Área de Chicago

“Es importante darles rostro y nombre a las personas sin techo” dice el padre Ed Shea en foro virtual

Por Ely Segura
martes, agosto 11, 2020

El padre franciscano Ed Shea (izq.) lidera una procesión rumbo a la iglesia St. Peter’s, después de una vigilia por la reforma migratoria en la Plaza Federal, en octubre de 2014. Foto: Karen Callaway/Católico

Como cristianos, debemos hacernos conscientes de que la persona sin hogar que vemos en la calle es nuestro hermano. Lo anterior lo dijo el padre Ed Shea durante una conversación virtual el 22 de julio.

El padre Shea subrayó la importancia de hacer que las personas sin techo, los homeless, salgan de la invisibilidad. Se trata, dijo, de mirar con los ojos del corazón y no con la mente. “Cuántas veces no les pasamos a un lado sin hacerles caso. Yo no me exento”, agregó.

En la conversación, titulada Voces en la periferia: Cuidar a los que no tienen hogar y a los inmigrantes, el fraile franciscano fue entrevistado por Courtney Chirstienson, del Ministerio Arquidiocesano de Jóvenes Adultos.

El padre Shea habló de las ricas experiencias que ha obtenido a través del encuentro con personas que viven en situación de calle o que experimentan en carne propia los distintos matices de la inmigración, gracias a la ubicación de su iglesia, St. Peter’s, en el centro de la ciudad, y a que es miembro de la Organización Franciscan Outreach, que provee techo, alimentos y servicios a personas sin hogar en Chicago.

El padre Shea destacó la importancia de darle rostro y nombre a las personas sin techo. “En una cuaresma me propuse aprenderme algunos de los nombres de estos hermanos que vivían cerca” dijo. “Ese solo gesto cambió por completo nuestra relación. Hoy día cuando nos topamos en la calle ya no son anónimos. Ahora saben mi nombre y yo los de ellos.  Me alegra haberlo hecho”.

El padre Shea subrayó que también los inmigrantes atraviesan por este fenómeno de invisibilidad, especialmente los indocumentados, quienes son los que están limpiando casas en los suburbios, o habitaciones en los hoteles y trabajando en restaurantes. No obstante, la situación actual de pandemia hizo que abriéramos los ojos hacia ellos, quienes también –además de los médicos y las enfermeras– fueron considerados dentro de los trabajadores esenciales, indocumentados que pusieron su vida en riesgo.

Según una encuesta del Departamento de Familia y Servicios de Apoyo de Chicago, para enero de 2019 se contabilizó un total de 5,290 personas sin hogar en esta ciudad. Un 10.2% corresponde a la población latina o hispana. Por otra parte, la organización Pew Research Center da cuenta que en el estado de Illinois viven en incertidumbre, con alrededor de 400 mil personas inmigrantes indocumentadas. El 71% son mexicanos.

Estas realidades preocupan al equipo del Ministerio Vitalidad y Misión Parroquial de la Arquidiócesis en Chicago. Por ello, en la serie virtual “Voces en la Periferia” (dentro de su programa de verano Theology on Tap) abordaron estos temas con el padre Ed Shea.

“Debemos acoger esa preferencia por los pobres que tiene Dios” dijo el padre Shea. “De este tema se desprenden dos muy importantes: Migración y Eucaristía. Si somos personas de Eucaristía, ¿quiénes vendrían a nuestra mesa? ¡Todo el mundo! La Iglesia necesita estar para todas las personas en necesidad”, agregó.

Al dirigirse a los jóvenes, el padre les aconsejó tomar conciencia de sus propios privilegios, no porque sea un pecado, sino para desear que así como ellos los merecen, también los pobres lo merecen; desear también lo mismo para ellos.

“Jóvenes, sigan siendo abiertos, inclusivos, acogedores. La redención de Cristo fue para toda la humanidad. Conecten con más personas, establezcan relaciones humanas. No tengan miedo de mirar a estas personas a los ojos. Adviertan su presencia. Búsquenlas allá en donde estén. La clave es el encuentro y el compromiso”, enfatizó.

Advertising