Área de Chicago

La secundaria Nuestra Señora del Tepeyac conjuga la fe, el desarrollo personal y el éxito académico

Por Ely Segura
viernes, diciembre 27, 2019

Emma Oñate y Valeria Gracia discuten un proyecto de montaña rusa. Foto: Julie Jaidinger/Católico

Visitamos la secundaria Nuestra Señora del Tepeyac (en 2228 South Whipple St., en La Villita) una agradable mañana de otoño, a finales del año pasado. Al entrar, nos llaman la atención los rostros alegres de chicas adolescentes saludando afables a los visitantes que se acercan a sus mesas de recepción. Es un shadow day, es decir, el día en que las alumnas aspirantes se acercan a la escuela y siguen la rutina de un día normal para conocer la manera en que ésta funciona.

Ebany Guerra y Yuliza Tapia, de 17 y 18 años respectivamente, son dos de las alumnas del último año de secundaria –ambas han estado allí desde el noveno grado– que dedicaron un momentito para darnos un recorrido por la escuela.

“Me encanta el Tepeyac” nos dice Ebany. “Lo que más me gusta son las oportunidades para hacer pasantías (internships). Yo, por ejemplo, hice una en una empresa en el centro de la ciudad”. Ebany comenta que esta fue una experiencia inolvidable.

“Además” agrega, “como católicas, no sólo vemos la religión como una clase más, sino que podemos experimentar la fe en la vida diaria y poner a Jesús en el mundo real. Recomiendo mucho esta escuela. Es muy buena”.

“En mi caso, vengo de una familia muy católica” dice por su parte Yuliza. “Estar en esta escuela me hace sentir como en casa. He estado antes en otros lugares y el sistema es muy diferente. Prefiero por mucho estar aquí. Lo que más me gusta son las oportunidades que te ofrecen, sobre todo para entrar a la universidad”, añade.

Ebany ha sido aceptada en la University of Saint Francis, en Joliet, Illinois, para estudiar Finanzas y Yuliza ha sido admitida en Saint Mary´s University, una universidad de los hermanos lasallistas en Minnesota, para estudiar Enfermería.

¿Sólo para chicas?

Sí, Tepeyac es una escuela preparatoria sólo para chicas que concentra sus esfuerzos en lograr que éstas exploren sus talentos, profundicen su fe y se conviertan en mujeres fuertes y seguras, con las herramientas necesarias para poder acceder a las universidades de sus sueños. De hecho, según los resultados arrojados en sus informes oficiales, el 100% de las chicas que estudian en esta escuela son aceptadas para estudiar en la universidad; el 29% de ellas son las primeras en sus familias en asistir a una escuela preparatoria y el 81% son las primeras en sus familias en estudiar a nivel superior.

“Varios estudios han demostrado que cuando la educación es dirigida a un solo género se logran mayores resultados favorables; hay mayor concentración y se propicia una mayor colaboración” expresó Joni Thompson, presidenta del Tepeyac. “En nuestra experiencia nos hemos percatado de que, bajo este sistema, muchas chicas pueden conocerse mejor, alzar la voz y ser escuchadas” agregó. “Trabajamos para que puedan tener mayor seguridad en sí mismas y desarrollen sus habilidades de liderazgo”.

Sus pilares

El propósito fundamental de esta escuela es empoderar a las chicas para marcar una diferencia positiva, tanto en sus familias como en la sociedad y para alcanzar su mayor potencial. Esto lo hacen a través de un sólido sistema educativo que combina las áreas académicas, la fe y las experiencias solidarias en un ambiente seguro y ameno.

Entre otros proyectos, su programa académico-social y recreativo contempla cursos avanzados (Advanced Placement) diseñados para obtener mejores resultados en la universidad en las materias de Matemáticas, Inglés, Ciencias, Historia y Español; un programa de inmersión en el aprendizaje de las nuevas tecnologías; clubes para fomentar el compañerismo y la cultura, deportes y numerosas actividades de esparcimiento y compromiso social.

Programas de becas

Lily De la luz, exalumna del Tepeyac que actualmente trabaja allí como directora de Mercadotecnia, recomienda a todos los que estén considerando ser parte de esta familia visitar todas las escuelas católicas alrededor y conocer de primera mano lo que Tepeyac ofrece.

“Mucha gente que ve el título de ´escuela católica´ piensa de inmediato que es un lugar poco asequible” dice Lily. “Sin embargo, hay numerosas formas de financiamiento”. Lily exhorta a las chicas aspirantes y a sus familias a asistir a un “Admission Morning”, evento diseñado para conocer más a fondo la propuesta educativa de la escuela, a los maestros y las ofertas de beca.

“El 96% de las estudiantes actuales tienen becas, el 4% restante cuenta con una cuota realmente baja”, afirma Thompson, quien expresa que en el Tepeyac hay ayuda para todos, sin importar sus ingresos y esto porque cuenta con el apoyo de distintos patrocinadores que confían en la calidad de esta escuela.

Martha González es una de las madres beneficiadas por las becas que otorga Tepeyac, su hija mayor, Alondra Villanueva, se graduó con honores del Tepeyac en 2016 y hoy estudia la carrera de Psicología con la especialidad en Neurociencias en el Hope College en Michigan. “Estoy muy contenta con el Tepeyac. Los maestros son muy comprometidos y prestan bastante atención a los alumnos. Me gusta cómo les enseñan y además no pagué nada. Recomiendo esta escuela al 100%”, enfatiza González, quien ya planea inscribir a su siguiente hija para el próximo ciclo escolar.

Vista panorámica

Tepeyac abrió sus puertas en 1927, como parte de las escuelas de la Arquidiócesis de Chicago. Antes tenía el nombre de San Casimiro y fue dirigida por las Hermanas de la Resurrección durante setenta y seis años. Sus instalaciones están diseñadas para acoger a 180 chicas. Hoy día asisten 154 alumnas pertenecientes a 29 códigos de área dentro de Chicago. El 97% de ellas son latinas y el 3% son afroamericanas.

Más información en www.ourladyoftepeyac.org/

 

Advertising