Con profunda pena nos enteramos del fallecimiento del diácono Miguel Valle, quien servía en la parroquia de San Wenceslao, el 19 de mayo. El diácono Miguel ha sido a través de los años un apoyo para Católico, escribiendo notas y artículos o anunciando sus proyectos. Su continua dedicación a la propagación del Evangelio fue indudable, ya fuera organizando cenáculos de oración o educando a la gente por medio de cursos y talleres, o bien desde el programa de radio “Compartiendo nuestra fe católica”, así como organizando viajes a Tierra Santa o abriendo, con la aprobación de la iglesia, una capilla dentro de su librería Nazareth, abierta a la gente. Originario del estado de Jalisco, México, el diácono Miguel era el mayor de cinco hermanos. “Para mí fue el mejor hermano del mundo” dijo a Católico su hermana Ángeles, quien lo recordará como “un apóstol de la misericordia”. “Los fuertes de Miguel eran la enseñanza y la predicación”, comentó por su parte el diácono Jaime Ríos, su amigo personal, quien dijo a Católico que al diácono lo llamaban de varios puntos de la arquidiócesis para dar formación. “Perdí una de las personas -incluyendo los sacerdotes- más sabias de la Palabra y de la doctrina de la Iglesia”. Ríos dijo que Miguel era una persona muy conocedora de la doctrina. “Yo a veces, en vez de buscar un libro lo llamaba a él. Me decía, ‘oh, eso está en tal libro, en la página tal’. Miguel era una biblioteca caminando, tenía un conocimiento de la Biblia tremendo y sobre todo un respeto a la Iglesia. Me enseñó mucho a mí” agregó. Al diácono le sobreviven su madre y sus cuatro hermanos. Católico se une en oración a la familia y amigos del diácono Miguel Valle, descanse en paz.