Área de Chicago

Madres de familia afroamericanas y latinas lanzan un mensaje de unidad en el suroeste de la ciudad

Por Joyce Duriga
lunes, junio 8, 2020

Madres y clérigos de Sta. Inés de Bohemia y St. Agatha, así como organizaciones comunitarias de La Villita y North Lawndale marcharon por la paz el 5 de junio. Foto: Karen Callaway/Católico

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Delante de un mural que plasma a los activistas por la paz Rev. Martin Luther King Jr. y César Chávez, un grupo de aproximadamente 60 madres latinas y afroamericanas, así como ministros de La Villita y Lawndale pidieron justicia y paz en una concentración llevada a cabo en 2100 S. Lawndale, el 5 de junio.

La marcha y concentración pacífica fue organizada por las parroquias St. Agatha en Lawndale y Sta. Inés de Bohemia en La Villita e incluyó a otras organizaciones comunitarias como el Proyecto Resurrección y Padres Ángeles. Lawndale es un vecindario predominantemente afroamericano y La Villita es predominantemente latino. Las madres y los pastores de las dos comunidades se unieron en una señal de unidad racial.

Las marchas comenzaron en ambas parroquias y se encontraron en el mural. Los participantes llevaron claveles blancos y avisos que decían “Mamás por la paz”, “Black Lives Matter” y “Alto a la violencia”.

En una oración de apertura para la marcha que comenzaba en La Villita, el padre Donald Nevins, pastor de Sta. Inés de Bohemia, recordó a los participantes que Jesús dio un mandamiento a todos nosotros, “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”.

“Si vamos a hacer eso, tenemos que ponerlo en acción”, señaló Nevins.

Él y el padre Larry Dowling, pastor de St. Agatha, inicialmente pensaron en organizar una marcha por la paz de sacerdotes, pero luego pensaron en el mensaje que las madres podrían traer a la comunidad en general.

“Se nos ocurrió que las madres tienen mucho que decir a sus hijos sobre lo que está pasando y ellas necesitan un foro para hacer eso” dijo Nevins.

Las iglesias pueden jugar un rol único durante tiempos de crisis.

“Somos el único grupo que puede unir a las personas a veces. Con frecuencia cuando se trata de política e incluso de cosas de la comunidad…las personas no están unidas y no deberíamos ser así”, dijo.

Patricia Gonzáles, feligrés de Sta. Inés de Bohemia, asistió a la marcha con su hija, su madre y la hija de su sobrina. Ella dijo que fueron para mostrar unidad entre las comunidades.

“Teníamos miedo”, mencionó Gonzales sobre los saqueos y violencia en su vecindario después de la muerte de George Floyd. “Estábamos realmente asustados. Estuvimos rezando rosarios en nuestra casa y todo”.

Ellos se quedaron en casa y cerraron sus puertas, dijo, pero salieron a la marcha con la esperanza de un futuro mejor, especialmente para la hija de su sobrina que tiene un año y medio y es birracial, señaló.

Durante las intervenciones en la concentración, la feligresa de St. Agatha, Heather Johnson instó a la justicia y al cambio.

“Queremos unidad en nuestra comunidad. No hay raza negra y morena, una contra la otra. No queremos eso. Queremos paz”, dijo. “Queremos unir a todos para hacer de esto un todo. Estamos en esto juntos”.

Johnson dijo que es madre de siete hijos, tienen tres nietos y es voluntaria en la comunidad para mantener a todos los niños seguros”.

“Si estás buscando problema, cambia la dirección porque esto no es lo que quieres”, dijo. “Estamos luchando por nuestro futuro. Nuestros hijos están aquí. Estamos luchando por ellos”.

Johnson también llamó a aquellos que estaban escuchando a volverse parte de la solución y a construir un futuro mejor para sus hijos.

Dolores Castañeda, de Padre Ángeles, un grupo comunitario de prevención de violencia basado en la parroquia Sta. Inés de Bohemia, dijo que la marcha y concentración promovieron lazos comunes entre las personas que viven en La Villita y Lawndale.

“Yo sé que Chicago está muy segregado, pero no estamos divididos: la comunidad latina y afroamericana. Creo que este momento nos unió”, dijo.

Muchas de las madres que participaron han perdido hijos por la violencia. La propia hija de Castañeda sobrevivió después de haber recibido disparos.

“Realmente no quiero ver la segregación”, dijo. “Somos vecinos, pero no nos comunicamos. Creo que es hora de establecer una cultura para trabajar juntos. Tal vez esta situación va a unir a más de nosotros”.

Castañeda tiene el sueño de ver a las comunidades latina y afroamericana unirse por la paz.

“Es un momento de unirse, de compartir cultura y respeto, de amar a todos”, dijo. “Dios hizo diferentes colores. No importa cuál es tu color de piel. La cosa más importante es el amor que ofreces a tu prójimo”.

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