“María, madre de la Divina Providencia, representa todo lo hermoso de nuestra cultura de Puerto Rico, de nuestra fe mariana y nuestra fe en Cristo”, las palabras del reverendo Claudio Díaz Jr. resonaron en la parroquia Bread of Life–St. Sylvester el viernes 10 de noviembre, al inicio de la misa anual en honor a Nuestra Señora de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico. “El puertorriqueño siempre confía en María,” añadió el padre Claudio, subrayando la arraigada fe de la gente en la Virgen como fuente de consuelo y esperanza, así como la conexión histórica y espiritual entre la isla y su patrona. La historia de esta devoción tiene sus raíces en Italia, se entrelaza con España y llega a Puerto Rico, creando un vínculo sagrado entre la isla y la figura de la Virgen María. La visita de quien llegaría a ser cardenal Luis Aponte Martínez a Roma, donde se reunió con el papa Pablo VI, fue un momento fundamental que llevó a la declaración, el 19 de noviembre de 1969, de Nuestra Señora de la Divina Providencia como la patrona oficial de Puerto Rico. Hablando con los feligreses antes de la misa, se notaba la importancia de estas conexiones en la tradición y la fe. María González, residente local, compartió su perspectiva: “La devoción a Nuestra Señora de la Divina Providencia ha sido mi refugio. En momentos de dificultad, mi fe en ella ha sido una luz que me guía y reconforta, recordándome que nunca estoy sola.” Durante la homilía, el reverendo Francisco Javier Pagán Portalatín expresó la importancia de tener fe en nuestra Madre Santísima y dijo: “Hoy somos nosotros, desde aquí en [Chicago], quienes rezamos por nuestra isla. Rezamos para que Dios bendiga y proteja nuestra isla de encanto.” Estas palabras resonaron en los corazones de los asistentes, recordando la importancia de la solidaridad y la oración por la querida isla de Puerto Rico. El padre Pagán recordó cómo la devoción a Nuestra Señora de la Divina Providencia fue un pilar en su camino hacia el sacerdocio. El padre creció en San Juan, Puerto Rico. Recuerda que de niño la devoción a Nuestra Señora de la Divina Providencia era palpable en cada calle y esquina de la isla. Esta conexión temprana moldeó su fe desde la infancia. Al llegar a Chicago, su mentor le aconsejó confiar siempre en nuestra Madre Santísima. Estas palabras resonaron en él y se convirtieron en un faro de orientación durante su tiempo en el Seminario, donde rezó fervientemente a nuestra Santísima Madre todos los días. En mayo de 2023, el padre Pagán Portalatín fue ordenado como sacerdote, llevando consigo la devoción y las enseñanzas inculcadas desde su infancia. En la iglesia, la decoración especial para la ocasión, con flores y velas, creó un ambiente solemne y reflexivo, recordando la conexión entre el pasado y el presente de la fe puertorriqueña. La misa anual en honor a Nuestra Señora de la Divina Providencia no solo fue una celebración religiosa; también se convirtió en un recordatorio conmovedor de la historia única que une a nuestra patrona con Puerto Rico. La devoción que sentimos, alimentada por nuestras tradiciones y una fe fuerte, sigue siendo como una luz de esperanza para todos nosotros en cada etapa de nuestras vidas. Con este evento sagrado, cada año recordamos lo importante que es cuidar y compartir las cosas que nos hacen quienes somos. La celebración no solo es sobre la fe, sino también sobre mantener viva la conexión entre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. La devoción a Nuestra Señora de la Divina Providencia es como un lazo especial que nos une a través del tiempo, renovando siempre nuestra fe y unidad en el corazón de la comunidad puertorriqueña aquí en Chicago.