Área de Chicago

Arquidiócesis lanza campaña de concientización para la vacunación contra COVID-19

Por Michelle Martin
lunes, febrero 8, 2021

El cardenal Cupich recibe su segunda vacuna el 13 de enero de manos de Sherrie Spence, vicepresidenta de St. Anthony Hospital. Foto: Karen Callaway/Católico

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Cuando el cardenal Cupich se unió a otros clérigos para recibir públicamente una vacuna contra COVID-19 el 23 de diciembre en el Hospital St. Anthony, se marcó el inicio de una campaña arquidiocesana para animar a todos a vacunarse en cuanto lo puedan hacer.

El cardenal fue acompañado por el padre Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, el padre Don Nevins, pastor de la parroquia Sta. Inés de Bohemia, y el pastor Richard Nelson, pastor de la iglesia bautista Greater Open Door. Tanto Nevins como Nelson sirven en la junta del hospital, ubicado en 2875 W. 19th St.

St. Anthony es un hospital de la red de seguridad en una comunidad afectada desproporcionadamente por la pandemia. Ha servido a las zonas del oeste cercano y suroeste durante más de un siglo.

Al estar de acuerdo en ser vacunado, el cardenal Cupich quería animar a todos a vacunarse contra COVID-19. Su apoyo a la campaña por las inmunizaciones sigue a una declaración del Vaticano que señala que las vacunas contra COVID-19 son medios moralmente aceptables de promover el bien común en medio de la pandemia global.

“Estoy agradecido con el Hospital Saint Anthony por sus esfuerzos para generar confianza en esta vacunación y al papa Francisco por su clara orientación moral sobre las vacunas contra COVID-19”, señaló el cardenal Cupich. “La pandemia ha devastado a familias y comunidades alrededor del mundo, particularmente a las pobres y marginadas. Las vacunas ofrecen un rayo de esperanza de que el mundo se unirá en nuestra humanidad común para lograr salud y sanación. Los líderes de fe deben ahora dar un paso adelante y animar a todos a vacunarse”.

En las próximas semanas, la Arquidiócesis de Chicago lanzará una campaña multimedia de concientización sobre la vacunación contra COVID-19 para educar a los católicos sobre la importancia de ser vacunado.

La campaña incluirá mensajes en video del cardenal Cupich y otros líderes eclesiásticos, afiches y boletines para iglesias y escuelas, y volantes para los feligreses y las familias de las escuelas.

Los materiales se enfocarán no solamente en la importancia de ser vacunado, sino también en la importancia continua de seguir los lineamientos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: usar una mascarilla, mantener seis pies de distanciamiento social de otros, lavarse las manos, usar desinfectante de manos y otras precauciones para prevenir la propagación del virus mortal hasta que todos sean vacunados.

Guy A. Medaglia, presidente y director ejecutivo del hospital, invitó al cardenal a ser vacunado como parte de la campaña del hospital para vacunar a todos los empleados en Saint Anthony.

El lanzamiento de la vacuna se ha dificultado por la desinformación y teorías conspiratorias que se han propagado en las redes sociales y a través de algunos medios de comunicación, dijo Medaglia, lo que se ha combinado con una falta de confianza en el sistema médico entre miembros de las comunidades afroamericanas y latinas que St. Anthony sirve.

“En el lado afroamericano ha habido años de desconfianza debido a que a los afroamericanos se les sometió a pruebas y mucho de ello derivó en malos resultados”, mencionó Medaglia. “No hay mucha confianza cuando se trata de nuevos medicamentos y nuevas vacunas”.

Incluso entre el personal del hospital, algunas personas querían asumir un enfoque de esperar y ver, dijo Medaglia, pero eso pone a la comunidad en riesgo.

“Estás jugando con la vida si no te la pones”, dijo Medaglia. “Estás preocupado por asuntos que no tienen fundamento, que no son parte de la ciencia. La gente que dice ‘quiero esperar y ver que sucede a otros’, …al no ponerse la vacuna, podrías estar asintomático, lo que significa que no muestras señales, pero podrías estar pasando este virus en particular”.

Entre el personal de St. Anthony, la tasa de aceptación de la vacuna es aproximadamente 73 por ciento, muy por arriba del promedio nacional para trabajadores sanitarios, señaló Medaglia, lo cual es una razón por la que el hospital fue seleccionado para una visita del cirujano general de Estados Unidos Jerome Adams cuando las vacunas se lanzaron el 22 de diciembre.

Medaglia, que se ha unido a otros líderes de hospitales para hablar a miembros del personal que declinaron la vacunación, dice que algunos han escuchado que la vacuna contiene microchips que permitirán al gobierno rastrear a los que la reciben, o que a las personas que son vacunadas no se les permitirá tener hijos. Ninguna de esas ideas es cierta.

El tener al cardenal Cupich, y a líderes comunitarios como Nevins y Nelson, recibir la vacuna públicamente animó a algunos empleados que habían estado reacios, dijo Medaglia, algo que espera se transfiera al público en general.

El personal del hospital ha estado viviendo con la realidad del COVID-19 durante meses, mencionó Medaglia.

“Es desgarrador. Doctores y enfermeros y técnicos respiratorios llorando porque han visto tanta muerte”, dijo. “La cantidad de trauma mental a los empleados…¿y qué haces? Hay una escasez de enfermeros. Hay una escasez de médicos. No puedes decir, ‘Toma las próximas dos semanas libres’. Esto es casi sin parar. Nadie sabe cómo es hasta que lo tienes que vivir”.

Algunos católicos han expresado preocupación acerca de las vacunas porque algunas vacunas contra el virus SARS-CoV-2, que causa COVID-19, fueron desarrolladas usando líneas celulares originadas de tejido fetal obtenido en la década de 1960. Esto ha originado preguntas de moralidad que la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano aclaró  al señalar: “la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común. Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y expuestos”.

La declaración afirma que aquellos que rechazan la vacuna por razones de conciencia, deben evitar transmitir el virus, particularmente a cualquiera que no pueda ser vacunado por motivos médicos u otras razones.

La Conferencia católica de Illinois animó a todos los católicos a leer una declaración similar emitida por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos en su propia declaración el 18 de diciembre.

“Los últimos días han traído noticias esperanzadoras a la lucha mundial contra la actual pandemia de coronavirus. Una vacuna contra el COVID-19 ha sido aprobada por los reguladores federales, enviada a todo el país y utilizada para inocular a los trabajadores sanitarios de primera línea”, dijeron los obispos de Illinois en su declaración.

“Como comunidad de fe preocupada por la santidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, nos damos cuenta de que muchos pueden estar cuestionando la permisibilidad moral de estas vacunas. Nosotros, los obispos católicos de Illinois, nos unimos por completo al documento publicado por la Conferencia Estadounidense de los Obispos Católicos, “Consideraciones morales con respecto a las nuevas vacunas contra el COVID-19”. El documento ofrece un análisis detallado del origen de las vacunas actuales y concluye que las vacunas Moderna y Pfizer son moralmente aceptables”.

 

Para leer la declaración de la Congregación para la doctrina de la fe visite vatican.va.

Para leerla declaración de los obispos de Estados Unidos visite usccb.org.

Para leer la declaración de la Conferencia católica de Illinois visite ilcatholic.org.

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