Para leer este artículo en inglés, por favor haga clic aquí Mercy Home para Niños y Niñas, que tuvo que esforzarse por encontrar lugares seguros para la mayoría de sus residentes en marzo, ha reabierto sus campus residenciales con aproximadamente la mitad de su antigua capacidad, ha aumentado su apoyo a sus antiguos residentes en su programa Community Care y comenzó un nuevo programa Compassionate Care para ayudar a las familias que sirve con necesidades básicas como alimentos y vivienda. Ahora la organización, que provee una variedad de apoyos a jóvenes de 9 a 21 años, está trabajando para ayudarlos mientras regresan a clases, bien sea en persona o en línea. “El desafío para Mercy Home, cuando comenzó la pandemia, fue cómo continuábamos manteniendo el compromiso que hicimos a los más de mil niños y familias que asistimos en circunstancias muy diferentes”, dijo el padre Scott Donahue, presidente y CEO de Mercy Home. “Nos aseguramos de que todos los jóvenes llegaran a un lugar que fuera seguro para vivir” agregó. “Luego trabajamos para ofrecer el apoyo que necesitan. Es alimentos, es vivienda, es educación, es apoyo terapéutico”. Aunque el hogar pudo conseguir lugares seguros donde vivir para la mayoría de los residentes, bien sea con un padre/madre u otro familiar, unos cuantos —niños y niñas — se quedaron en el Campus West Loop para Niños, con miembros del personal que llegaron para vivir en las instalaciones en turnos de una o dos semanas, siguiendo estrictos protocolos de COVID-19. Durante el verano, la organización consultó con expertos médicos y epidemiólogos sobre cómo mantener a los residentes seguros y ha reabierto el Campus Walsh para Niñas. Sin embargo, con solamente un niño o adolescente por habitación, su capacidad es la mitad de los 140 que solían ser, dijo Tom Gilardi, vicepresidente de programas de jóvenes en Mercy Home. El hogar encontró que algunos residentes viviendo en la comunidad estuvieron bien con el apoyo terapéutico y otro apoyo que Mercy Home continuó proporcionando. “Algunos de los niños que fueron a casa estuvieron usando sus habilidades y de hecho estuvo funcionando maravillosamente’, señaló Gilardi. “Con otros niños, quedaba claro que necesitaban regresar a nuestro programa residencial. Tenemos 69 cuartos individuales, y estamos lentamente trayendo a esos niños de vuelta”. Al 26 de agosto, aproximadamente 50 jóvenes estaban viviendo en Mercy Home. Los residentes son recibidos de vuelta dos a la vez en cada campus. Ellos permanecen aislados por dos semanas, con una prueba de COVID-19 el día 10. Hasta ahora, ninguna persona en alguno de los campus de Mercy Home ha resultado positiva en la prueba para COVID-19. Solamente un puñado de los residentes del campus están saliendo cada día hacia la escuela, dijo Liz Kuhn Tomka, vicepresidenta de educación y recursos profesionales para Mercy Home, incluyendo un par de estudiantes en escuelas privadas y un estudiante universitario estudiando radiografía que tiene rotaciones clínicas este semestre. “Ahora mismo, esos son los únicos jóvenes que están saliendo”, señaló Tomka. “Nos aseguramos de que sean conducidos hacia y desde el lugar en vez de hacer que los estudiantes más grandes tomen el transporte público”. Las personas que quieren ayudar con su tiempo todavía pueden ser voluntarios como tutores, dijo Tomka. Solo que ellos lo harán en línea ahora. Aquellos que deseen donar pueden ayudar más al donar dinero, que Mercy Home puede dirigir hacia sus necesidades más urgentes. Para más información, visite mercyhome.org.