Área de Chicago

La ceniza indica que usted se comprometió a cambiar, dice el padre Sergio Rivas

Por Redacción Católico
lunes, febrero 12, 2024

Con el Miércoles de Ceniza da comienzo el tiempo de Cuaresma. Foto: Karen Callaway/Católico

“La Cuaresma es una época de conversión” dijo el padre Sergio Rivas, párroco de la parroquia Cristo Rey, en La Villita. “Es la preparación para celebrar el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.

En conversación con Alejandro Castillo, el padre Sergio habló de la importancia del proceso de la Cuaresma, que dura cuarenta días.

“Los cuarenta días son importantes” dijo. “El número cuarenta aparece en la Biblia muchas veces, por ejemplo en el diluvio llovió cuarenta días; o los israelitas, que iban a pasar cuarenta días y terminaron pasando cuarenta años en el desierto, o Jesús se fue al desierto por cuarenta días y ayunó. Entonces, el número cuarenta tiene ese significado de transición y conversión. Cosas muy importantes suceden durante esos cuarenta días, la Iglesia adopta esa cifra como el número de días que nos debemos preparar para la Semana Santa”.

Lo anterior lo dijo en la conversación que sostuvo para el programa La hora católica: misa y más que se transmite por Univisión y por el canal You Tube de Chicago Católico. El conductor, Alejandro Castillo preguntó sobre la importancia del Miércoles de Ceniza.

“La ceniza, ¿qué es lo que está indicando? Que usted se comprometió a cambiar” agregó el padre, “que usted quiere convertirse. Por mucho que usted se ponga ceniza, si no tiene esa actitud de conversión y de cambio, pues las cenizas no sirven para nada”.

“Las cenizas son sagradas” continuó, “claro que sí, las bendecimos, pero lo que significa es que nosotros nos vamos a comprometer a cambiar, a tomar estos cuarenta días para pensar en lo que hemos hecho, cómo podemos ser mejores, qué vicios tenemos que dejar.”

El padre Sergio se refirió a la gente que se desespera por recibir la ceniza a toda costa. “Hay gente que dice ‘necesito tomar las cenizas’ y a veces está desesperados tocando a la puerta a las ocho o nueve de la noche tratando de recibir la ceniza, como si al no recibirla algo malo pasara. Esa no es la actitud que debemos tener con las cenizas, uno puede comenzar la Cuaresma con todas las cenizas del mundo, el sacerdote lo puede bañar a uno en ceniza y no comenzar con la actitud correcta; y  usted puede que no haya podido recibir ceniza (porque estaba trabajando, estaba enfermo, cualquier cosa) y tener una Cuaresma absolutamente provechosa. Entonces, es importante que tengamos esto en cuenta: si nosotros no asumimos lo que significan las cenizas, las cenizas no nos sirven de nada”.

Para el padre Sergio, la ceniza es un símbolo con raíces bíblicas y una tradición larga dentro de la iglesia, y que deberíamos recibir. “Sin embargo, cuando no se puede, no se puede” dijo; no cambia nada, lo importante es la actitud que tengamos. Hay muchas parroquias que proveen sobrecitos pequeños, para gente que dice ‘mi mamá está enferma’ o ‘tengo un hijo que está trabajando’. Sin embargo, como le digo, las cenizas no pueden convertirse en una superstición, que si las necesitan con urgencia y todo eso. Es importante que siempre entendamos cómo hacemos las cosas, por qué las hacemos y que le demos el lugar que le corresponde”.

“Otro día en que viene mucha gente es el Domingo de Ramos” continuó el padre. “Nosotros nos conectamos con cosas físicas, y es importante. Pero también es importante que no convirtamos esas cosas físicas en objetos de superstición. Decir ‘ay, tengo que llevar el ramo por si hay una tormenta, lo puedo quemar’ o algo así. Si lo hacemos con fe, obviamente Dios nos protege. Pero siempre tenemos que tener cuidado. Lo más importante para que estemos protegidos siempre va a ser la confesión, recibir la eucaristía, ir a misa los domingos. En términos de proporción, la misa dominical, recibir la eucaristía cada domingo, confesarse, están muchísimo más altos que ir a recibir las cenizas o las palmas el domingo. Hay que tener eso en mente.”

Castillo dijo que este año se nos presenta un dilema interesante, ya que el Miércoles de Ceniza cae en el Día de San Valentín. “¿Qué consejo tiene usted para aquellas parejas que gustan celebrar en ambas ocasiones?” preguntó.

“Claro, es importante” respondió el padre Sergio. “Obviamente San Valentín es un santo, pero es importante que tengamos esta festividad social, de parejas, de romance. No hay nada en contra del amor, Dios es amor, ¿cierto? Y el verdadero amor es un amor que sana, que nos hace crecer”.  El padre habló del llamado a los católicos a abstenerse de comer carne y el ayuno. “El ayuno, la Iglesia lo considera: sí, te tomas solamente una comida entera al día o la partes en pequeñas porciones durante el día. Entonces, si tienes un plan con tu esposa o con tu novia, vigila qué es lo que vas a comer durante el día.”

“Otra cosa que es importante” agregó el padre: “las relaciones nos dan vida, pero  también son duras: conectarse con la persona que amamos, perdonarle, tratar de pedir perdón cuando hemos hecho algo malo, eso es algo necesario en una relación, ¡y este es el día perfecto para empezar a transformar la relación! El hecho de que San Valentín caiga el mismo día que el Miércoles de Ceniza es una oportunidad para todas esas parejas que están teniendo dificultades, las que necesitan más entrega, más amor y respeto. Esta es la oportunidad de comenzar una relación un poquito más seria, desde la perspectiva cristiana.”

“Yo diría: celebren, recuerden lo que la Iglesia les pide, pero también celebren” dijo, “y honren ese regalo que tienen en su vida, que es la relación.”

En la conversación se le comentó que además del ayuno durante la Cuaresma hay tradicionalmente otras personas que renuncian a algo, como dulces o alcohol.

“Es importante que nosotros aprendamos a negarnos [cosas] a nosotros mismos” respondió el padre. “Pero la negación no es una negación del mundo porque el mundo sea malo, la negación de cosas, objetos, actividades, solamente es para que nosotros podamos convertirnos en maestros de nuestra propia vida y que no nos dejemos controlar por las cosas. Entonces, la abstinencia absoluta de cosas puede ser contraproducente en dos direcciones: la primera es que como estamos dejando algo, nos sentimos con derecho a hacer otras cosas: ‘oh, como no estoy comiendo esto voy a comer más de lo otro’. Hay que tener cuidado en que esto no se convierta en un intercambio, ‘me estoy absteniendo aquí pero estoy siendo indulgente en otras cosas’.

“Otro problema es que a veces prometemos cosas que nos hacen daño” continuó el padre Sergio. “Un diabético que se proponga ayunar a pan y agua, por ejemplo, es peligroso, está poniendo en riesgo su salud, y la responsabilidad que esta persona tiene con su salud es mucho más importante. Ayunar es un acto de piedad, la gente tiene que buscar una forma de ayuno que no le afecte su salud.”

“Hay otra situación” continuó el padre, “que a veces nos sentimos bien, yo digo ‘no voy a tomar alcohol, no voy a fumar por cuarenta días’ y lo cumplo, pero una vez pasa este periodo vuelvo a mis hábitos, me vuelvo a dejar encadenar por mis vicios. Entonces, ¿de qué sirvieron estos cuarenta días? Me aguanté cuarenta días, pero no he reconquistado mi autonomía.”

“Yo sugiero que siempre pongamos atención, ‘¿qué me va a hacer realmente más libre después de esos cuarenta días de abstinencia?’ En el caso de la gente que se abstiene de participar en las redes sociales y después vuelve a estar conectada a su teléfono por ocho horas al día. Entonces, si yo hago el propósito de renunciar por dos horas al día a las redes sociales durante la Cuaresma, y eso se me queda como hábito es mucho más importante que decir ‘dejo todo y después vuelvo a lo mismo’.

“Yo diría, a medida que nos vamos preparando, pensando en qué vamos a hacer durante la Cuaresma, qué le va os a ofrecer al Señor, también pensemos ‘¿qué es lo que me hace más libre? ¿qué es lo que me deja ser yo mismo?’”

“Hay tres elementos que la Iglesia nos pide: dar limosna, oración y ayuno. Como parte de la Cuaresma tenemos que integrar esas tres cosas” concluyó el padre Sergio.

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