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Luz y Esperanza, un coro multigeneracional que trae regocijo a la comunidad de San Beda

Por Ely Segura
miércoles, abril 27, 2022

Luz y Esperanza, un coro multigeneracional en San Beda

Cada miércoles, de siete a nueve de la noche, alrededor de cuarenta personas se dan cita para ensayar los cantos de las misas dominicales en español de la parroquia San Beda el Venerable-San Denis. Fotos: Karen Callaway/Católico
Alrededor de cuarenta personas componen el coro y grupo musical de la parroquia San Beda el Venerable-San Denis.
Quizás el atractivo más notorio del coro es la fuerte participación juvenil.
Benny Ríos, director del coro, mira hacia la congregación en San Beda.
Feligreses de San Beda el Venerable-San Denis en la misa del 3 de abril.
“Todos son bienvenidos a participar en el coro. Aquí se les enseña”, dice Benny Ríos.
Muchos niños se motivan a participar en él porque ven a otros niños tocar y cantar.

Cada miércoles, de siete a nueve de la noche, alrededor de cuarenta personas se dan cita para ensayar los cantos de las misas dominicales en español de la parroquia San Beda el Venerable-San Denis; entre ellos niños, adolescentes, jóvenes adultos y personas de la tercera edad. Ellos han hecho suya aquella exhortación del salmista de alabar a Dios con el don de la música (Salmo 150), a través de los distintos matices y colores de sus voces, y de los instrumentos de cuerdas y de percusión que algunos también aprenden a tocar allí.

Este coro nació en 2011 bajo la dirección del Sr. Benny Ríos (acompañado por su esposa Alejandra Ríos), quien motiva a sus miembros a glorificar al Señor por medio de cantos alegres que van desde la balada hasta las cumbias, y entonados en español, inglés e incluso latín. “Siempre he creído que para que una misa sea agradable debe tener muy buena prédica y tener muy buena música” señala Ríos. “Esto ha sido un trabajo de los pastores que han estado aquí, y de un servidor. Todos son bienvenidos a participar en el coro. Aquí se les enseña”.

Quizás el atractivo más notorio del coro es la fuerte participación juvenil; esto ha provocado que más adolescentes y jóvenes se involucren no sólo en los grupos juveniles, sino en otros ministerios parroquiales, sintiéndose así parte de la comunidad. Para Benny Ríos es bastante satisfactorio trabajar con ellos. Incluso –comenta– muchos traen otros instrumentos, como el saxofón y el violín, que están aprendiendo a tocar en sus escuelas.

El coro, a decir de su director, ha tenido muy buena acogida. Muchos niños se motivan a participar en él porque ven a otros niños tocar y cantar. Y toda la feligresía, contagiada del clima alegre y cálido que hay en las celebraciones, se une también en espíritu de alabanza, adoración y gratitud a Dios.

“Pienso que dar un servicio a Dios en la iglesia es muy bonito. Yo estoy muy contento y satisfecho con este ministerio, porque además de enseñarles a cantar, estamos involucrando a niños y jóvenes a seguir a Cristo y a crecer fuertes en la fe” expresa Ríos con entusiasmo. “Nos sentimos bendecidos de glorificar a Dios y de motivar a las personas a seguir su fe y a no rendirse en los momentos de difíciles. Muchas veces la vida está llena de dificultades, especialmente para los jóvenes, pero por eso es nuestro nombre, para que la gente recuerde que siempre puede encontrar luz y esperanza en Cristo resucitado”.

Juan de la Cruz, actualmente traductor para instituciones gubernamentales, participa como solista (tenor) en el coro Luz y Esperanza desde hace siete años. Conoció el coro en la Pascua de 2015 y quedó impresionado por su estilo: “Me llamó la atención que cantaban desde cantos en latín a cappella, hasta ritmos alegres. Le pregunté al Sr. Benny si me podía integrar”.

Para Juan de la Cruz la música es parte importante para su persona y para su espiritualidad, pero también es para él una forma de regresarle a Dios y a la comunidad algo de lo mucho que ha recibido de ellos. “Al estar en el coro no sólo es importante cantar bonito, sino tener formación litúrgica; saber por qué se hace cada cosa” comparte de la Cruz. “Es un servicio, un honor, porque el centro de la misa es Cristo, no nuestra voz. Estamos ahí para ofrecer un servicio para gloria de Dios. El coro ayuda a dar un color más propio a la celebración y para animar a las personas a que participen”.

El padre Carlos Arancibia, de origen chileno, es el párroco de San Beda-San Denis desde hace cuatro años. Habla con mucha satisfacción al referirse a estas dos comunidades (San Beda, en 8200 S. Kostner, y San Denis, en 8301 S Saint Louis Ave.) unidas administrativamente por la iniciativa Renueva mi Iglesia. La define como una comunidad activa, de casi mil 300 integrantes, y multicultural. Nació siendo prácticamente una comunidad irlandesa, hoy compuesta por irlandeses, filipinos, polacos e hispanos, en su mayoría.

“Es una comunidad muy bonita, muy grande, muy participativa, y muy jovial. Me siento muy satisfecho y la gente también está muy satisfecha”, expresa el padre Arancibia, quien señala como uno de sus retos la implementación de un programa de evangelización (ya casi en marcha) para los jóvenes adultos, de 18 a 35 años, que antes tenían una vida de fe muy activa, pero que con los compromisos académicos se han alejado de la parroquia.

La comunidad parroquial es en promedio joven, con una variedad de ministerios para todas las edades. Entre ellos están –además de los distintos coros musicales– los Caballeros de Colón, los grupos de formación bíblica y de apologética, grupos de oración y de devoción, grupos juveniles y de catequesis sacramental, banco de alimentos, entre otros.

Además de contar con el templo lleno los domingos, la parroquia ofrece el servicio de transmisión de las misas en vivo a través de su cuenta de Facebook: https://www.facebook.com/stbedechicago

 

Puede ver al coro en acción en el video de reflexiones pascuales 2022, en:  https://www.youtube.com/watch?v=wFNySxefaXo

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