espíritu Santo habló del aprendizaje de ver la espiritualidad no solo en la teoría que estudiaban, sino en la vida cotidiana. En esto las hermanas tuvieron mucho que ver. “Ver cómo ellas viven [su espiritualidad] sin tantas palabras, cómo practican su fe, la consagración, en el servicio humilde y muy generoso”.

Durante el convivio, nuestro colaborador Javier García se acercó a conversar con la hermana María Laura Torres Sánchez.

“Mi vocación surgió cuando era adolescente” dijo la hermana. “La invitación que sentí de Jesús para seguirlo fue el orar por los sacerdotes y también poder compartir con la gente el Evangelio y la vida de Jesús”.

“Las Oblatas de Jesús Sacerdote somos una congregación de vida activa” continuó la hermana María Laura. “Nuestro carisma es amar el sacerdocio de Cristo y hacerlo amar. Nosotras estamos sirviendo a los sacerdotes y al pueblo sacerdotal. A los sacerdotes especialmente con nuestra oración y con nuestro acompañamiento”.

Habló también sobre su apostolado. “Para nuestra congregación, su principal apostolado es la oración. La palabra ‘oblata’ viene de ‘oración’ de ‘entrega’ y ‘servicio’. Un servicio alegre por todos los sacerdotes y el pueblo sacerdotal”.

“Hoy estamos celebrando los cien años de nuestra congregación” dijo con entusiasmo. “Después de estos cien años de gracias, de bendiciones que Dios ha derramado por nosotros por medio de todas las hermanas que a lo largo de este camino han pasado por la congregación; mi congregación quiere ir respondiendo a las necesidades de la Iglesia, como en un principio nuestro padre fundador quiso. Ahora nosotras estamos buscando nuevos caminos, nuevos horizontes, pero siempre en el sentido de servicio al pueblo sacerdotal”.

La hermana aclaró que, además de la Catedral del Santo Nombre, se encuentran en la parroquia de la Inmaculada Concepción Cinco Santos Mártires.

“Sigan pidiendo por nosotras, las Oblatas de Jesús Sacerdote” concluyó, “para que sigamos siendo fieles a la vocación que Dios nos ha encomendado, y que siempre sepamos decir, como decía nuestro padre Félix de Jesús: Dios, Dios, Dios, y que todo lo ha hecho Él”.

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