Área de Chicago

Mensaje del cardenal Blase Cupich sobre el plan para reabrir parroquias en la Arquidiócesis de Chicago

Por Cardenal Blase J. Cupich
miércoles, mayo 27, 2020

Imagen de septiembre de 2018 en la Catedral del Santo Nombre. Foto: Karen Callaway/Católico

Estimados amigos en Cristo,

Estos días de Pascua que llevan a Pentecostés, están marcados por un sufrimiento sin precedentes, a medida que la humanidad ha caído víctima de un peligroso contagio. Además de las amenazas a nuestro bienestar físico, estamos sufriendo espiritualmente porque la pandemia de Covid-19 ha requerido restricciones de nuestro culto y participación en la vida sacramental de la iglesia. Sin duda, ha habido momentos en la historia en que gobiernos y gobernantes han perseguido a los cristianos y prohibido su culto público. Este no es uno de ellos. En cambio, las restricciones actuales vienen en respuesta a una emergencia médica extrema mientras las autoridades locales, estatales y federales – específicamente los oficiales de salud pública– legítimamente cumplen sus responsabilidades de proteger la vida humana y el bien común. Ellos han basado su orientación razonable en la cuidadosa consideración de datos empíricos y las mejores prácticas de mitigación de la enfermedad disponibles, mientras buscan contener el ataque de la pandemia a lo largo de nuestras comunidades.

Aunque todos deben ejercer una buena ciudadanía al observar estas restricciones, llamo a los fieles católicos, como defensores de la justicia y la caridad, a que cumplan con estas regulaciones. Desde las primeras páginas de la Escritura aprendemos que de hecho somos “el guardián de nuestro hermano”, una verdad que debe inspirarnos mientras somos llamados al sacrificio. También debemos estar motivados a cooperar con las normas de seguridad pública, dada nuestra reverencia por la vida y la dignidad humana. Este es, en su esencia, un momento para proclamar el alcance y la profundidad de lo que significa ser provida, particularmente a medida que este virus se ensaña con los más vulnerables entre nosotros.

La buena noticia es que un plan para una reapertura gradual de nuestras iglesias ahora ha tomado forma, como menciono más adelante. Sin embargo, ya que nuestros movimientos estarán restringidos a medida que ese plan se desarrolla en diferentes fases, sus pastores y obispos continuarán por el momento ofreciendo misa en privado cada día y trasmitiendo en vivo y difundiendo las misas desde nuestras parroquias y la arquidiócesis. Estoy particularmente agradecido con ABC-TV, Univisión y Polvision en Chicago por darnos tiempo al aire cada domingo. Estas celebraciones ciertamente no son lo mismo que reunirse en nuestras iglesias para la misa, pero yo sé, por lo que he escuchado de muchos feligreses, que proveen mucho consuelo y apoyo en este momento de incertidumbre.

Debemos ser honestos. Esperamos que esta situación continúe por algunas semanas, y cualquier plan para reabrir nuestras iglesias para el culto público debe incluir todas las precauciones para garantizar que las reuniones públicas no creen una segunda ola de contagio, desperdiciando lo que hemos ganado a través de nuestro sacrificio en estos días.

Con estas realidades en mente, me siento animado al anunciar que los Obispos Católicos de Illinois han llegado a un acuerdo con la Oficina del Gobernador en un Plan en múltiples fases para la reapertura de nuestras iglesias para la celebración de los sacramentos, oración privada, adoración y misa. A medida que comparto el Plan con ustedes, tanto por la vía de un Resumen Ejecutivo como el Plan completo en las siguientes páginas, quiero garantizarles mis oraciones por ustedes y el bienestar personal, material y espiritual de su familia. También expreso mi aprecio a las muchas personas en el personal arquidiocesano y en la Oficina del Gobernador por las muchas horas que han brindado para diseñar y ajustar este acuerdo. Una vez más, llamo a todos los católicos a aprovechar este momento para ejercer una ciudadanía llena de fe, de manera que refleje nuestro profundo respeto por la vida, nuestro llamado como discípulos de Jesús y nuestro amor al país.

Sinceramente suyo en Cristo,

 

Cardenal Blase J. Cupich

Arzobispo de Chicago

 

NOTA

Las iglesias serán certificadas para reabrir en diferentes momentos dependiendo de su propia capacidad para implementar las normas.

Para leer el plan, que incluye detalle sobre la manera en que se comenzará a abrir las parroquias, con detalles sobre distancia social, desinfección de nuestras iglesias y entrenamiento de voluntarios, visite:

https://www.archchicago.org/documents/70111/2665901/Plan_for_reopening_ES+-+PDF/bb192007-4874-4617-9f1e-d2c661307c5d

 

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