Por presiones de la sociedad de consumo, cada vez más se adelanta la temporada navideña para comenzarla inmediatamente después del día de Acción de Gracias. Para el padre Sergio Rivas, esto genera demasiado ruido en una temporada que pide silencio. Para los católicos, dice el padre Sergio, “la temporada de Adviento es un periodo reflexivo y más silencioso, más sobrio”. El padre Sergio Rivas, párroco de la iglesia Cristo Rey, en La Villita, no está en contra de la fiesta, pero considera que para una experiencia verdadera de la Navidad debemos seguir el proceso de Adviento, lo cual es difícil cuando todos los medios de comunicación empiezan a promover la Navidad desde temprano. “Nosotros los cristianos decimos no, no, no, todavía no es Navidad, es el periodo de Adviento, tenemos que prepararnos”. En conversación con Alejandro Castillo para el programa La hora católica, el padre dijo que, aunque afuera hay un ambiente de fiestas y mucho ruido publicitario, la iglesia dice “tomémonos un poquito de tiempo para realmente meditar qué es lo que va a pasar el 25 de diciembre”. “Básicamente, el Adviento es el comienzo del año litúrgico” explicó el padre. “Nosotros no comenzamos el año el primero de enero, sino el primer domingo de Adviento. La temporada de Adviento son los cuatro domingos anteriores a la Navidad, y dedicamos ese tiempo para meditar en la segunda venida del Señor, que es lo que estamos esperando, pero también en lo que va a pasar el 25 de diciembre, que es la celebración del nacimiento de Jesucristo”. Recalcó el padre que el Adviento es una fiesta movible. “Lo importante para determinar el Adviento es que haya cuatro domingos antes del 25 de diciembre. Como esta fecha se mueve, depende del año”. Cómo mantener el Adviento “Que nunca se nos olvide, en medio de toda la fiesta, que lo que estamos haciendo es esperar al Señor que viene” dijo el padre Rivas. “¿Eso cómo lo podemos hacer? Hay muchas maneras de mantener el Adviento” agregó el padre que en el pasado, para mucha gente era también tiempo de ayuno y abstinencia, pero eso ya no se pide. Sin embargo, “hay que recordar que el Adviento requiere meditación, y eso lo podemos hacer con la lectura del día, que se puede buscar en internet. La lectura del día, la liturgia de la Iglesia siempre nos va a poner en ese modo de contemplación y de sobriedad que se requiere”. Dijo el padre Rivas que la preparación para el cristiano tiene dos elementos: la espiritual y la moral. “La espiritual implica una conexión con el Señor por medio de la oración y las lecturas del día. La parte moral se refiere a la conducta: cómo nos tenemos que comportar, la invitación a vivir el evangelio, a vivir las obras de misericordia. Eso nos ayuda a conectar con las necesidades de nuestros hermanos en la calle, que no tienen donde dormir, por ejemplo. Es decir, como podemos, con nuestra conducta, prepararnos para la venida del Señor. Porque la venida del Señor también está ligada a que nosotros trabajemos por la justicia, por la verdad, la comprensión entre los seres humanos. Nosotros los cristianos estamos llamados a servir en el mundo. No es solamente que creemos y eso nos salva. Nuestra creencia, nuestra fe nos lleva a actuar. Si no, es una fe muerta. Como decía Santiago: ‘Muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré por medio de mis obras mi fe’. Debemos estar felices En la conversación, Castillo preguntó al padre Rivas sobre el significado de los colores que se utilizan en este tiempo. “Básicamente, los colores de Adviento son dos, el púrpura y el rosado” respondió el padre. “El púrpura (morado) se usa en la liturgia básicamente todos los días de Adviento excepto cuando hay solemnidad (que por cierto siempre está la solemnidad de la Inmaculada Concepción, que es el 8 de diciembre, es la patrona de Estados Unidos) y obviamente para nosotros los latinos está el 12 de diciembre (festividad de la Virgen de Guadalupe), en el día de esa solemnidad no se usa el morado, sino el blanco”. “El morado se usa todos los días de Adviento” dijo el padre Rivas, “excepto un día: el tercer domingo de Adviento. Ese día se llama el domingo de Gaudete. Se llama así porque en la liturgia anterior, el sacerdote comenzaba la liturgia diciendo ‘Gaudete in Dominos semper’ , ‘regocijémonos en el Señor siempre’. Así comenzaba la liturgia siempre. Ese domingo tiene un sabor un poquito más esperanzador, porque llegamos con las expectativas, estamos esperando al Señor. Pero Adviento es un tiempo sobrio, la liturgia nos pide que quitemos las decoraciones grandes, del altar, que utilicemos instrumentos más sobrios, y luego llega el domingo de Gaudete que dice, ‘este no es el momento de estar triste, sino de estar alegre’. Debemos estar felices porque lo que viene es grande, nuestra salvación, el Señor.