McKenna Corrigan, directora de la escuela St. Ann en Pilsen, reacomoda el espacio del salón de clase para que los alumnos mantengan la distancia social, el 20 de julio. Foto: Karen Callaway/Católico
La Oficina de Escuelas Católicas dio a conocer un plan para reabrir sus planteles escolares durante el otoño. El documento hace hincapié en la seguridad de estudiantes y personal en las escuelas, y pide a maestros y alumnos de 3 años en adelante el uso de mascarilla. Se pide además que los padres tomen la temperatura de sus hijos diariamente, en tanto las escuelas se comprometen a medir también la temperatura de los alumnos conforme ingresan a la escuela. El plan establece un modelo llamado “cohorte”, que consiste en pequeños grupos en los que el alumno permanecerá durante el día. “Los estudiantes dentro de una cohorte permanecerán físicamente tan separados como sea posible para prevenir la propagación de la enfermedad” se lee en el documento. El plan agrega que esta estrategia ayuda a mantener un ambiente seguro al limitar de manera más estricta la interacción entre los estudiantes y en el caso de que hubiera una infección permite una respuesta rápida y contención. Con respecto al tráfico dentro del edificio escolar, el plan establece que “las escuelas ofrecerán procedimientos para dejar y recoger a los estudiantes, rutas para caminar dentro del edificio de la escuela, etc.”. Agrega el documento que se usará señalización en los pisos para ayudar con el flujo del tráfico. Se explica que los padres deben permanecer en sus vehículos y no congregarse afuera de las salidas de la escuela. Las escuelas pueden implementar procedimientos para evaluar las recogidas de los estudiantes para garantizar la seguridad continua. Las familias que aún no están listas para regresar a los salones de clases tendrán la opción de aprendizaje en línea, dice el documento, que fue elaborado en consulta con autoridades civiles, de salud pública y educación. Jim Rigg, superintendente de Escuelas Católicas dijo que la arquidiócesis lleva a cabo video sesiones de entrenamiento para los directores y el personal académico, de limpieza y seguridad. “Sabemos que las cosas se ven diferentes ahora para los estudiantes” dijo Rigg en conversación con Chicago Catholic, “de manera que tendremos que ayudarlos a orientarlos y entrenarlos sobre la manera de llevar mascarillas”. La oficina ofrece apoyo con los artículos necesarios para que el edificio esté preparado, incluyendo artículos de limpieza y desinfección. “La seguridad y bienestar de los estudiantes y empleados de la escuela son nuestras principales preocupaciones” se lee en el plan. “Haremos lo que tengamos que hacer para que todos en nuestras escuelas se sientan seguros e inafectados”. “Las escuelas seguirán fuertes procedimientos de limpieza y desinfección” establece el documento. “No se permitirá compartir útiles escolares como lápices, marcadores y suministros de arte. El equipo que debe ser compartido debe ser usado por tan pocos niños como sea posible y limpiado y desinfectado antes y después de cada uso. Se dará a todos los estudiantes acceso a instalaciones para lavarse las manos y a desinfectante de manos en la escuela”. El plan reconoce que a estas alturas el progreso de la pandemia de COVID-19 en Illinois permanece impredecible, por lo que se mantiene el potencial de que los edificios de las escuelas tengan que cerrar otra vez si un aumento significativo de casos llegara a ocurrir. El documento íntegro del plan puede ser consultado en: https://schools.archchicago.org/documents/80540/2983414/ABRIDGED_Reopening+Planning+Framework_ES.pdf/eb061bba-2079-4d1c-a18a-fc7f35196813