Área de Chicago

La Renovación Carismática Católica es experiencia renovadora que transforma las iglesias locales

Por Ely Segura
miércoles, octubre 19, 2022

Cresencio García, Vanessa Tellez, Isabel Ordoñez y Mario García, de Indianápolis se unieron a más de 7,500 fieles provenientes de ocho estados en el UIC Pavillion en Chicago para la XIV Conferencia Carismática Hispana el 25 de abril de 2009. Foto: Karen Callaway/Católico

Por sus valiosos aportes al crecimiento espiritual de las comunidades apostólicas en Chicago, el movimiento de la Renovación Carismática Católica (RCC) fue uno de los grupos reconocidos con el premio de la 21 Noche de Gala el pasado 30 de septiembre.

La Renovación Carismática está organizada por círculos de oración –que en sus inicios comenzaron en los hogares de los feligreses– donde se celebran los carismas del Espíritu Santo y actualmente hay unos 55 grupos en esta ciudad.

“Uno de los ejes fundamentales de la Renovación es el llamado a un encuentro personal con Jesucristo, vivo y resucitado” dice el Rev. Alejandro Marca Mansilla, quien desde 2020 funge como el enlace para la Renovación Carismática Católica en esta ciudad. “De esa manera, siguiendo el llamado del papa Francisco, puedo decir que se trata de acercar a muchas personas a ese encuentro personal con Jesucristo”, agregó.

Entre sus metas actuales están reforzar la unidad, compartir el bautismo del Espíritu Santo con toda la Iglesia y servir de acuerdo con sus necesidades. Hoy día, por ejemplo, el movimiento une sus esfuerzos para apoyar y hacer realidad el plan pastoral de Renueva mi Iglesia en Chicago, según comenta el Rev. Marca Mansilla.

Además de los círculos de oración, la Renovación Carismática Católica busca hacer discípulos y misioneros de Cristo a través de la formación mensual de sus líderes. Estas sesiones consisten en talleres de formación y crecimiento sobre los dones y carismas del Espíritu Santo. Y, desde 1983, anima y evangeliza a través de Radio Alabaré Chicago, en 750 AM, desde Maywood, IL.

La RCC también convoca a la participación en un Seminario de Vida en el Espíritu y a las dos conferencias carismáticas que se celebran anualmente desde el año 2000 aquí en Chicago y sus alrededores; una entre marzo y abril y otra en octubre. Se trata de campañas de evangelización en forma de convenciones multitudinarias en la que se reúnen cientos de simpatizantes del movimiento para orar, celebrar juntos la fe y escuchar prédicas transformadoras. De hecho, el pasado 8 y 9 de octubre se celebró la XXXIV Conferencia Carismática Católica y el Congreso Juvenil en el Midwest Conference Center, en Northlake, IL, con el lema “Yo hago nuevas todas las cosas”, tomado de Apocalipsis 21, 5. Entre los invitados a estos encuentros estuvieron el padre Félix Antonio Rivera, el laico Enrique Lugo, el Rev. Robert Casey, Fray Jason Warren, el laico Joel de Loera y el diácono Ray Arroyo.

Entre los lugares en que se puede encontrar la presencia de la Renovación Carismática están la parroquia Santa María Magdalena, en Blue Island; la parroquia San Bruno y la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en el suroeste de Chicago; la parroquia San Jerónimo, al norte de la ciudad y la parroquia San Esteban, en el este. Y, por supuesto, en la parroquia José Sánchez Río, en donde están las instalaciones del Centro Carismático.

Entre las iniciativas reciente de la Renovación está un taller de acompañamiento en el duelo, sobre todo para las personas que sufren por la pérdida de un ser querido, especialmente en este tiempo de pandemia. Sus actividades no paran, y recientemente tuvieron la ejecución del taller Dones y Carismas, que se llevó a cabo el 15 de octubre en la parroquia Mártires de Chimbote en Summit, IL.

Historia

Como respuesta al llamado de aggiornamento (actualización) eclesial al que apelaba el papa Juan XXIII, y que sirvió de punta de lanza y consigna renovadora para el Concilio Vaticano II en 1962, surge en Los Ángeles, California un movimiento apostólico que abogaba por el bautismo en el Espíritu Santo, un nuevo estilo cimentado en los dones y carismas suscitados por la tercera persona de la Santísima Trinidad.

Este movimiento pentecostal católico se patentiza en 1967 por medio de un retiro espiritual al que asistieron unos veinte jóvenes católicos de la Universidad de Duquesne, en Pittsburgh, Pensilvania, deseosos de transformar sus vidas bajo la acción del Espíritu Santo. A través de pequeños círculos de oración caracterizados por alabanzas en voz alta y música, fueron contagiando otros campus, incluso de otras ciudades, hasta extenderse por todos los Estados Unidos y América Latina, sobre todo por medio de gente que participaba de manera activa en los Cursillos de Cristiandad.

Este estilo de ser “católicos carismáticos” –como también son conocidos– llega a Chicago en 1968, en torno a la parroquia San Silvestre, en Humboldt Park con la comunidad puertorriqueña, según señala el padre Marca Mansilla.

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